MEXICO: Más vigilancia policial en la frontera con Estados Unidos

La vigilancia en la frontera entre México y Estados Unidos, donde mueren y son detenidos cientos de miles de emigrantes al año, fue reforzada a partir de hoy por cientos de policías mexicanos para salir al paso al tráfico de indocumentados.

La Policía Federal Preventiva dispuso aumentar de 170 a 700 el número de efectivos apostados en puntos de la línea fronteriza en los que no existía supervisión suficiente por parte de la patrulla fronteriza estadounidense.

El despliegue policial del lado mexicano de la frontera tiene la finalidad de prevenir la muerte de quienes intentan emigrar a Estados Unidos en procura de oportunidades de trabajo, así como combatir el tráfico de indocumentados, señaló la Policía Federal Preventiva.

"La historia demuestra que no existe medida de control policial que disminuya el flujo migratorio, que responde a factores múltiples, pero sí agudiza los riesgos para los indocumentados", dijo este miércoles Mario Vargas, coordinador de Desarrollo Institucional del grupo humanitario Sin Fronteras.

La decisión del gobierno de México de fortalecer el control fronterizo, "empata con la política de Estados Unidos en el sentido de dar trato de criminales a los emigrantes", declaró Vargas a IPS.

Sumado a las tareas de la Policía Federal Preventiva para identificar, perseguir y detener a los traficantes de personas (conocidos como coyotes o polleros), fue creado el grupo Beta para apoyar la operación contra quienes se dedican a introducir inmigrantes de manera ilegal en el país vecino.

Integrado por funcionarios del Instituto Nacional de Migración (INM) y las policías estatales y municipales, el nuevo cuerpo fue destinado a la supervisión de un área de 30 kilómetros cuadrados entre Douglas, Arizona, y Agua Prieta, Sonora.

El aumento de la presencia policial en la zona fue uno de los compromisos emanados de la 17 sesión de la Comisión Binacional México-Estados Unidos, celebrada hace tres semanas en Washington.

De esa manera, las autoridades de los dos países respondieron a incidentes ocurridos en la frontera Arizona-Sonora, donde un mexicano fue asesinado a tiros por hacendados estadounidenses.

Entre octubre del año pasado y marzo de 2000, fueron detenidos 856.000 mexicanos por el Servicio de Inmigración y Naturalización estadounidense a lo largo de los más de 3.000 kilómetros de la línea que divide a las dos naciones.

Según un informe del Centro de Estudios Fronterizos y de Promoción de los Derechos Humanos de Reynosa, en el norteño estado de Tamaulipas, las detenciones de indocumentados aumentó 10 por ciento en relación con el mismo periodo entre 1998 y 1999.

La cifra supera las 587.000 personas deportadas por los responsables de migración de Estados Unidos, de acuerdo con los informes del Instituto Nacional de Migración.

Los datos, sin embargo, demuestran que la emigración a Estados Unidos está aún lejos de ser controlada por las autoridades, destacó el Centro de Estudios de Reynosa.

Los avanzados instrumentos utilizados por el Servicio de Inmigración y Naturalización para vigilar la frontera no han logrado abatir el flujo migratorio, pero representan, en cambio, mayores riesgos para la seguridad de los indocumentados, advirtió la fuente.

Más de 320.000 mexicanos, la mayoría campesinos, logran ingresar a territorio estadounidense cada año, desafiando la severa vigilancia impuesta por las autoridades de ese país.

El gobierno mexicana calculó que desde enero fallecieron 160 mexicanos en su intento de cruzar la frontera. En número de muertos por la misma causa ascendió a 356 en todo 1999 y a 324 en 1998.

El reforzamiento del control policial en los pasos de frontera más usuales desplaza el flujo migratorio hacia áreas más peligrosas, afirmó Vargas.

Esas circunstancias confirman que operaciones de vigilancia más drásticas "no representan la solución del problema, que demanda aplicar un sistema efectivo de trabajadores temporales", entre otras medidas, añadió.

Los emigrantes mexicanos "se aventuran a correr el riesgo de atravesar la frontera, no con la idea de irse a vivir a Estados Unidos" de forma permanente. "Además, con su trabajo coadyuvan al impulso de la economía estadounidense", afirmó Vargas.

"El gobierno de México debe promover una revisión de la política migratoria binacional, con el ánimo de convertir la frontera común en un espacio de convivencia entre ambas culturales que descarte el sesgo de delincuencia que prevalece" ahora, explicó.

De acuerdo con cifras oficiales, en los primeros cinco meses del año la Policía Federal Preventiva detuvo a cerca de 80 supuestos "coyotes" y prestó asistencia a unos 1.200 indocumentados en la zona fronteriza.

Los efectivos de la Policía Federal Preventiva, que actúan de manera independiente del grupo Beta, conminaron a los emigrantes mexicanos a no arriesgar la vida intentando llegar a Estados Unidos, según explicó la organización policial especializada en el combate al narcotráfico. (FIN/IPS/pf/mj/ip pr/00

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