MEDIO ORIENTE: Muerte de Assad cambia fórmula de paz

Mientras Siria llora la muerte del presidente Hafez al-Assad, analistas políticos tratan de prever las implicaciones del fallecimiento del gobernante más antiguo de Medio Oriente para el proceso de paz en la región.

Algunos creen que la muerte de Assad, ocurrida el sábado, dará nuevo ímpetu a las estancadas negociaciones entre Israel y Siria por las estratégicas alturas del Golán, ocupadas por fuerzas israelíes desde la guerra de los Seis Días (1967).

Los líderes israelíes no pudieron llegar a un acuerdo con Assad sobre los elementos esenciales de una relación pacífica y lo acusaron de inflexibilidad en su exigencia de repliegue de Israel de la meseta del Golán, que extendería a Siria hasta las costas del mar de Galilea.

La negativa de Assad a una amplia normalización de las relaciones bilaterales también frustró a Israel.

"Un nuevo comienzo no es algo malo, dado que el proceso de paz estaba muerto de todas formas", comentó Gabriel Ben-Dor, director de Estudios Superiores de la Universidad Nacional de Defensa de Israel.

"No creo que esto (el fallecimiento de Assad) retrase la causa de la paz. Quizá la demore un poco y obligue a ambas partes a realizar una nueva evaluación", pronosticó.

Pero Barry Rubin, analista del Centro BESA de Estudios Estratégicos, de la Universidad Bar Illan, no está tan seguro de que los sirios volverán a la mesa de negociaciones, al menos por un buen tiempo.

"Para que los sirios regresen, tendrían que hacer grandes concesiones", y es improbable que el sucesor de Assad desee hacerlas en un momento en que debe consolidar su poder, opinó Rubin.

El sucesor de Assad será su hijo Bashar, un médico oftalmólogo de 34 años que comenzó a prepararse para la presidencia luego que su hermano mayor, el heredero original, muriera en un accidente automovilístico en 1995.

El parlamento sirio se reunió de urgencia el sábado para modificar el artículo 83 de la Constitución, que establecía una edad mínima de 40 años para la presidencia, con el fin de hacer elegible a Bashar.

El comando regional del gobernante partido Baas nombró a Bashar como su líder y lo recomendó como próximo presidente. Bahsar deberá ser designado por el parlamento el día 25 y elegido por un referendo popular.

La muerte de Assad se produjo en un momento de cambios en el sur de Líbano, de donde Israel, presionado por los ataques del grupo guerrillero islámico Hizbollah -respaldado por Siria e Irán- , se retiró el mes pasado tras una ocupación de 22 años.

Israel advirtió que los ataques desde Líbano provocarían una respuesta muy fuerte, y que los "intereses sirios" no estarían exentos de esa respuesta.

Siria mantiene fuerzas en territorio libanés desde 1976, que ahora suman unos 35.000 efectivos, y su retirada estaba condicionada a la previa evacuación de todas las tropas israelíes.

La muerte de Assad creó preocupación en Israel sobre la situación ya volátil junto a la frontera con Líbano. El gobierno israelí ya dejó claro que, cualquiera sea la dinámica de la sucesión, espera que Damasco use su influencia en Líbano para impedir ataques de Hizbollah contra sus ciudades norteñas.

"Líbano será la primera prueba del nuevo gobierno sirio", advirtió el viceministro de Defensa de Israel, Efraim Sneh.

"Si Siria permite que Hizbollah reanude sus agresiones contra civiles y soldados (israelíes), entonces se habrá suscripto a la misma intransigencia que la convirtió en la Corea del Norte de Medio Oriente. Pero si contiene a Hizbollah, será una señal alentadora", dijo Sneh.

Sin embargo, es improbable que Hizbollah continúe su lucha armada tras lograr su objetivo de liberar el sur de Líbano, señalaron observadores de otros países.

Además, los guerrilleros chiítas se cuidarán de no contrariar la opinión pública antes de las elecciones legislativas de agosto.

En Líbano, la noticia de la muerte de Assad fue recibida con una mezcla de tristeza y preocupación.

El líder sirio había establecido un férreo control sobre su vecino occidental, para resentimiento de algunos libaneses que también criticaron a su propio gobierno por colaborar con Siria.

Pero otros veían a Assad como un protector mediante sus intervenciones durante la guerra civil. Varios diarios libaneses publicaron el domingo ediciones especiales sobre la muerte del presidente sirio, y lo elogiaron por su firmeza en el proceso de paz.

Assad había nacido en 1930 en la ciudad de Qaradaha. En 1947 se incorporó a Baas, un partido socialista nacionalista que procura la unidad de la Nación Arabe.

En 1969 se transformó en ministro de Defensa, en 1970 protagonizó un incruento golpe de Estado y en 1971 fue elegido presidente por referendo popular.

Assad gobernó Siria con mano de hierro durante los siguientes 30 años. Su gobierno produjo un largo período de estabilidad, pero los críticos señalan que perjudicó la economía y las relaciones internacionales.

Hasta hace pocos años, Siria estaba en la lista estadounidense de "países renegados" que patrocinan el terrorismo, y también fue uno de los últimos estados satélites de la antigua Unión Soviética.

Assad murió mientras discutía por teléfono asuntos regionales con el presidente de Líbano, Emile Lahoud.

Lahoud dijo en un telegrama de condolencia a Bashar que había sido la última persona en hablar con su padre.

"Lo último que me dijo fue: 'Nuestro destino es construir para nuestros hijos un futuro mejor, y nuestro deber dejarles una herencia mejor que la que tuvimos nosotros'. Luego se produjo un silencio repentino, y comprendí que había pronunciado su último mensaje", escribió Lahoud. (FIN/IPS/tra-en/kg/bl/da/mlm/ip/00

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