Las mujeres de Chile fortalecieron su posición en la última década, e incluso muchas ocupan importantes cargos de gobierno, pero sus salarios y condiciones de trabajo se deterioraron, según organizaciones no gubernamentales y expertos.
Esta conclusión responde al cálculo del Indice de Compromiso Cumplido (ICC), que mide el avance de las mujeres en la sociedad chilena sobre en base al Plan de Acción acordado en 1995 en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Beijing y organizada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El informe que contiene el índice será elevado a la sesión especial de la Asamblea General de la ONU denominada "Mujeres 2000: Igualdad de Género, desarrollo y paz para el siglo XXI", que se celebrará entre este lunes y viernes en Nueva York.
En la sesión se evaluará el avance alcanzado en los cinco años transcurridos desde la conferencia en Beijing y se estudiarán nuevas acciones al respecto.
Las organizaciones de mujeres chilenas establecieron el ICC como instrumento de control ciudadano que mide el cumplimiento de los compromisos del país en materia de derechos femeninos, de modo de determinar cuánto se ha avanzado y cuánto falta por avanzar.
En términos generales, el ICC no presenta avances sustantivos en la situación de las mujeres, y refleja una distancia muy importante entre la realidad y las metas propuestas en Beijing y en la Conferencia Mundial sobre Población y Desarrollo, celebrada en El Cairo en 1994.
Sus resultados muestran que los compromisos asumidos en esas dos instancias no se cumplieron de manera efectiva.
"Este es un gran llamado de atención. Si bien Chile aventaja en algunos aspectos a otros países latinoamericanos, en varios estamos peor, por ejemplo en materia de derechos sexuales y reproductivos", dijo a IPS Teresa Valdés, coordinadora del equipo que calculó el ICC.
El informe señala que, a pesar de ciertos avances en el plano de los derechos sexuales y reproductivos —como el mayor acceso a métodos anticonceptivos—, el Estado ha manifestado escasa preocupación en impulsar el ejercicio pleno de esos derechos y mejores condiciones de salud para las mujeres.
Asimismo, las mujeres en edad reproductiva son altamente discriminadas por el sistema privado de salud, pues deben pagar promedio tres veces más de lo que paga un hombre de igual edad y condición por el mismo servicio.
Los progresos responden "al logro de condiciones básicas de atención de salud, quedando aún una gran brecha por cumplir para alcanzar las propuestas de la Plataforma de Beijing y El Cairo de manera de asegurar a las mujeres una buena salud sexual y reproductiva", advierte el informe del ICC.
Al mismo tiempo, sectores conservadores de Chile continúan desalentando el debate sobre derechos sexuales, lo cual impide avances en la legislación.
Uno de los resultados más preocupantes del ICC se refiere a la autonomía económica y empleo de las mujeres, pues revela retrocesos en materia de equidad.
La disparidad de salarios es tal que estas reciben 60 por ciento promedio de lo que obtienen los hombres por el mismo trabajo. En 1995, los salarios medios de las mujeres representaban 80 por ciento de los correspondientes a los hombres.
De acuerdo con el ICC, las condiciones de contratación (así como el beneficio de la existencia de contrato) también empeoraron, y aumentó así la desprotección de las trabajadoras asalariadas.
Este retroceso "es particularmente relevante si se considera que un importante porcentaje de la población femenina se encuentra en el mercado laboral y que, por lo tanto, las diferencias existentes afectan a un gran número de mujeres".
Donde sí se establecen cambios positivos es en el área de participación ciudadana y acceso al poder, gracias al aumento de mujeres en cargos legislativos de elección popular, en alcaldías y en la dirección de los partidos políticos.
El informe, elaborado antes de que el socialista Ricardo Lagos asumiera la Presidencia de Chile, señala que la voluntad del gobierno por lograr avances en la participación sociopolítica de las mujeres era prácticamente nula respecto de las metas propuestas en Beijing.
Sin embargo, los ministerios de Educación, Salud y Relaciones Exteriores, entre otros, son hoy encabezados por mujeres. Lagos se comprometió a otorgar más poder a las mujeres y fue la actual canciller Soledad Alvear quien dirigió la campaña electoral en la segunda vuelta.
La ministra a cargo del Servicio Nacional de la Mujer, Adriana Delpiano, anunció la oposición a la flexibilización de las normas laborales que protegen la maternidad, a debate en la Asamblea de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que comenzó el 30 de mayo en Ginebra.
Las reformas al Código del Trabajo que protegen la maternidad serán avances que destacará la delegación chilena en la sesión especial de la Asamblea General de la ONU.
Delpiano acogió con beneplácito el ICC, pero destacó como puntos positivos la promulgación de las leyes de filiación, que contempla los derechos de los hijos nacidos fuera del matrimonio, sobre delitos sexuales y la reforma a la Constitución que especifica la igualdad jurídica entre mujeres y hombres. (FIN/IPS/as/mj/dv pr/00