MEXICO: El "nuevo PRI" repite prácticas del viejo

El Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobierna México desde 1929, parece dejar de lado su consigna de un "nuevo" PRI; cambió su dirigencia sin mediar proceso democrático alguno, conserva al presidente como su primer líder y las encuestas le dan amplias ventajas.

El "nuevo" PRI, que eligió a su candidato presidencial para el 2000 en elecciones primarias sin precedentes el 7 de noviembre, en las que según observadores no hubo equidad ni transparencia, ajusta su mando cuando su candidato lleva 14 puntos de ventaja sobre sus rivales.

El presidente del PRI, José González, nombrado hace ocho meses en una asamblea para un período de cuatro años, dejó el cargo el lunes y pasó a ocupar, sin ninguna explicación, un puesto en el gobierno: la Secretaría de Salud.

La decisión vino, como siempre, directamente del presidente de turno, Ernesto Zedillo, señalaron los analistas.

Ahora, la dirigencia del PRI, que proclama haber dejado atrás y para siempre las prácticas antidemocráticas, se encuentra cerca del gobierno y del candidato presidencial oficialista, Francisco Labastida, amigo cercano del mandatario y su ex secretario de Gobernación (Interior).

Hace una semana, el mandatario reunió en la casa presidencial a Labastiba y a su rival en las elecciones primarias, Roberto Madrazo. Luego de haberse acusado de ineptos y mentirosos, se declararon amigos y se fundieron en un abrazo triple con Zedillo.

"El PRI sigue siendo el mismo de siempre, su máximo jefe es el presidente en turno, la disidencia interna se anula y la maquinaria del Estado trabaja a favor del candidato oficial", dijo a IPS el analista Miguel Granados.

Desde que asumió el cargo en diciembre de 1994, Zedillo prometió que no actuaría como sus antecesores y que mantendría una "sana distancia" con su partido. Sin embargo, Granados señaló que sus intervenciones han constituido un claro apoyo a Labastida, como denunciaron los mismos militantes del PRI.

"Un nuevo PRI más cerca de ti" es el lema de la actual campaña electoral de esa fuerza, que en 70 años nunca perdió una elección presidencial.

Acusaciones de fraude electoral y persecusión a opositores, incluido asesinatos, son marcas que el PRI y sus gobiernos dejaron grabadas en el último tramo de la historia de México.

Zedillo y la dirigencia de su partido afirman que las recientes elecciones primarias demostraron que el PRI es hoy la fuerza más democrática del país.

Labastida fue designado candidato luego de una elección primaria en la que votaron 9,3 millones de personas, mientras que los seis candidatos de los otros partidos fueron elegidos en asambleas y consejos políticos.

El candidato presidencial del PRI para las elecciones del 2 de julio del año próximo cuenta hoy con 43 por ciento de respaldo, según una encuesta realizada a mediados de noviembre por el diario Reforma entre 1.542 personas en los 32 estado del país.

El candidato presidencial del conservador Partido Acción Nacional, Vicente Fox, tiene 27 por ciento de respaldo y ocho por ciento el del centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática, Cuauhtémoc Cárdenas.

Los otros candidatos de la oposición recibieron porcentajes menores a cinco por ciento.

"Al PRI unido de hoy será casi imposible que le gane una oposición dividida", advirtió el politólogo Jorge Castañeda.

Los esfuerzos para concertar un frente opositor, que se venían haciendo desde junio, fracasaron debido a la falta de acuerdos sobre una agenda común y la forma de designar a un candidato de único.

La elección del 2000, que hasta octubre prometía ser una de las más competidas de la historia, será otra vez favorable al PRI, vaticinó Castañeda. (FIN/IPS/dc/ag/ip/99

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