/REPETICION/ALEMANIA: Los 'ossis' son bajos y gordos y disfrutan más el sexo

Muchos alemanes orientales y occidentales creen que las cosas estaban mejor antes de que cayera el Muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989, y se produjera la reunificación del país.

En la ex República Democrática Alemana (RDA), del lado oriental, impera ahora la llamada "ostalgia" (nostalgia del Este), en vez de la euforia de los primeros años que siguieron a la reunificación con la República Federal Alemana (RFA), del lado occidental.

Muchos olvidaron ya el disgusto colectivo experimentado cuando espías e informantes de la policía secreta de la RDA fueron desenmascarados, y se reveló la verdad acerca de la corrupción del gobierno y la degradación ambiental.

Una década despues, el grupo Easty Girls interpreta canciones de la extinta organización de jóvenes comunistas, y programas de televisión para niños realizados en la época socialista tienen gran audiencia.

La Coca Cola y la Pepsi Cola son ignoradas, y la Club Cola de la vieja época, despreciada tras la reunificación, volvió a ponerse de moda.

Sólo 17 por ciento de los consultados en una encuesta en el Este se llaman a sí mismos "alemanes" en vez de "alemanes orientales", y 65 por ciento de los entrevistados afirmaron que no se sentían parte de un único Estado alemán.

Sin embargo, sólo diez por ciento de los consultados dijo desear que la reunificación nunca hubiera ocurrido. Entre quienes dieron esa respuesta, 35 por ciento eran desempleados.

Las compañías alemanas del Oeste que han tratado de vender sus productos en el Este se enfrentaron a diferencias muy claras.

"Es muy simple: en promedio, los 'ossis' (orientales) son más gordos y un centímetro más bajos que los occidentales, y mueren dos años antes. Hablan más lentamente y les gusta más hacer bromas", señaló un estudio del consumidor oriental realizado por la firma Fritzsch y Mackat, que asesora a empresas occidentales.

"Cuando los orientales hacen fila, se ponen 30 centímetros más cerca de la persona que tienen delante que los occidentales. Se acuestan una hora antes y se levantan una hora antes, pero lo más importante es que disfrutan más del sexo", agregó el informe.

El Este no se convirtió en un paraíso para las ventas como esperaban las firmas occidentales. Tras un auge de los productos occidentales a comienzos de los años 90, los orientales volvieron a las viejas y confiables marcas del Este.

"Los productos occidentales eran considerados falsos y artificiales antes de la reunificación. Simbolizaban un estilo de vida irreal y aparatoso, desprovisto de profundidad, significado interior y solemnidad", señaló la firma Fritzsch y Mackat.

"En la escuela estudiamos la historia de posguerra, pero lo curioso es que sólo hablamos de lo que ocurrió en la RFA (tras la segunda guerra mundial), como si la RDA no hubiera existido", comentó Dorothea Weiss, de 18 años, una estudiante berlinesa.

Los orientales se quejan de que los occidentales son arrogantes y no tienen ningún interés en el Este. Las estadísticas indican que 85 por ciento de los orientales han visitado la ex RFA, y sólo el 40 por ciento de los occidentales ha visitado la ex RDA.

Esta semana, los integrantes orientales del parlamento se mostraron disgustados porque los disidentes y activistas por los derechos humanos que contribuyeron a que cayera el Muro, a menudo con gran riesgo para ellos y sus familias, no fueron invitados a la celebración del aniversario.

A esa ceremonia asistirán George Bush, Mijail Gorbachov y Helmut Kohl, quienes gobernaban hace diez años, respectivamente, Estados Unidos, la Unión Soviética y la RDA.

La Oficina Federal de Estadísticas se complace en informar sobre la reducción de la brecha entre la ex RDA y la ex RFA.

En 1989 sólo 17 por ciento de los orientales tenían un teléfono. Ahora disponen de uno 94 por ciento de los orientales y 97 por ciento de los occidentales.

En la actualidad 71 por ciento de los orientales y 75 por ciento de los occidentales poseen un automóvil, y los orientales que tienen un televisor son más que los occidentales.

Sin embargo, el panorama general sigue siendo claramente desigual. La calidad de vida en el Este es 57 por ciento de la que existe en el Oeste, y diez por ciento de la población de la ex RDA se ha trasladado a la ex RFA en busca de mejores oportunidades.

Muchos de quienes se quedaron en el Este sienten que son tratados como ciudadanos de segunda clase en su propio país.

Tres cuartas partes de los cargos públicos de la ex RFA están ocupados por occidentales, al igual que casi todos los cargos más importantes en la industria, y 90 por ciento de las cátedras universitarias.

El gobierno de Alemania también es dominado por los partidos occidentales, aunque el número de los votantes orientales es muy importante y el Partido del Socialismo Democrático (PDS), ex comunista, logró buenos resultados en las últimas elecciones.

Una de las razones por las cuales los ex disidentes y activistas del lado oriental se han desvanecido de la vida pública fue porque ellos no buscaban la reunificación.

"Deseábamos librarnos del viejo gobierno y lograr libertad de palabra y de movimiento para poder viajar, pero lo queríamos dentro de la vieja RDA", recordó un clérigo de la Iglesia de Getsemaní, en Berlín, que fue un centro disidente.

"No aspirábamos a formar parte de la RFA. Esperábamos que se constituyera una comunidad con dos mitades iguales, en la cual habríamos tenido tiempo de transformar a la ex RDA en un Estado democrático", agregó.

Dirigentes de la ex RDA pensaban que ese país podía sobrevivir separado de la ex RFA.

"El otoño (boreal) de 1988 no fue el comienzo de un cambio de rumbo hacia la unidad alemana, sino un intento de cambiar de rumbo dentro de la RDA, hacia el socialismo reformado que impulsaba Gorbachov", dijo el ex dirigente comunista Egon Krenz, quien está retirado y vive en un suburbio de Berlín.

Muchos otros consideran, en cambio, que sin reunificación la RDA se habría encaminado hacia un desastre económico como el que se produjo en Rusia.

De todos modos, aún no se ven los "paisajes florecientes" que el ex canciller Kohl prometió a los orientales. Un tercio de los puestos de trabajo en la ex RDA desaparecieron después de la reunificación, el desempleo es el doble que en el Oeste y muchas de las inversiones esperadas no se realizaron.

Las medidas económicas adoptadas para compensar las desventajas del Este seguirán vigentes por lo menos hasta el 2004.

El Instituto Alemán de Investigaciones Económicas (DIW) y el Instituto de Economía Mundial de Kiel coincidieron en que la ex RDA está progresando pero necesitará entre cinco y diez años para superar las dificultades que le impiden atraer inversiones.

En la ex RFA, tras décadas de prosperidad, la necesidad de asistir al Este obligó a recortar otros gastos públicos, y sigue vigente un "impuesto solidario transitorio" de ocho por ciento sobre los ingresos de los mayores contribuyentes occidentales.

Entre 80.000 y 106.000 millones de dólares son transferidos cada año del Oeste al Este. Muchos occidentales sienten que gran parte de la riqueza es arrojada a un pozo sin fondo.

Pese a todo, las cosas lucen diferentes en el Este. La regeneración es evidente, en especial en las ciudades. Se construyeron nuevas carreteras, se modernizaron edificios, surgieron rutilantes centros comerciales y se instalaron avanzados sistemas de telecomunicación.

"Hemos recorrido sólo dos tercios del camino", afirmó el DIW. Pero es posible que la brecha social y cultural sea mayor ahora que hace diez años. (FIN/IPS/tra-en/ys/ak/ego/mp/ip dv/99)

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