Miles de los 700.000 albanokosovares que se calcula viven en el exterior no podrán votar en los comicios municipales previstos para fin de año en Kosovo porque así lo decidió la Organización para la Cooperación y Seguridad en Europa (OCSE).
En 1997, Hairullah Hoxha, de 37 años, abandonó su casa en la localidad kosovar de Prizren para buscar una vida nueva en Bélgica.
Sin embargo, debido a su fecha de partida, no podrá votar en las elecciones municipales de Kosovo, una provincia serbia de la Federación Yugoslava integrada por Serbia y Montenegro.
Según el criterio establecido por la OCSE, entre los albaneses que huyeron de Kosovo sólo podrán votar en las elecciones municipales de su provincia aquellos que se fueron a partir del 1 de enero de 1998.
Los albanokosovares criticaron esa disposición y la comparan con los comicios locales de 1996 en Bosnia, cuando todos los desplazados, incluso aquellos que se encontraban temporalmente refugiados en Occidente, pudieron votar sin trabas.
Hoxha considera las elecciones como "un paso importante para mejorar el completo restablecimiento de las instituciones" en su patria, y afirmó que es "inexcusable" que tantos kosovares hayan sido excluídos del proceso.
"Debieron haber tomado 1981 (como fecha excluyente), (porque entonces fue) cuando los albaneses comenzaron a dejar Kosovo debido a la brutalidad del régimen serbio y la represión política, después de masivas manifestaciones estudiantiles en Pristina (la capital provincial)", dijo Hoxha.
"El criterio adoptado por la OCSE forma parte de la presión por parte de Occidente para iniciar el regreso de los solicitantes de asilo albaneses a Kosovo", apuntó Mufail Limani, un analista político kosovar.
"Los albaneses comenzaron a huir de Kosovo y dirigirse masivamente a Occidente a comienzos de los años 90, debido a la sigilosa 'limpieza étnica' del régimen serbio", dijo un activista humanitario albanés que pidió no ser identificado.
"Elegimos enero de 1998 como fecha de exclusión porque sentimos que si organizábamos las elecciones municipales era importante para la gente haber tenido algún tipo de vínculo con su comuna", explicó Claire Travena, portavoz de la OCSE en Kosovo.
"Si la gente abandonó su municipio hace 10 años, ya no tiene un vínculo como para votar por esa comuna", agregó.
Sin embargo, varios analistas políticos opinaron que el criterio de la OCSE favorece a la minoría serbia porque impide artificialmente a la población de origen étnico albanés que puede participar y está fuera del ámbito provincial.
Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), alrededor de 120.000 serbios dejaron Kosovo justo antes de que terminara la guerra el año pasado.
La mayoría de los serbios, que son menos de 10 por ciento de la población total de la provincia, parecen acatar el llamado de Belgrado para boicotear el empadronamiento y los comicios en Kosovo, pese al aliento de la comunidad internacional para que se construya allí una sociedad multiétnica.
Los albanokosovares señalaron que, según el criterio de la OCSE, la minoría serbia podría gozar de una representación mayor de la que le corresponde en las elecciones.
La OCSE es una organización de seguridad de la Unión Europea (UE) cuyos 55 estados participantes abarcan la superficie geográfica desde Vancouver, Canadá hasta Vladivostok, Rusia. Su misión en Kosovo comenzó el 1 de julio de 1999.
En el marco de la Misión Administrativa Provisoria de las Naciones Unidas en Kosovo (UNMIK), la OCSE adoptó un papel decisivo en asuntos relacionados con las instituciones, el restablecimiento democrático y los derechos humanos en la provincia serbia.
UNMIK comenzó a registrar electores residentes en Kosovo y en el exterior a fines de abril, y cerrará el proceso de empadronamiento a fines de julio. El portavoz de la OCSE, Roland Bless, dijo que la organización espera registrar en Kosovo alrededor de 1,5 millones de personas.
OCSE, UNMIK y los partidos políticos albanokosovares pidieron a todos los ciudadanos de la provincia que se registraran, pero el resultado obtenido en los cientos de oficinas empadronadoras ha sido escaso.
Kosovo, que es administrada actualmente por UNMIK pero oficialmente sigue formando parte de la Federación Yugoslava, tenía dos millones de habitantes hace una década.
Desde entonces, alrededor de 600.000 albanokosovares dejaron la provincia para dirigirse a Europa Occidental.
Otros 100.000 escaparon antes y después de los bombardeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que duraron 11 semanas y destruyeron la infraestructura industrial, caminera y edilicia del país, dejando un saldo de miles de muertos entre la población civil.
Ahora hay "personas desplazadas" que se encuentran en 15 países de la UE, Estados Unidos, Turquía y otras partes. La Organización Internacional de Migraciones (OIM) abrió cuatro centros de empadronamiento en Europa y un quinto en Washington para procesar inscripciones y brindar información.
Henk Vandame, de la oficina de la OIM en Bruselas, dijo que muchos países europeos procuran que esa gente regrese a Kosovo, un hecho que podría complicar el proceso de empadronamiento de electores.
Louis Sell, un representante del Grupo Internacional de Crisis, con sede en Pristina, también cree en la posibilidad de una manipulación tanto de albaneses como de serbios (si optan por participar), porque la gente puede registrarse dos veces, en el municipio donde vive y en el pueblo o aldea del cual es oriunda.
El representante de la OIM en Bélgica señaló que hay alrededor de 25.000 albanokosovares residiendo en territorio belga, de los cuales 15.000 llegaron después del 1 de enero de 1998, la fecha que los habilita para votar en los comicios municipales. (FIN-IPS/tra-en/ek/bk/ego/aq/pr-ip/00