Las negociaciones de la OMC para extender la liberalización del comercio agrícola echaron a andar esta semana, en un clima de entendimiento sobre detalles procesales pero de persistente rivalidad por las cuestiones de fondo.
El Comité de Agricultura de la OMC (Organización Mundial del Comercio) convino en un programa que aplaza por lo menos hasta dentro de un año las negociaciones sustanciales sobre los compromisos que los miembros del sistema multilateral están dispuestos a asumir para reducir el proteccionismo en el sector.
Los acuerdos alcanzados sobre las modalidades de trabajo no ocultaron las diferencias entre bloques de países, que recrudecieron cuando se intentó infructuosamente elegir al nuevo presidente del Comité de Agricultura de la OMC.
La Unión Europea (UE), interesada en diluir las reformas para mantener su esquema de agricultura subvencionada por los estados, vetó la candidatura del ex ministro de Relaciones Exteriores de Brasil y actual representante de su país ante los organismos de Ginebra, Celso Luiz Nunes Amorim.
Los europeos alegaron que no podían aceptar la candidatura del representante de un país miembro del Grupo de Cairns, el bloque que reúne a naciones donde la agricultura tiene escasa o nula protección y representa un sector estratégico de la economía.
Una amplia mayoría de los 135 estados miembros de la OMC se había mostrado dispuesta a elegir por consenso a Amorim, un diplomático que también presidió el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Ante el veto de la UE, el noruego Kare Bryn, presidente del Consejo General, máxima autoridad de la OMC entre conferencias ministeriales, aplicó las disposiciones reglamentarias que encomiendan la Presidencia del Comité de Agricultura al organismo superior, el Consejo de Mercancías.
Pero el nuevo presidente del Consejo de Mercancías, el jefe de negociadores de Uruguay, embajador Carlos Pérez del Castillo, solo asumirá su mandato anual el 4 de abril.
Por ese motivo, Bryn decidió extender de manera provisional el mandato del presidente saliente del Comité de Agricultura, Roger Farrel, de Nueva Zelanda.
Uruguay, como Nueva Zelanda y también Brasil, integran el Grupo de Cairns, que presiona a la Unión Europea, Japón y otros países para que eliminen el intervencionismo del Estado en los negocios de la agricultura.
El portavoz de la OMC, Peter Ungphakorn, dijo que los presidentes del Consejo General y del Consejo de Mercancías continuarán las conversaciones con los delegados de los países para concertar una fórmula de solución del espinoso problema de la designación del presidente del Comité de Agricultura.
Algunos delegados, que pidieron reserva de sus nombres, manifestaron preocupación ante los desencuentros entre los grandes bloques de países que desde hace largo tiempo traban el funcionamiento de la OMC y que en diciembre ocasionaron el fiasco de su Conferencia Ministerial en Seattle, Estados Unidos.
Pero ese clima de desentendimiento no impidió que la sesión especial del Comité de Agricultura, realizada el jueves y este viernes, estableciera un calendario de reuniones, que se celebrarán en junio, septiembre y noviembre.
Hasta diciembre, los estados miembros podrán presentar sus propuestas, que serán objeto de una evaluación final en marzo de 2001, antes de entrar en la negociación formal.
El resultado de las primeras reuniones, concluidas este viernes, "fue bueno" y las discusiones se desarrollaron "en un ambiente positivo", evaluó Pérez del Castillo.
En contraste, la disputa por la Presidencia del comité fue "negativa" y repercutió en el resto de los organismos de la OMC al paralizar la elección de autoridades de los otros 16 comités de la institución, lamentó el embajador uruguayo. (FIN/IPS/pc/mj/if dv/00