Una explosión de informes de la OMS y de otras fuentes acerca de la propagación de tipos de tuberculosis resistente a los fármacos alarma a los médicos, que temen el aumento de la cantidad de muertes por esa enfermedad, calculadas en dos millones al año.
En México, por ejemplo, estudios realizados en el sur del país revelaron que más de 28 por ciento de los casos de tuberculosis son "resistentes a dos antibióticos comunes, rifampina e isoniazida".
En otras regiones hay evidencias de que hasta 50 por ciento de los casos de tuberculosis son resistentes a algunos de los principales fármacos utilizados como cura de la enfermedad.
La situación de México se reproduce en otros países de Africa, América Latina y Asia, según la OMS (Organización Mundial de la Salud). Entre ellos se encuentran Argentina, Bangladesh, China, Costa de Marfil, República Dominicana, India, Mozambique y Sudáfrica.
Esta semana, la OMS señaló que las conclusiones de su primer informe sobre la incidencia de cepas de tuberculosis resistentes a los fármacos en 38 regiones son "sumamente alarmantes".
Los países industrializados no escaparon a la propagación de la tuberculosis resistente a los fármacos, agrega. "En Alemania y Dinamarca, el porcentaje de pacientes resistentes a un sólo fármaco aumentó 50 por ciento en 1996, y en Nueva Zelanda la resistencia a un fármaco superó el 100 por ciento en un año".
No es de sorprender, entonces, que la OMS exhorte a que se eleve el grado de conciencia sobre el problema este viernes, en la ocasión del Día Mundial de Lucha contra la Tuberculosis.
Si no se frena la creciente incidencia de tuberculosis resistente a los fármacos, "podremos perder rápidamente terreno en materia de conquistas de salud y desarrollo", destacó la OMS. "La tuberculosis es una amenaza mundial".
"Todos los países con alta incidencia de tuberculosis deben asegurar la cobertura a nivel nacional del paquete básico para controlar la enfermedad, que la OMS denomina DOTS", dijo el epidemiólogo Christopher Dye, de la organización.
DOTS, siglas en inglés para el tratamiento de corto plazo directamente observado, es un programa cuya prosperidad depende de los trabajadores de la salud y de los sistemas de salud pública. Exige a los sistemas de salud, y no al paciente, que se responsabilicen por la cura.
Una vez que se diagnosticó la enfermedad, los médicos y enfermeras deben asegurarse diariamente que el paciente recibe y toma los debidos medicamentos por un lapso de varios meses.
Así mismo, los profesionales deben seguir el sistema recomendado por la OMS para registrar e informar sobre el resultado del tratamiento en todos los casos.
Si se aplica correctamente, el DOTS permite una "posibilidad muy elevada de curas y un riesgo muy bajo de muertes", agregó Dye.
"En todo el mundo, más de 1,7 millones de pacientes recibieron con éxito el tratamiento DOTS. En la mitad de China, la tasa de curación de los casos nuevos es de 96 por ciento. En Perú, el uso generalizado del DOTS durante más de cinco años llevó al tratamiento con éxito de 91 por ciento de los casos", explicó la OMS.
Así mismo, el DOTS curó hasta 95 por ciento de los casos en los países más pobres donde se aplicó e impide "nuevas infecciones al curar a los pacientes infectados".
El programa también resulta económico, según la OMS. Los fármacos para el tratamiento de seis meses cuestan 11 dólares por paciente en algunas partes del mundo. Incluso el Banco Mundial calificó al tratamiento de uno de "los más económicos entre todas las intervenciones de la salud".
La actual emergencia de salud pública se debe parcialmente a que los gobiernos no aplicaron plenamente el programa DOTS, según la OMS.
"Tendemos a ver más resistencia a las drogas en los países que aún no tienen programas DOTS", destacó Dye.
Si no se resuelve de inmediato, entre este año y el 2020 casi mil millones de personas quedarán expuestas a la enfermedad, 200 millones se enfermarán y 35 millones morirán, según estudios de la OMS.
En la actualidad se producen casi tres millones de casos de tuberculosis por año en el sur y el sudeste de Asia. La mayor cantidad de infecciones tiene lugar en Bangladesh, Camboya, Filipinas, India y Pakistán.
Así mismo, todos los años se producen 1,5 millones de casos de tuberculosis en Africa subsahariana y 250.000 en Europa oriental.
Esta semana, los gobiernos de 20 países donde se producen casi 80 por ciento de los casos de tuberculosis del mundo se reunieron en Amsterdam para analizar la forma de profundizar el combate contra la enfermedad.
El Banco Mundial advirtió en la ocasión sobre el impacto debilitante que ejerce la tuberculosis en el desarrollo de los países.
"Un mundo sin pobreza seguirá siendo sólo un sueño a menos que unamos nuestras manos para superar las grandes amenazas que sufren los pobres y la gente marginada en todo el mundo. Sin duda, la tuberculosis es una de esas amenazas", destacó Mieko Nishimuzu, vicepresidenta del Banco Mundial en Asia meridional.
La tuberculosis y la pobreza están muy unidas, agregó. "Las malas condiciones de vida y de trabajo estimulan la trasmisión y la enfermedad, y ésta exacerba el padecimiento económico y social".
"India probablemente pierda 3.000 millones de dólares por año debido a la tuberculosis", señaló Arata Kochi, al frente de la campaña antituberculosis de la OMS. (FIN/IPS/tra-en/mmm/da/aq/he/00