COLOMBIA: Salario mínimo cada vez más empobrecido

El gobierno de Colombia decretó un aumento de 10 por ciento del salario mínimo a partir del 2000, 0,35 por ciento por encima de la inflación de este año, pero igual no alcanzará para cubrir la canasta básica familiar.

El presidente Andrés Pastrana adoptó la decisión el día 24, al no haber llegado a un acuerdo en la mesa de concertación con los sindicatos de trabajadores que pedían un incremento de 15 por ciento.

Para determinar el porcentaje se tomó en cuenta la inflación de 9,65 por ciento estimada para este año, la proyectada para el 2000 de 10 por ciento, la caída de 5,7 por ciento del producto interno bruto entre enero y septiembre, y la baja en la productividad calculada en el año en 3,3 por ciento.

El sueldo mínimo nacional, que es un referente para la variación general de salarios, pasó de 236.000 pesos mensuales (125 dólares) a 260.106 pesos (138 dólares) a partir del año entrante.

La ministra del Trabajo, Gina Riaño, dijo a IPS que la decisión gubernamental está de acuerdo con el fallo de la Corte Constitucional, que estableció este mes que el incremento del salario mínimo no puede estar por debajo de la inflación del año que concluye.

La resolución del tribunal que tutela el cumplimiento de la Constitución en Colombia desechó la política gubernamental de los últimos años que tomaba como parámetro para el aumento de fines de año la inflación proyectada para el siguiente.

Riaño agregó que la decisión de fijar el salario mínimo por decreto, ante la imposibilidad de concertar con los trabajadores, es "justa y benéfica para la reactivación de la economía, la creación de nuevas fuentes de empleo y el logro de la meta inflacionaria".

En cambio, Julio Gómez, presidente de la Confederación General de Trabajadores Democráticos de Colombia (CGTD), dijo a IPS que "el aumento no compensa el deterioro del ingreso de los trabajadores en esta década", pese a que es ligeramente superior a la inflación de 1999.

Las centrales sindicales estiman en 15 por ciento la pérdida del valor adquisitivo del ingreso de los trabajadores en los últimos 10 años.

Gómez opinó que el gobierno impuso el aumento por decreto porque entiende que la variación salarial genera desempleo y que la reactivación económica deber hacerse a costa de los trabajadores. También criticó la decisión porque no tuvo en cuenta la desigualdad en la distribución del ingreso.

Un estudio divulgado por la CGTD a comienzos de diciembre indicó que el salario mínimo nacional no alcanza para comprar la canasta básica de una familia, a pesar de que en siete de los últimos 12 años el sueldo ha subido más que la inflación.

El estudio reveló que en Colombia es cada día mayor la población que gana menos de un salario mínimo (33 por ciento), pero también es menor la que está recibiendo un sueldo superior a los cinco salarios (7,4 por ciento).

También señala el estudio que en 1995 había 1,1 millones de personas que ganaban hasta un salario mínimo, mientras que en 1999 aumentó a 1,6 millones.

Eso significa que cada día es mayor el empobrecimiento de los salarios y que éstos se redujeron en todos los niveles de empleo, afirmó Gómez.

Otra investigación, realizada por la Cámara de Comercio de Bogotá y el estatal Departamento Nacional de Planeación, indica que las siete principales ciudades del país registraron en los últimos dos años un incremento muy importante de la pobreza, que pasó de 31 a 45 por ciento de la población.

Eduardo Sarmiento, ex decano de la facultad de Economía de la privada Universidad de los Andes, afirmó que el salario mínimo se redujo en términos reales en los últimos años y los trabajadores "representan el grupo social que más ha sufrido la crisis", pese a tener la menor responsabilidad en ella.

Agregó que el argumento del gobierno de contraer el salario para crear más empleo es erróneo.

"El aumento de salarios podría traer consigo un incremento de la demanda", en una economía que afronta problemas estructurales causados por la apertura económica y la política monetarista de los últimos gobiernos" de Cesar Gaviria (1990-1994) y de Ernesto Samper (1994-1998) (FIN/IPS/yf/dm/if ip/99

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