La organización contra la corrupción Transparencia Internacional acusó a grandes firmas exportadoras de todo el mundo de violar acuerdos internacionales contra los sobornos, pero no ofreció nombres.
En particular, las industrias de la construcción, las armas y la energía padecen "corrupción absoluta y masiva", afirmó Frank Vogl, vicepresidente de Transparencia Internacional, con sede en Washington.
Otros sectores que habitualmente ofrecen sobornos a miembros de gobiernos extranjeros a cambio de contratos comerciales son el de la minería y otras industrias pesadas, salud, trabajo social, telecomunicaciones, industria aeroespacial civil, banca y finanzas, y agricultura, según la organización.
Las conclusiones de Transparencia se basan en entrevistas con líderes empresariales y reflejan opiniones personales sobre la corrupción, más que denuncias concretas.
Vogl sostuvo que no tiene detalles sobre qué empresas están especialmente corruptas, y rechazó la sugerencia de que esto pueda deberse a que Transparencia se financia gracias a compañías multinacionales y fundaciones asociadas.
"Hay decenas de miles de empresas. No podemos cubrirlas todas, y en todo caso, no investigamos hechos de corrupción", aclaró.
Transparencia tampoco intentó cuantificar las sumas involucradas, y se limitó a afirmar que se trata de "transacciones comerciales en gran escala".
El primer "Estudio sobre Sobornadores" del grupo, publicado el jueves, ofreció la visión de unos 770 "líderes del sector privado" en 14 países que representan más de 60 por ciento de todas las importaciones de las economías emergentes.
Esos países son India, Indonesia, Filipinas, Corea del Sur, Tailandia, Argentina, Brasil, Colombia, Hungría, Polonia, Rusia, Marruecos, Nigeria y Sudáfrica.
Transparencia solicitó a los ejecutivos y funcionarios de comercio entrevistados que ofrecieran su apreciación personal sobre las prácticas comerciales de empresas establecidas en los 19 principales países exportadores.
Algunas de las compañías infractoras tienen origen en mercados emergentes, como China, Corea del Sur y Malasia, que se transformaron en grandes vendedoras de sus productos en el exterior.
Ninguno de los principales países exportadores obtuvo un "10" por su transparencia.
Las empresas de Estados Unidos, que en 1997 impulsó una convención internacional inspirada en su propia ley contra los sobornos, obtuvieron 6,2 puntos.
Mientras, las firmas establecidas en Singapur ganaron 5,7 puntos, aunque su gobierno no firmó aún la Convención contra la Corrupción adoptada en 1997 por la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE), integrada por los países más ricos del mundo.
Sólo seis por ciento de los ejecutivos entrevistados conocían la convención de la OCDE, que entró en vigor el año pasado, y apenas 19 por ciento dijeron que sus firmas planeaban revisar las prácticas de sobornos como resultado de ese acuerdo.
"Las principales empresas deben demostrar que comprenden la ley y que actúan voluntariamente para aplicarla", declaró Peter Eigen, presidente de Transparencia Internacional.
Además de los sobornos, está el problema de las "prácticas comerciales desleales", por las que algunos gobiernos obtienen ventajas para sus empresas, e incluyen presión política y diplomática, subsidios selectivos y ayuda condicionada.
"Todos los países utilizan sus embajadas para obtener oportunidades comerciales. Esto no es ilegal, pero no sé hasta qué punto es ético", dijo Vogl.
Estados Unidos es percibido como el país que "hace más en esta área que ningún otro", destacó.
El informe intenta responder a las críticas sobre que Transparencia, desde su fundación en 1993, se ha concentrado en los receptores de sobornos del Sur en desarrollo.
"Nuestra mayor preocupación es la corrupción en los países en desarrollo. Sabemos que también es grande en las naciones industrializadas, pero no tiene el mismo impacto básico y humanitario", aclaró Vogl.
Así mismo, exhortó al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional, que promueven reformas del servicio civil para reducir el gasto público y la corrupción, a darse cuenta que "los bajos salarios son un factor muy importante en la corrupción".
En muchos países pobres, los sueldos de "funcionarios de muy alto cargo no alcanzan para vivir", destacó Vogl, ex director de Relaciones Públicas del Banco Mundial.
Vogl exhortó al Banco Mundial a esforzarse más para erradicar la corrupción en sus propios proyectos. "No sólo debería vigilar su parte del proyecto, sino todo el proceso", dijo. (FIN/IPS/tra-en/ef/aa/ks/mlm/ip-if/00