El reclamo por el usufructo de las riquezas que poseen 28 municipios del convulsionado estado de Chiapas, en en el sudeste de México, impulsó una iniciativa para formar un nuevo estado por la vía constitucional.
Un frente civil por la soberanía de las regiones del Soconusco, la costa y la sierra del sur de Chiapas, pretende la separación de la entidad donde irrumpió hace seis años el rebelde Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en reclamo de los derechos de los indígenas.
Chiapas, con 111 municipios, posee la mayor riqueza acuífera del país, así como vastos recursos ecológicos: 40 por ciento de las plantas registradas en México, 36 por ciento de los mamíferos y 66 por ciento de las aves.
Es un estado con amplio potencial agrícola, así como con una producción petrolera y de maderas preciosas.
El llamado Frente Pro Soberanía del Soconusco General Sebastián Escobar afirmó que los 28 municipios que buscan la independencia de Chiapas generan 60 por ciento de los ingresos del estado, pero sólo 10 por ciento les es retribuido.
En consecuencia, la organización civil advirtió que enviará al parlamento una propuesta para la conformación de un nuevo estado que tendría como capital Tapachula, a 1.180 kilómetros de la ciudad de México.
La región que es ahora centro de disputa alberga además gran riqueza pesquera y turística, en particular porque dispone del único aeropuerto internacional en el estado.
Chiapas es el estado mexicano que más energía eléctrica produce – 55 por ciento-, aun cuando 35 por ciento de sus viviendas carecen de ese servicio.
En contraste con esta riqueza de recursos naturales, 34,2 por ciento de sus municipios está catalogado con un grado de marginación "muy alta" y 50,5 por ciento de "alta", según cifras oficiales.
Además, 30,1 por ciento de la población mayor de 15 años es analfabeta y 62,1 por ciento no terminó los estudios primarios, mientras 42,7 por ciento vive en viviendas sin drenaje.
El frente que pretende conformar el estado número 32 de México, aspira así a obtener los beneficios económicos que le han negado los gobiernos federal y estadual, señaló Angel Aguiar, miembro de la organización.
Chiapas, donde varios municipios de los Altos y de la selva Lacandona han sido declarados autónomos por el EZLN desde 1994, tiene una historia marcada por el separatismo.
El estado se abstuvo de participar en la guerra de independencia contra España, declarada en 1810, y en 1823 fue declarado legalmente ajeno al territorio mexicano.
Un año después, mediante votación, la población del estado decidió reintegrarse a México. En ese periodo, el Soconusco se separó de la provincia de Chiapas para convertirse en Estado independiente de México y de Guatemala.
El artículo 75 de la Constitución, que determina los requisitos para la creación de un nuevo estado, señala que el parlamento deberá pronunciarse en un término de seis meses a partir de que sea presentada la propuesta de separación.
Las comunidades indígenas de Chiapas que simpatizan con el EZLN sufren el drama del exilio y la pérdida de sus tierras y escasas pertenencias, según denuncian organizaciones no gubernamentales.
Desde 1997, miles de campesinos zapatistas viven en campamentos y otros tantos fueron desplazados de sus comunidades por la violencia de grupos paramilitares y la presencia de unos 70.000 soldados, de acuerdo con las ONG.
El EZLN se mantiene desde agosto sin responder al llamado del gobierno de negociar una salida política al conflicto y exige la salida del ejército de Chiapas antes de regresar nuevamente a la mesa de diálogo.
En su propuesta, las autoridades ofrecieron que plantearán en el parlamento un proyecto de ley indígena presentado originalmente en 1996. (FIN/IPS/pf/ag/ip/00