MERCOSUR: Argentina y Brasil reconstruyen la confianza mutua

Argentina y Brasil finalizaron hoy, en un clima de optimismo y entendimiento, las negociaciones por la marcha del Mercosur iniciadas el miércoles en esta capital en medio de acusaciones y amenazas mutuas.

El canciller argentino Adalberto Rodríguez Giavarini, que intervino en las gestiones a través de comunicaciones telefónicas con su par brasileño Luiz Felipe Lampreia, calificó el diálogo de "trascendente" para "fortalecer y relanzar" el bloque, que arrastra problemas "graves" desde 1998.

Por su parte, el embajador brasileño ante el Mercosur, José Botafogo, aseguró que en las sesiones de trabajo hubo "plena coincidencia" en que las controversias bilaterales pendientes podrán tener una solución "equilibrada", que permita eliminar los problemas "desde la raíz".

Satisfechos por la definición del régimen para el intercambio de automóviles, anunciado en la noche del jueves, ambos países postergaron sin plazos la resolución del resto de los asuntos en disputa, como es el caso del comercio de pollos, cerdos, calzado, azúcar, textiles y acero.

Las conversaciones por el comercio bilateral de automóviles, frustradas en los últimos dos años, llegaron a buen fin en momentos en que reina el escepticismo por la crisis que sufre el Mercosur, que también integran Paraguay y Uruguay.

Este bloque es una zona de libre comercio que se propone ser un mercado común de más de 200 millones de habitantes, e incorporar como miembros plenos a sus actuales socios, Bolivia y Chile.

En el marco de las negociaciones de Buenos Aires también se acordó impulsar la creación de un tribunal permanente de solución de controversias, para evitar que los conflictos tengan que ser dirimidos ante la Organización Mundial de Comercio, como ya ocurrió con textiles, calzado y otros rubros.

Los diferendos más notorios de los últimos meses surgieron a partir de la devaluación de la moneda brasileña, el real, en enero de 1999, que generó un desequilibrio comercial en la región. Argentina también cuestiona la política de subsidios y de incentivos fiscales a la radicación de inversiones de Brasil.

Los beneficios otorgados por varios estados brasileños son criticados severamente por gobernadores de provincias argentinas y la Unión Industrial de este país, que denunciaron un éxodo de empresas hacia Brasil.

Sin embargo, el proceso de deterioro de las relaciones comenzó un tiempo antes.

La recesión en Argentina y Brasil se inició en 1998, tras la crisis en Rusia. En ese contexto se precipitó la depreciación del real que, sumada a la caída de los precios internacionales de los productos básicos, conformó un panorama crítico para la región.

Precisamente, la estabilidad del real también fue un tema urticante a comienzos de esta semana, cuando funcionarios y políticos argentinos sugirieron establecer mecanismos de compensación para el caso de una nueva devaluación brasileña.

Pero los jefes de ambas delegaciones coincidieron este viernes en que las diferentes políticas de tipo de cambio no son un obstáculo para avanzar en la integración y, en cambio, destacaron la necesidad de atender los problemas sectoriales concretos y darles tiempo para que mejoren su competitividad.

El gobierno argentino de Fernando de la Rúa se comprometió al asumir el 10 de diciembre a relanzar el Mercosur, pero a tres meses de iniciada la gestión las negociaciones en el bloque parecían no poder superar la etapa de declaraciones de buena voluntad, sin que se llegara a acuerdos concretos.

Por eso, la firma del acuerdo del comercio bilateral de automóviles con Brasil significó una suerte de bálsamo para el gobierno, observadores, medios periodísticos y público en general en este país.

Este convenio, que será ahora negociado con Paraguay y Uruguay, fija hasta el 2005 un arancel de 35 por ciento para los vehículos y una escala de 8,5 a 16,5 por ciento para las partes de automóviles que se compren fuera del bloque.

Los fabricantes de automóviles estuvieron de acuerdo en la resolución porque crea un ambiente de estabilidad y una proyección de futuro que permite atraer nuevas inversiones.

En cambio, las empresas de partes de vehículos consideraron que la protección fijada es baja, lo cual acarreará el cierre de fábricas y los consecuentes despidos de personal.

Los negociadores reunidos en Buenos Aires anunciaron, además, que impulsarán una politica común para el desarrollo regional, que prevé inversiones conjuntas en infraestructura.

En este marco, se fijó una reunión en Buenos Aires para este martes entre el presidente De la Rúa y el gerente general del Plan Avanza Brasil, José Paulo Silveira.

El programa brasileño proyecta inversiones en infraestructura por 400.000 millones de dólares, de las cuales 35.000 millones se gastarán en áreas de influencia del Mercosur.

Los resultados obtenidos en Buenos Aires marcan la reanudación de las negociaciones que estuvieron estancadas por la crisis regional y el recambio de gobierno en Argentina, entre otras cosas.

A partir de ahora los gobiernos del Mercosur se preparan para la cumbre que se realizará en abril en Argentina, ya en un clima de mayor confianza. (FIN/IPS/mv/dm/if ip/00

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