R.D. CONGO: Combates impiden despliegue de misión de ONU

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, dudó de la capacidad del foro mundial de desplegar una misión de paz en Africa central, dado el deterioro de la situación política, militar y humanitaria en la República Democrática de Congo (RDC, ex Zaire).

Las violaciones al cese del fuego y el colapso de las negociaciones "son un mal augurio para el despliegue oportuno" de la misión, escribió Annan en un informe entregado el martes al Consejo de Seguridad.

Además, sugirió al Consejo la consideración de nuevas medidas, incluso sanciones económicas y diplomáticas contra Ruanda y Uganda, los dos países responsables por el último estallido de violencia en la RDC.

Por su parte, Annan ordenó "una completa revisión y evaluación de las tropas y de otros requisitos antes de realizar el despliegue".

La rebelión en la RDC comenzó en agosto de 1998, después que el presidente Laurent Kabila expulsó a las tropas ruandesas tutsis que lo habían ayudado a llegar al poder en mayo de 1997. Varios países africanos se sumaron al conflicto, algunos del lado de los rebeldes y otros del lado del gobierno.

El secretario general "espera que se produzcan las condiciones que permitan el despliegue de las fuerzas de paz. Claramente, esas condiciones no existen hoy", declaró el portavoz de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Fred Eckhard.

Annan urgió al Consejo a aplicar primero las sanciones para obligar a Ruanda y Uganda a abandonar Congo, y luego a presionar para lograr "el retiro de todas las otras fuerzas extranjeras".

Ruanda y Uganda pelearon este mes durante una semana en la ciudad clave de Kisangani, en el interior de la RDC.

"Esto es, de hecho, una nueva guerra en Congo. Acabemos con ella primero", dijo Eckhard.

Ambos ejércitos, que habían sido aliados contra el gobierno de Kabila -a su vez un antiguo aliado-, se retiraron de Kisangani el 12 de junio.

"No hay justificación posible para este sometimiento de la población civil, atrapada en un conflicto que no provocó", declaró Annan durante los enfrentamientos.

La ONU estima que 100 civiles, entre ellos 19 niños, fueron asesinados y más de 1.000 resultaron heridos. Las fuerzas de Ruanda y Uganda bombardearon escuelas, hospitales y otros edificios civiles.

La Organización de Unidad Africana (OUA) calificó los combates como "deplorables" y "en total violación del acuerdo de cese del fuego de Lusaka".

El Consejo de Seguridad discutirá sobre la RDC este jueves y el viernes. Será "una buena oportunidad para que todas las partes realicen una evaluación seria del deterioro de la situación", escribió Annan.

La sesión también permitirá al Consejo "dejar claro a las partes que sus expresiones de apoyo al proceso de paz y garantías de seguridad y libertad de movimiento deben reflejarse en sus acciones".

El organismo ejecutivo de la ONU decidió en febrero ampliar la pequeña fuerza observadora en el país africano y convertirla en una fuerza de paz de 5.537 efectivos, llamada Misión Observadora de las Naciones Unidas en la RDC (MONUC).

La función de MONUC no sería proteger a los civiles, sino supervisar el cumplimiento de los acuerdos de Lusaka, que establecieron el cese del fuego entre las numerosas partes beligerantes, aclaró el Consejo.

Pero las violaciones a la tregua, las acusaciones de mala fe de todas las partes, la falta de fondos y de soldados bien equipados, así como la crisis en Sierra Leona demoraron cualquier despliegue significativo.

Actualmente hay 228 observadores militares en la RDC, en Kinshasa, Kisangani y en otras 10 ciudades de países vecinos.

Annan también acusó a Kabila de negarse a cumplir un acuerdo con la ONU que daría a MONUC libertad de movimiento en todo el país.

Ese hecho, junto a las violentas manifestaciones frente a la sede de MONUC en Kinshasa, "arroja más dudas sobre la actitud del gobierno hacia el despliegue de fuerzas de paz de las Naciones Unidas", escribió Annan.

Así mismo, destacó que el despliegue de MONUC en Kisangani exige tres condiciones: estricto cumplimiento del cese del fuego, seguridad para el personal, y "la disposición de los países contribuyentes con tropas a asegurar que sus unidades posean la fuerza, los equipos y el entrenamiento adecuados".

"Desafortunadamente, ninguna de esas condiciones se ha cumplido", lamentó el secretario general.

Además de Kisangani, los combates entre el gobierno, distintos grupos rebeldes, fuerzas de Ruanda y Burundi y otras tropas extranjeras continúan en Mdbandaka (donde se cortó un vínculo fluvial con la capital, Kinshasa) y en las provincias de Equateur, Kivu del Norte y del Sur.

La ONU estima que 16 millones de personas, o sea un tercio de la población de la RDC, necesitan alimentos con urgencia, y que 1,3 millones fueron desplazadas.

"La situación de los derechos humanos en toda la RDC sigue siendo causa de grave preocupación", dado que "el ritmo de las ejecuciones militares continúa incambiado, tanto en áreas controladas por el gobierno como por los rebeldes", señaló Annan.

El gobierno congoleño anunció el día 9 que ya no consideraba neutral al mediador de la OUA, el ex presidente de Botswana Ketumile Masire, y que no trabajaría con él. La semana pasada, las autoridades se negaron a asistir a una reunión convocada por Masire.

Annan también destacó que la ONU no recibió los fondos necesarios para la misión y que parte de las tropas prometidas fueron retiradas o no están equipadas adecuadamente. (FIN/IPS/tra-en/jw/da/mlm/ip/00

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