Vivir en Venezuela es peligroso. Cada 24 horas, 16 personas son asesinadas, 120 vehículos son robados y hay 267 atentados contra la propiedad, según una avalancha de cifras divulgadas ante el violento comienzo de este año.
El gobierno realiza intensas consultas esta semana con el fin de dar los toques finales a un plan de seguridad que será anunciado el 3 de marzo.
Pero también es cierto que este país, donde la elevada criminalidad ya es casi una tradición, ha visto pasar una tras otra las estrategias contra el delito, sin que haya mejorado la calidad de vida.
La visible alarma por el "desborde del hampa" fue aderezada por un comentario del encargado del nuevo plan, el ministro del Interior Luis Dávila, quien atribuyó una responsabilidad en la situación de inseguridad a los medios de comunicación porque, dijo, "son efectistas" al tratar el asunto.
Dávila incluyó a los editores de los medios de comunicación en la ronda de consultas prevista para la ofensiva contra el delito.
Mientras, la crónica roja sigue teniendo trabajo en abundancia: cada fin de semana se cometen alrededor de 30 asesinatos en Caracas, y casi todos los habitantes de este país tienen una experiencia desagradable para contar.
Algunos diarios capitalinos comenzaron a publicar testimonios de víctimas, recomendaciones para el resguardo personal y numerosas estadísticas sobre el estado del crimen.
La Policía Técnica Judicial, encargada de investigaciones criminales, informó que los 5.818 delitos cometidos en la capital en noviembre aumentaron 12 por ciento en diciembre, y otro 33 por ciento en enero, hasta llegar a 8.653 casos.
Los medios han publicado impresionantes infografías revelando que, según las estadísticas de ese cuerpo policial, en 1999 Venezuela sufrió casi 6.000 asesinatos, unos 97.000 robos y hurtos denunciados, 44.000 casos de robo o hurto de automóviles, más de 31.000 lesionados y alrededor de 3.000 violaciones.
Los homicidios de 1999 son más del doble de los 2.474 registrados en 1990.
Numerosos analistas consideran que el combate efectivo a la delincuencia es una asignatura pendiente importante para el gobierno de Hugo Chávez, un teniente coronel retirado que asumió la presidencia a comienzos de febrero de 1999.
La empresa encuestadora Datanálisis difundió este lunes una encuesta según la cual la inseguridad personal es el principal problema actual para la mayoría de la población de Venezuela. La lucha contra la corrupción, una bandera que el gobierno ha esgrimido sin cesar, aparece en cuarto lugar.
"La población está insatisfecha con la gestión de seguridad, siente que la inseguridad se ha desbordado", comentó el director de Datanálisis, Luis Vicente León, al diario El Universal.
El mismo medio recogió información sobre 42 muertes violentas en Caracas durante seis días de febrero, y destacó que 52 por ciento de las víctimas tenían menos de 25 años.
El encargado del plan de seguridad lanzado por el gobierno en marzo de 1999, general Francisco Belisario Landis, defendió este martes la aplicación de esa estrategia, asegurando que la delincuencia en Venezuela "es un fenómeno social".
"No se puede esperar que en un año el nuevo gobierno acabe con la pobreza crítica y la descomposición social, materia prima de la delincuencia", comentó Landis, para quien, sin el plan, los efectos de la delincuencia habrían sido aun más devastadores.
Las autoridades policiales han criticado reiteradamente la entrada en vigencia de un nuevo código penal el 1 de julio pasado, pues consideran que favorece el auge delictivo.
La aplicación de la nueva ley había sido anunciada con bastante anticipación, pero las instituciones de este país no estaban preparadas para su vigencia.
El código establece que la libertad es la regla y la detención es la excepción. Exige a las fuerzas policiales y a los fiscales un trabajo más depurado en el procesamiento de los delincuentes y además establece la liberación de personas cuya causa esté viciada, por ejemplo, por retrasos en el proceso.
La población penal venezolana estaba compuesta por 24.000 personas cuando entró en vigencia el nuevo código, de las cuales al menos 13.000 eran presos sin sentencia. Se asegura que millares recuperaron la libertad en los últimos meses, entre ellos delincuentes peligrosos.
La fiscalía propone la reforma urgente de algunos aspectos del nuevo código, con el fin de facilitar la acción de los investigadores.
Mientras, volvieron a salir a escena algunas asociaciones de ciudadanos venezolanos, formadas para enfrentar la situación de inseguridad. "Luces contra el hampa", "Alarma" y "Venezuela segura" hacen recomendaciones para esquivar a los criminales y demandan la acción de las autoridades.
"Luces contra el hampa" le ha preguntado abiertamente al presidente si la inseguridad figura entre sus prioridades, y advirtió que la situación podría afectar la inversión extranjera, "poniendo en riesgo la recuperación económica".
Las recomendaciones para evitar ser víctima de delitos son variadas. "Venezuela segura" sugiere construir un refugio seguro dentro de la casa, quizás en el baño, habilitado con un celular, para que la familia se encierre allí y llame a la policía en caso de que delincuentes invadan la vivienda.
El matutino El Nacional publicó un informe especial titulado "¿Cómo defenderse del delito?", en el cual recomendó a los venezolanos cerrar las ventanillas del automóvil, usar control remoto para sus garajes, evitar usar prendas de lujo y no auxiliar a la gente en la vía pública.
"Si quiere ayudar, notifique el caso a la autoridad competente", aconsejó el diario. (FIN/IPS/lc/mj/ip/00