La espectacularidad de los lanzamientos y los recursos de marketing para promover ventas empiezan a imponerse en Chile sobre la calidad de las obras literarias.
Antonio Skármeta, autor de la celebrada novela "Ardiente paciencia", que dio origen a la aún más valorada película "El cartero", presentó en Santiago su último libro, "La boda del poeta", en un gran acto social.
Más allá de los méritos de la obra, en sectores intelectuales y estudiantiles causó desagrado el hecho de que el lanzamiento se llevara a cabo en los salones del Club Hípico, con el auspicio de una conocida gaseosa.
Centenares de invitados se dieron cita en un acto que tuvo más de espectáculo que de actividad literaria, y que concluyó con la aparición del autor vestido de elegante esmoquin y acompañado de una modelo en traje de novia.
El lanzamiento de "La boda del poeta" a fines de octubre constituyó para otros, en cambio, una saludable demostración de que la creación literaria es también objeto de interés para grandes empresas, al igual que los deportes de alta convocatoria.
Las empresas Coca Cola o Pepsi podrían interesarse ahora en auspiciar tanto a un futbolista exitoso como a un escritor reconocido internacionalmente, al estilo de Skármeta, lo cual es positivo para el desarrollo de la lectura, se argumenta.
El problema está en determinar si esas compañías quieren, o pueden, privilegiar de verdad la calidad literaria o si optan por la apuesta segura de promover autores con capacidad de venta, independientemente de que su obra sea buena o mala.
Skármeta es el más popular de los escritores chilenos no solo por la película "El cartero", que narra la relación entre el fallecido poeta chileno Pablo Neruda y el distribuidor de correspondencia que le fue asignado en el pueblo de Italia en que vivió exiliado.
El autor de "La boda del poeta" se dio a conocer en forma masiva a través de un imaginativo programa de televisión, "El show de los libros", galardonado internacionalmente como un espacio de promoción de la cultura y las letras.
Skármeta guardó diez años de silencio literario antes de publicar esta última novela, cuya escritura le significó siete años de trabajo.
Contra lo que algunos podrían creer, la novela no tiene ningún vínculo con la figura de Neruda, sino que es la primera aproximación del autor al tema de los inmigrantes tras la primera guerra mundial, sobre el cual planea escribir una trilogía.
"La boda del poeta" ha recibido buenas críticas tanto en Chile como en España, más allá del desagrado que en algunos provocó su lanzamiento y del hecho de que el libro se venda actualmente no sólo en librerías, sino también en supermercados.
Distinto es el caso de "Nuestra señora de la soledad", la más reciente novela de la escritora Marcela Serrano, cuyo lanzamiento estuvo también rodeado de recursos de mercadeo y que recibió controvertidas críticas.
Serrano, una escritora conocida desde comienzos de esta década con obras como "Nosotras que nos queremos tanto" y "El albergue de las mujeres tristes", incursiona ahora por primera vez en la novela negra.
Para el crítico Camilo Marks, "Nuestra señora de la soledad" es "un relato que desde el comienzo atrae y entretiene" y en el cual se destacan "el buen manejo de los recursos y la tenacidad de esta escritora para llevar a buen fin sus últimos proyectos narrativos".
Para Patricia Espinosa, doctora en Literatura, este último libro de Serrano no puede ser considerado una novela, a pesar de sus pretensiones de alcanzar ese género, sino "un seudo melodrama", ya que incluso "sería hacerle un favor" clasificarlo como melodrama.
"Nuestra señora de la soledad" es una narración pobre, predecible, con connotaciones de discriminación social, "una mala novela sentimental y una ridícula novela negra", concluyó Espinoza en su crítica.
La experta destacó que, independientemente de la carencia de méritos literarios, el lanzamiento de esta novela fue acompañado de una estrategia de marketing que colocó a su autora en portadas de revistas, en páginas sobre la vida social en la prensa y en destacados programas de la televisión.
Se trata de una novela para el mercado y no para la literatura, afirmó Espinosa, quien agregó con ironía que quienes la compren tendrían pleno derecho a quejarse ante el Servicio Nacional del Consumidor por la baja calidad del producto.
Más allá de la controversia puntual en torno a este libro, lo cierto es que el mercado editorial chileno está viviendo una fase de expansión, en la cual las estrategias de venta pasan a desempeñar un papel clave. (FIN/IPS/ggr/sm/cr/99
