La Corporación Andina de Fomento (CAF) informó hoy que después de 30 años de historia y de otorgar 23.000 millones de dólares en préstamos, concentrará su actividad financiera en contribuir al futuro sustentable de una región en la que la crisis económica ha dejado huellas.
La necesidad de impulsar el desarrollo hizo necesario "redefinir acciones" para ir más allá de lo meramente financiero y económico, dijo el boliviano Enrique García, presidente de la CAF, que tiene como principales accionistas a los cinco países de la Comunidad Andina: Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.
En todas las publicaciones de la CAF, que tiene su sede en Caracas, figuran desde hace tiempo como metas esenciales el desarrollo sustentable y la integración regional, especialmente en tiempos de una globalización que "se come a los países chicos".
La Corporación nació "como una pequeña institución financiera que parecía una utopía" en junio de 1970, recordó García este lunes. Treinta años después, se ha convertido en la principal fuente de financiamiento multilateral en el área andina.
El pequeño y utópico banco funcionó de esa manera durante dos décadas, pero en los últimos 10 años experimentó un fuerte proceso de crecimiento. De los 23.000 millones de dólares en préstamos y aportes, 20.000 millones fueron canalizados a partir de 1990.
Ese drástico aumento de los préstamos de la CAF a los países andinos fue posible gracias al incremento del capital social, a la reinversión de utilidades, a la recuperación de créditos y a la captación de recursos en fuentes externas como los mercados financieros internacionales, informó la Coporación.
La entidad financiera andina espera recaudar este año al menos 800 millones de dólares mediante la emisión de bonos en los mercados internacionales, donde tiene una de las calificaciones más altas otorgadas por agencias de riesgo a un emisor latinoamericano.
Más de 95 por ciento de los recursos que maneja la CAF provienen en la actualidad de fuentes extrarregionales, entre ellas los mercados de capitales de Europa, Japón y Estados Unidos.
García precisó que la visión de un futuro sustentable para los países plantea la necesidad de combinar factores como la estabilidad macroeconómica, el progreso social y la consolidación democrática. La CAF también asigna gran importancia a la conservación ambiental como clave del desarrollo.
La Corporación se ha propuesto dedicar en el futuro inmediato recursos para mejorar la competitividad, reforzar la institucionalidad y profundizar el desarrollo de infraestructura. Pero además, confía en lograr buenos resultados en su "papel catalizador" de inversiones.
La CAF cumple ese papel catalizador cuando facilita la llegada de otras fuentes de capital a la zona andina, señaló el presidente de la institución.
En otro frente, la CAF también espera incorporar una mayor cantidad de países latinoamericanos no andinos como accionistas y posiblemente a España. México, Chile, Trinidad y Tobago, Brasil, Paraguay, Panamá y Jamaica se convirtieron en accionistas de la entidad andina en los últimos 10 años.
El mayor accionista es Brasil, que hizo un aporte de 50 millones de dólares a la Corporación Andina. Entre los anuncios realizados en ocasión del 30 aniversario, se destacó la participación de ese país en el proyecto financiero andino.
García, por su parte, indicó que en el último año, la CAF comenzó a operar activamente con Brasil como receptor de financiamiento de proyectos con repercusión en el bienestar de los países de la Comunidad Andina.
La Corporación contribuyó a financiar una carretera y un tendido eléctrico en el norte de Brasil, con el fin de empalmarlos con estructuras similares en el sureste de Venezuela. También cooperó con la construcción del gasoducto entre Sao Paulo y la boliviana ciudad de Santa Cruz.
Los proyectos de desarrollo de la CAF, sin embargo, deberán implementarse en medio de una precaria situación económica en el área andina. Al respecto, la Corporación calculó una caída de cuatro por ciento del producto interno bruto (PIB) de la zona en 1999.
Para este año, la CAF espera una recuperación "pronta, aunque lenta" de los países andinos, que sería de 3,4 por ciento del PIB. (FIN/IPS/lc/ff/if/00
