El comportamiento del mercado laboral de América Central en los años 90 dejó más desafíos pendientes que avances importantes, advirtió el economista Miguel del Cid, experto en empleo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La región no sólo requiere un mayor ritmo de crecimiento sino también mejor dirección para sus políticas laborales, y ese es su gran problema, dijo Del Cid a IPS.
"De nada sirve que la producción de estas naciones aumente si el crecimiento sólo beneficia a las zonas urbanas", agregó el experto, integrante de un equipo técnico multidisciplinario de la OIT.
El funcionario añadió que es necesario impulsar las actividades agrícolas para lograr un avance en el área rural, la más rezagada de la región.
Del Cid comentó que en la década pasada el país del istmo que generó menos empleos fue Nicaragua, mientras que el de mejor comportamiento en ese sentido fue Panamá.
El economista señaló que entre los problemas que más afectan a algunos países del istmo se pueden enumerar el empleo y subempleo.
Dos tercios de la fuerza laboral de Guatemala se compone de subempleados. Mientras, la década concluyó en Honduras con la creación de casi 80.000 nuevos empleos en empresas maquiladoras, si bien la precariedad de los empleos, en general, aumentó.
Tanto Del Cid como investigadores del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) insisten en que América Central es una de las regiones del mundo con más disparidades sociales entre uno y otro país.
Un obrero industrial no calificado del área urbana de Nicaragua gana 20 centavos de dólar por hora, mientras que el mismo tipo de trabajador recibe por la misma labor 96 centavos de dólar en Costa Rica y 1,08 dólares por hora en Panamá.
Estas diferencias, empleadas por economistas y sociólogos para resaltar la fragmentación de América Central, están detalladas en el último informe publicado al respecto por la OIT.
La investigación reveló que un obrero industrial que reciba un salario mínimo necesita en Panamá casi dos horas para comprar un "big mac" p-una variedad de hamburguesa de la cadena de comida rápida McDonald's—, mientras que en Honduras debe trabajar 6,4 horas y en Nicaragua unas 10 horas.
Para construir una vivienda popular de 60 metros cuadrados un obrero industrial de Nicaragua tendría que trabajar 23 años y medio p-sin contar el costos del terreno y del financiamiento—, mientras en Costa Rica y Panamá deberá invertir seis años y ocho meses.
De acuerdo con economistas y políticos de la región -pcomo el Premio Nobel de la Paz Oscar Arias— para comenzar el crecimiento del istmo debería ser superior a un cinco por ciento anual para abrir un periodo de despegue económico.
Sin embargo, los países del área crecieron en los años 90 apenas 4,09 por ciento promedio, de los cuales El Salvador es el que mostró un mejor desempeño del quinquenio 1993-1997 (5,14 por ciento) y Costa Rica fue quien presentó el peor (3,18 por ciento).
Otro de los problemas que preocupan a analistas locales es el proceso de "informalización" que en los últimos años ha vivido el istmo.
Los datos oficiales estiman que en países como El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua el sector informal ocncentra alrededor de 50 por ciento del empleo urbano.
Es decir, uno de cada dos trabajadores labora por cuenta propia o en empresas de menos de cinco empleados, en las que no prestan servicios como técnicos ni como profesionales.
"Es definitivo que en los últimos años el sector informal de América Central se ha engrosado", comentó a IPS Miguel Marín, secretario general de la Confederación Unitaria de Trabajadores de Costa Rica.
Marín indicó que la sistuación laboral se ha deteriorado en la última década, debido a las políticas gubernamentales, las legislaciones obsoletas y las corrientes migratorias, según el sindicalista. (FIN/IPS/nms/mj/lb/00