PERU: Toledo renuncia y no renuncia a candidatura presidencial

La ambigua renuncia del candidato opositor a la Presidencia Alejandro Toledo a la segunda vuelta del día 28 y las advertencias de la OEA al gobierno de Alberto Fujimori desnudan la crisis del proceso electoral en Perú.

Toledo, quien obtuvo 40,12 por ciento de los votos en la primera ronda electoral, comunicó públicamente que no participará en la segunda ronda si no se aplaza al 18 de junio.

El ex canciller Francisco Tudela, candidato a vicepresidente en la fórmula que encabeza Fujimori, atribuyó la renuncia al hecho de que "las encuestas revelan que Toledo no podrá ganar". El candidato opositor "ha optado por desestabilizar el proceso con la esperanza de obtener respaldo internacional", sostuvo.

Según las últimas encuestas, cuya difusión está prohibida dentro del país desde el día 13 por las leyes electorales, Fujimori, quién ganó la primera ronda el 9 de abril con 49,89 por ciento de los votos, obtendría en la segunda ronda entre 51 y 52 por ciento.

El Jurado Nacional de Elecciones (JNE) declaró improcedente la postergación pedida por Toledo y por la misión de observadores de la OEA (Organización de Estados Americanos), pues la Constitución "establece que la segunda ronda debe realizarse antes de los 30 días de la proclamación de los resultados de la primera vuelta".

La Misión de Observadores Electorales de la OEA recomendó un aplazamiento hasta el 11 de junio. Su presidente, el ex canciller guatemalteco Eduardo Stein, expresó que sus técnicos necesitaban mas tiempo para analizar el sistema de cómputo.

Toledo sostuvo que el único motivo para el aplazamiento sería adoptar medidas dirigidas a desmontar la maquinaria de fraude que en su opinión existe. Pero aclaró que, si cumplida la prórroga consideraba que aun así no se había anulado ese aparato, tampoco participaría.

Si bien la renuncia de Toledo era recomendada por un sector de sus seguidores y aliados desde hace algunas semanas, el gesto enrareció el ambiente político.

El objetivo de Toledo no aparece aún muy claro. El candidato no ha presentado renuncia formal ante el JNE. En un acto realizado horas después de proclamar su retiro, anunció que seguirá en campaña, realizando movilizaciones populares en las ciudades mas importantes del país.

"Eso puede significar que Toledo podría no concretar su renuncia, o que promoverá una nueva forma de acción política destinada a frustrar la victoria de Fujimori desestabilizando el proceso electoral mediante agitación callejera", opina el sociólogo Fabio Solorzano, de la organización no gubernamental Población y Desarrollo.

"Al anunciar primero que no participará en la segunda ronda electoral para luego, horas después, expresar que no tirará la toalla, Toledo pateó el tablero pero aún lo sostiene con una mano… Estamos ante otra de las dubitaciones que caracterizan su conducta", opinó el historiador Efraín Trelles.

El diario El Comercio, que respalda a Toledo pero no de forma plena, comentó este viernes en su portada que las "marchas y contramarchas" del candidato opositor han creado "un oscuro panorama político".

Si bien la mayoría de los líderes de los partidos aliados de Toledo respaldan su renuncia a la segunda ronda, algunos de los parlamentarios electos bajo su liderazgo político no parecen muy satisfechos con el audaz gesto.

"La renuncia de Toledo no ofrece a su electorado una opción clara. El sector más radical, que parece creer que vive el preludio de una revolución popular, ya habla de un paro general y tratará de desbordar los mítines, asustando a la mayoría de sus simpatizantes", según el socialdemócrata Javier Valle Riestra.

Toledo formuló otras exigencias: un nuevo sorteo de los seis miembros (tres titulares y tres suplentes) de los jurados de las 98.000 receptoras de votos en todo el país y la asignación de la misma cantidad de tiempo a los dos candidatos en los noticieros de la televisión privada.

Estas exigencias también fueron desestimadas, la primera por el JNE y la segunda por el gobierno de Fujimori, quien ofreció a Toledo una mayor cobertura en la televisora estatal, pero aclaró que no puede imponer nada a los canales privados "porque atentaría contra la libertad de prensa".

Frente a la ambigua renuncia de Toledo, el oficialismo parece dividido. Unos piden al JNE que proclame presidente a Fujimori de acuerdo con el precedente de 1985, cuando se aceptó la renuncia del candidato marxista Alfonso Barrantes y se proclamó al socialdemócrata Alan García.

Otro sector estima que debe procederse a realizar las elecciones, rechazando la renuncia de Toledo o con Fujimori como único candidato, porque una votación superior a 50 por ciento legitimaría su elección.

"Esa última fórmula podría desembocar en la anulación de las elecciones si más de las dos terceras partes de los votos son nulos o en blanco, desenlace que parece imposible dada la persistencia del respaldo electoral de Fujimori, superior o cercano a 50 por ciento", opinó Valle Riestra.

Stein fue informado por el JNE sobre la posibilidad de que el proceso electoral se realice con un solo candidato, y en consecuencia su misión no se retirará del país. Pero reiteró que no podría avalar el resultado si no se aplazaba la segunda ronda al 11 de junio para auditar el sistema de cómputo.

Tudela rechazó el pedido de Steín, porque, dijo, los observadores no tienen la función de avalar ni dar pautas a los gobiernos soberanos, puesto que "deben limitarse a observar y opinar despues".

El defensor del Pueblo, Jorge Santistevan de Noriega, respaldó el pedido de postergación formulado por la OEA, considerando la gravedad política de la crisis generada por la renuncia de Toledo. "Hay que encontrar una dosis de sabiduría para resolver el problema constitucional y encontrar una solución", dijo.

El congresista opositor Ernesto Ganarra opinó que el gobierno debe acceder a la postergación de la segunda ronda, "pues el 4 de junio de reunirán los cancilleres de la OEA" y analizarán la situación en Perú.

Si los cancilleres "reciben un informe negativo de la Misión de Observadores Electorales, condenaran a nuestro país y eso sería muy grave", sostuvo Ganarra.

Valle Riestra afirmó que "el aplazamiento no resolvería el problema, pues Toledo volvería a renunciar si no está seguro de ganar y quedaríamos en la misma situación".

"Si bien Toledo es responsable de esta crisis por su zigzagueante conducta política, la causa inicial de este problema es la cuestionable intención reeleccionista de Fujimori. Hay que modificar la Constitución y prohibir la reelección, inmediata o mediata, como en México", dijo.

En su opinión, la salida de la crisis es la creación de un gobierno provisional, dirigido por Fujimori o su vicepresidente Tudela, "que podría conseguirse si el parlamento electo acorta voluntariamente su periodo a un año, forzando al presidente a convocar elecciones para dentro de unos nueve meses". (FIN/IPS/al/mj/ip/00

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