MERCOSUR: Ingreso pleno de Chile tiene ritmo económico lento

El camino para el ingreso pleno de Chile al Mercado Común del Sur (Mercosur) tendrá un ritmo económico lento, más allá de la voluntad política del presidente Ricardo Lagos y de sus pares Fernando de la Rúa, de Argentina, y Fernando Henrique Cardoso, de Brasil.

La cautela con que el gobierno de Lagos ve la adhesión plena al Mercosur quedó de manifiesto en la reunión que sostuvo el lunes y el martes en Santiago el Comité de Negociaciones de Chile y la Unión Europea (UE) sobre un futuro tratado de asociación política y económica entre ambas partes.

La canciller Soledad Alvear y sus principales colaboradores en el tema plantearon a los delegados de la Comisión Europea, órgano ejecutivo de ese bloque, presididos por el francés Guy Legras, el propósito chileno de una negociación aparte a la que la UE lleva a cabo también con el Mercosur.

La Comisión Europea adoptó en 1998 un mandato para los tratados de asociación con Chile y el Mercosur, con la premisa de que ambos procesos negociadores deben ser simultáneos para culminar en una misma fecha.

Chile es desde 1996 miembro asociado del Mercosur, el acuerdo de unión comercial y aduanera que Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay constituyeron en 1991 y que es caracterizado como el más dinámico proceso de integración regional en América Latina.

El nuevo gobierno de Lagos, en el cargo desde el 11 de marzo, fijó como prioridad de su diplomacia económica el ingreso pleno de Chile al Mercosur, culminando el proceso que en ese sentido dejó avanzado su antecesor, Eduardo Frei.

Lagos, líder de los sectores socialista y socialdemócrata de la Concertación por la Democracia, integrada también por demócratacristianos, cuenta para estos propósitos con un declarado respaldo de los presidentes De la Rúa, de Argentina, y Cardoso, de Brasil.

La común inspiración socialdemócrata de Lagos, De la Rúa y Cardoso plantea la existencia en el Cono Sur de América de un eje político en que los tres países pueden proyectar su identidad también a la integración económica.

Lagos planteó durante su campaña presidencial la meta de la pronta integración plena de Chile al Mercosur, pero advirtió que las gestiones en pos de ese objetivo debían obviar de alguna manera el tema arancelario, que ha constituido hasta ahora el principal escollo para un acuerdo.

Chile tiene un arancel externo único para las importaciones, actualmente de nueve por ciento, y que, dentro de un proceso de rebaja progresiva iniciado en 1998, será de seis por ciento en el 2003.

El Mercosur, en cambio, cuenta con una estructura arancelaria común para sus cuatro miembros en su unión aduanera, pero diversifica sus gravámenes según los productos, con porcentajes de van de 10 a 33 por ciento.

La ministra Alvear reiteró el día 4 ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado que la integración chilena al Mercosur es una prioridad para el gobierno de Lagos y que, en ese sentido, se espera acelerar el proceso de liberación del intercambio definido en el tratado comercial de 1996.

La canciller indicó, además, el propósito gubernamental de mejorar los mecanismos de soluciones de controversias con el Mercosur, evitando la discrecionalidad con que se abordan a veces conflictos puntuales y poniendo término a las soluciones "ad hoc".

Alvear apuntó así a una de las críticas centrales que las asociaciones de empresarios hacen al Mercosur, en términos de que su propuesta de integración es muy "burocrática y poco realista", lo cual amenaza el futuro del proceso cada vez que se presentan conflictos entre Brasil y Argentina, sus dos socios mayores.

No obstante la confirmación de la meta estratégica de la unión plena de Chile al Mercosur y el declarado propósito de avanzar en la liberalización comercial y en la integración política y social, la ministra advirtió que la adhesión plena llevará un largo tiempo.

Ello, porque Chile tendrá que esperar a que el bloque avance, a su vez, en su proceso de apertura económica, hasta llevar su estructura arancelaria a rangos aproximados a los que este país planea alcanzar en el 2003.

La opción preferencial del gobierno de Lagos por el Mercosur no implica dejar de lado los otros frentes de negociaciones comerciales, entre los cuales Europa tiene una alta ponderación, al igual que Estados Unidos.

La UE fue receptora en 1999 de exportaciones chilenas por 4.123,9 millones de dólares, cifra muy superior a la del Mercosur, de 1.520,2 millones.

Los mercados asiáticos recibieron, a su vez, ventas chilenas por 4.321 millones y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, formado por Estados Unidos, Canadá y México) por 3.088,8 millones.

De ahí entonces el interés chileno en continuar con una política agresiva de apertura comercial que, en el caso de la UE, busca que la suerte del tratado de asociación no se subordine al conjunto de la negociación del bloque europeo con el Mercosur.

Del mismo modo, y si bien está descartado en el horizonte cercano insistir en el ingreso de Chile al TLCAN, el nuevo gobierno confía también en que habrá avances en los próximos años, para liberar el intercambio en todo el continente a través del Area de Libre Comercio de las Américas. (FIN/IPS/ggr/dm/if/00

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