COLOMBIA: La capital sin automóviles en día de reflexión

La decisión del alcalde de la capital de Colombia, Enrique Peñaloza, de prohibir la circulación de automóviles particulares este jueves pondrá a pensar a sus 6,5 millones de habitantes sobre los problemas de transporte y la severa contaminación que los afecta.

Estela Otoya, empleada doméstica de 20 años, saldrá como cualquier otro día a las 10:30 GMT (5:30 hora local) de la habitación alquilada en la que vive en el sur de Bogotá, para llegar dos horas después a la casa de una odontóloga, para quien trabaja dos días por semana.

"Todos los martes y jueves demoro dos horas para llegar hasta la casa de la doctora y otras dos para regresar a mi casa", dijo a IPS la joven, para quien la jornada laboral de ocho horas y por las que recibe un pago de 7,7 dólares diarios se extiende a 12 horas.

Otoya es una de las seis, de cada siete personas en Bogotá, que utilizan el transporte público de autobuses, "busetas" (autobuses medianos), "colectivos" (de unos 12 pasajeros) o taxímetros para movilizarse diariamente a sus trabajos.

Cuando la joven llega a su habitación por la noche no tiene tiempo para otra cosa que dormir y sufre con frecuencia dolores de cabeza. Desde que abandonó hace cinco años la casa paterna en una localidad rural de Boyacá, en el centro del país, no ha podido continuar sus estudios de secundaria por falta de tiempo.

El ex alcalde de Bogotá Antaras Mockus comentó que este jueves esas seis personas posiblemente se vean beneficiadas con un poco más de tiempo, a cambio del inconveniente que tendrá la persona que deberá dejar el automóvil en su casa.

Agregó que al final de este día es posible que los bogotanos concluyan en que, si las calles solo fueran ocupadas por el transporte público y vehículos amigables para el ambiente (bicicletas, por ejemplo) se circularía mucho más rápido y un trabajador no tendría que perder cuatro horas de su vida cada día.

Para Mockus, quien utiliza con frecuencia la bicicleta para llegar hasta la estatal Universidad Nacional de la que es profesor de filosofía, el actual modelo de transporte en Bogotá fue pensado para beneficiar a la séptima parte de la población.

El sistema satura las vías de tránsito y produce inevitablemente interrupciones del tráfico todo el día, explicó.

El ex alcalde opinó que en poco tiempo más la quinta parte de los habitantes de la capital tendrá automóviles, si avanza el espíritu consumista y la ciudad no cambia el modelo de transporte.

Un informe de la división de medios de la estatal Universidad Nacional reveló que en Bogotá circulan 665.600 vehículos particulares, que movilizan 30 por ciento de la población y ocupan 80 por ciento de las vías de tránsito.

El estudio señala, además, que 70 por ciento de la contaminación atmosférica es producida por los automóviles y "prevalece sobre las emisiones generadas por la industria", que hacen de esta capital la quinta más contaminada de América Latina.

La ambientalista Alejandra Montoya indicó que la medida adoptada por el alcalde Peñaloza "es importante, porque es una manera de educar a la gente y le está dando un estímulo para reflexionar sobre los temas del ambiente".

Montoya agregó que con la jornada se espera una reducción de 20 por ciento en la emisión de gases de automotores, y de 10 por ciento en los niveles auditivos. Desde el punto de vista ambiental, la idea es disfrutar de una ciudad más bella y amable.

La prohibición de circular automóviles particulares este jueves fue elogiada por Claude Bocu, director general de la sección de Medio Ambiente Urbano de la Unión Europea.

Bocu dijo a la revista Semana que Bogotá "será la primera ciudad no europea que lleve a cabo un día sin automóviles".

Afirmó que con esta medida se va "a concientizar a los habitantes de otras grandes ciudades sobre la incidencia de los automóviles en términos de polución y accesibilidad" y va a demostrar que es posible llevar una vida normal sin necesidad de depender de esos vehículos.

La senadora del opositor Partido Liberal, Vivian Morales, criticó la decisión por considerar que afectará la economía, que afronta una severa recesión.

Por su parte, Lorenzo Suárez, profesor de arquitectura de la privada Universidad Javeriana, consideró a la medida "intranscendente" y afirmó que el verdadero problema de Bogotá es la deficiencia de un servicio de transporte que se dice público, pero que es prestado por empresas privadas.

Otros expertos opinaron que el verdadero problema del transporte público es que no tiene medios masivos, como puede ser el tren subterráneo, que abarataría los costos y harían más eficiente el sistema. (FIN/IPS/yf/dm/en/00

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