AMERICA LATINA: Reactivación y privatizaciones atraen capitales

Las sólidas perspectivas de reactivación de la economía de América Latina, sumadas a nuevas privatizaciones, adquisiciones y fusiones de empresas, hacen de la región uno de los principales focos de atracción este año de inversiones extranjeras.

Los ejecutivos de las 350 sociedades con mayor presencia en México dijeron el día 20 al presidente Ernesto Zedillo que la inversión extranjera en ese país aumentará este año 20 por ciento en relación a 1999, con ingresos de capitales que ascenderán a los 12.377 millones de dólares.

Según la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo (Unctad), el año anterior México ocupó el tercer lugar en la región como receptor de inversiones externas, luego de Brasil y Argentina.

Pese al impacto de la crisis internacional en América Latina, que se tradujo en un estancamiento del producto interno bruto (PIB) regional, el volumen de inversión extranjera directa superó en 32 por ciento el de 1998 y todas las señales apuntan a que el auge se mantendrá este año.

La inversión extranjera directa en la región durante 1999, según la Unctad, llegó a 97.000 millones de dólares, mientras que en 1998 su monto fue de 73.000 millones en números redondos.

Los principales receptores de capitales -Brasil, Argentina, México, Chile y Perú- planean la venta de nuevos activos en áreas de interés para las compañías transnacionales, como la energía, las telecomunicaciones y la infraestructura sanitaria, y licitaciones para la construcción y administración de puertos, terminales aéreos y carreteras.

Más allá de los planes de los gobiernos, el sector privado está igualmente inserto en una danza de capitales con corporaciones que adquieren activos locales o de fusiones de empresas que implican nuevos flujos de divisas.

La globalización de la economía estimula la creación de grandes conglomerados financieros, bajo fusiones bancarias que nacen en las economías centrales y que luego comienzan a extender su radio de acción a América Latina y a otras regiones en desarrollo con la compra de bancos locales.

Durante 1999 se invirtieron en América Latina 51.358 millones de dólares en la fusión y compra de empresas, procedentes en 55 por ciento de consorcios europeos, básicamente españoles y franceses, que desplazaron al segundo lugar a los capitales y corporaciones estadounidenses.

Argentina recibió 20.728 millones de dólares destinados a financiar adquisiciones y fusiones, equivalentes a 40,4 por ciento del total regional, gracias a los 15.300 millones que la española Repsol destinó a tomar el control de la ya privatizada empresa petrolera YPF.

Chile ocupó el segundo lugar, con 11.040 millones (21,5 por ciento del total), en virtud de operaciones destinadas sobre todo a la compra o asociación con empresas locales del sector de la energía eléctrica, como Enersis, que pasó a ser controlada por Endesa-España.

En materia de fusiones y adquisiciones hubo en 1999 una baja con relación a 1998, año en que la privatización en Brasil del gigante de telecomunicaciones Telebrás elevó a unos 70.000 millones de dólares los capitales que ingresaron a la región por estos conceptos.

El diario The Wall Street Journal anticipó que este año continuará la pugna por ganar enclaves de inversión entre las transnacionales asentadas en Estados Unidos y en Europa, luego de que estas últimas pasaran a la vanguardia en 1999.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) prevé que tras el "crecimiento cero" de 1999, la región se recuperará este año con un incremento del PIB de 3,5 por ciento, mientras otros organismos apuestan a una tasa en torno de cuatro por ciento.

En el último año, América Latina desplazó al Asia como receptora de inversiones extranjeras, lo cual demostró la positiva evaluación que las consultoras de riesgo y las propias compañías transnacionales hicieron de las medidas con que la región reaccionó ante la crisis internacional.

La devaluación del real a comienzos de 1999 en Brasil contribuyó a que ese país atrajera el mayor volumen de capitales entre las economías latinoamericanas, ya que el precio de sus activos se redujo.

La revaluación que tuvo el dólar en 1999 en varios países latinoamericanos difícilmente se mantendrá como factor de atracción de inversiones este año, en el cual la región deberá mostrarse tentadora para los capitales externos fundamentalmente por la reactivación del crecimiento económico.

El optimismo con que los gobiernos y empresarios observan este año las expectativas de aumento de la inversión foránea en América Latina no es generalizado, ya que para algunos sectores, el proceso de globalización es adverso.

El economista chileno José Cademartori, ex ministro del gobierno de Salvador Allende (1970-1973), señaló que el libre movimiento de capitales crea una situación de incontrolable dinamismo especulativo que hace presagiar crisis internacionales cada vez mayores.

Para Cademartori, este riesgo estará presente mientras no se democraticen las estructuras económicas, dando más atención a los países en desarrollo y, sobre todo, disminuyendo la brecha entre las economías pobres y ricas.

La promisoria evolución de las inversiones externas en 1999 no estuvo ajena a desequilibrios, ya que en última instancia, el grueso de los capitales se concentró en cinco países (Brasil, Argentina, México, Chile y Perú), los más atractivos para las transnacionales.

Otros países más necesitados debido a conflictos políticos y sociales y los desastres naturales que tuvieron que enfrentar, como Colombia, Venezuela y Ecuador, vieron disminuir las inversiones extranjeras en el último año. (FIN/IPS/ggr/ff/if/00

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