La ayuda para la reconstrucción de América Central, prometida tras el paso del huracán Mitch, ha llegado a cuentagotas y el manejo de esos pocos recursos no ha sido transparente, se quejan organizaciones de la sociedad civil.
La última reunión del Grupo Consultivo de seguimiento a los acuerdos de Estocolmo, de mayo de 1999, realizada en Honduras la segunda semana de este mes, dejó al descubierto esos dos problemas, y el doble discurso de los donantes, afirmaron testigos del encuentro.
Hasta ahora se ha desembolsado menos de 30 por ciento de los 9.000 millones de dólares previstos para la reconstrucción y transformación de la región. Por esa razón, los gobiernos centroamericanos clamaron en la reunión para que se haga efectivo el resto de los recursos.
Por otra parte, la sociedad civil duda sobre el manejo de los fondos al igual que los donantes, pese a lo cual éstos mantienen su compromiso a cambio de que el istmo siga su proceso de transformación, que poco aporta para disminuir la vulnerabilidad social, según expertos.
En la reunión de mayo del año pasado en Estocolmo se fijaron seis objetivos básicos para la cooperación internacional con Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, afectados por el huracán.
La primera meta es reducir la vulnerabilidad ecológica y social de la región, a la que se agrega su reconstrucción y transformación, consolidar la democracia con participación de la sociedad civil, promover los derechos humanos, coordinar la ayuda de donantes e intensificar esfuerzos para reducir la deuda externa.
Alfonso Goitia, secretario ejecutivo de la no gubernamental Concertación Centroamericana de Organismos de Desarrollo, dijo a IPS que existe gran preocupación en la sociedad civil por la transparencia en el manejo de los recursos.
En El Salvador, por ejemplo, no hay forma de comprobar que los fondos para la reconstrucción que ingresaron al país suman solo 38,7 millones de dólares, como dice el gobierno.
Cifras oficiales indican que el huracán Mitch dejó en ese país un saldo de 182 muertos, 80.000 damnificados y pérdidas por 133 millones de dólares, mientras que lo solicitado en Estocolmo fue 1.800 millones de dólares para proyectos de reconstrucción y prevención de nuevos desastres.
En tanto, la sociedad civil de Honduras alberga serias dudas sobre el manejo oficial de los 1.600 millones de dólares recibidos, del total de 4.000 millones prometidos.
Clementina García, directora ejecutiva de Interforos, una red que integra a 16 instancias de concertación para un total de 450 organizaciones de base, teme que "se evapore el dinero por falta de controles", ya que el gobierno no quiere someterse a ninguno.
García señaló que una de las deficiencias del acuerdo de Estocolmo es que habla de la necesidad de crear mecanismos de control, pero no los define ni quién debe participar en ellos.
Honduras recibió en la reunión realizada en Tegucigalpa un fuerte espaldarazo de los organismos multilaterales, que alabaron las obras hechas por el gobierno en materia de reconstrucción. Pero las organizaciones no gubernamentales no están tan convencidas.
"El informe del gobierno hondureño no es claro", ya que no se sabe si lo que se ha hecho corresponde a su propia agenda de trabajo o forma parte de los acuerdos de Estocolmo, porque en este país no existen indicadores de medición de impacto, detalló García.
Aseguró que la participación de la sociedad civil se reduce a recibir información oficial, pero no define proyectos ni prioridades.
Por su parte, Goitia indicó que la banca internacional y la cooperación regional saben de la falta de transparencia en América Central, pero dan prioridad a las reformas económicas y no a la lucha contra la corrupción.
"En la medida en que los gobiernos apliquen las medidas de ajuste y privatización de activos ellos no van a frenar los recursos para la reconstrucción. La transparencia pasa a tercer lugar", indicó.
Goitia agregó que "esto significa que hay un doble discurso por parte de los organismos internacionales". Por un lado hablan de transparencia, pero luego someten a los países a "esta lógica de priorizar las medidas económicas y no contra la corrupción".
Indicó que es indispensable el control social, pero los gobiernos le rehuyen a toda costa. La Coordinadora Civil para la Emergencia y Reconstrucción ha realizado dos auditorías en Nicaragua con resultados muy negativo para el gobierno de Arnoldo Alemán.
"La población nicaragüense percibe que el gobierno no ha hecho un buen trabajo, se plantea la posibilidad de mal manejo de fondos y señala que se busca resolver problemas de infraestructura y no de vulnerabilidad", dijo Goitia.
No es para menos. El sacerdote jesuita Xabier Gorostiaga, economista y Secretario Ejecutivo de la Asociación de Universidades de la Compañía de Jesús para América Latina, aseguró que lo que se ha hecho en América Central es muy poco.
"En Nicaragua hay organizaciones no gubernamentales que han construido más casas que el gobierno, sin haber recibido dinero de esa cooperación", afirmó.
Gorostiaga opinó que el gobierno de Alemán pidió demorar el estudio de los avances logrados por Nicaragua con el Grupo Consultivo, para tener tiempo de hacer presión y no arriesgarse a una reprimenda internacional.
El Mitch dejó tras su paso por Nicaragua 2.394 muertos, 400.000 desplazados y daños materiales calculados en más de 1.500 millones de dólares.
El sacerdote dijo que es evidente la merma de la cooperación con la región porque, a pesar de que se ofrecieron 9.000 millones de dólares, "ese dinero no se ve por ninguna parte".
También consideró que el Mitch fue la gran oportunidad perdida por América Central, ya que la destrucción la puso de nuevo en la mira de la comunidad internacional, algo que no sucedía desde los años 70 y 80 cuando la zona enfrentaba guerras civiles.
"No fuimos capaces de aprovecharlo, de presentar soluciones regionales. Porque esto es así, o las soluciones son regionales o no hay solución a los grandes problemas, como la pobreza", afirmó.
Sin embargo, desde los gobiernos las cosas se ven diferentes. La directora de Cooperación Internacional de la cancillería de Costa Rica, Noemí Baruch, en un artículo publicado el día 13 en el diario La Nación, aseguró que se avanza en una agenda concertada para la próxima reunión.
La cita a concretarse en noviembre en Madrid estará dedicada a estudiar proyectos regionales, en vista de que en Estocolmo fueron los mismos países afectados los que se negaron a discutirlos.
La agenda de trabajo propuesta para esa reunión contempla el impulso a la radicación de inversiones, el perfeccionamiento del área de libre comercio regional, mejoramiento de infraestructura, el desarrollo sustentable y prevención y mitigación de desastres naturales, entre otros temas, informó Baruch.
"Si los demás países de la región están de acuerdo con esa propuesta", planteada por el Banco Interamericano de Desarrollo, "entonces tendremos una agenda con los temas relevantes para lograr el desarrollo necesario", señaló. (FIN/IPS/mso/dm/if dv/00)