TIMOR ORIENTAL: Obispo Belo dijo que pueblo debe tomar las armas

Carlos Belo, Premio Nobel de la Paz en 1996 y obispo católico de Dili, capital de Timor Oriental, sostuvo que el pueblo timorense debe tomar las armas y defenderse, en una entrevista publicada hoy por el diario italiano La Repubblica.

El Vaticano, que ha condenado con firmeza la matanza en Timor Oriental, no comentó las declaraciones de Belo.

El obispo fue obligado a huir de Timor Oriental luego de que su casa fuera asaltada e incendiada, y se reunirá este lunes con el papa Juan Pablo II, en su residencia veraniega de Castelgandolfo, unos 30 kilómetros al sur de Roma.

Las milicias partidarias de que continúe la ocupación indonesia (que comenzó en 1975, tras el cese de la dominación portuguesa en Timor Oriental) desataron la violencia tras el plebiscito de autodeterminación del 30 de agosto, en el cual casi 80 por ciento de los votantes se pronunciaron por la independencia total.

La opción derrotada, defendida por las milicias, era la integración a Indonesia con cierto grado de autonomía.

El arzobispo Jean Louis Tauran, secretario de Relaciones con Estados del Vaticano, opinó que en Timor Oriental está en curso un "acto de genocidio" e informó que el Vaticano solicitó al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el envío de "una fuerza que pueda garantizar un mínimo de paz".

Juan Pablo II exhortó el viernes a Indonesia y a la comunidad internacional a que pusieran fin a la matanza, en un mensaje que fue enviado a Belo y a Basilio Do Nascimiento, el otro obispo de Timor Oriental.

Las milicias pro indonesias mataron el jueves al director y a 40 empleados de la organización humanitaria católica Caritas.

Belo, actualmente de visita en Portugal, afirmó que los militares y el presidente de Indonesia, Bacharuddin Jusuf Habibie, son responsables de la violencia, y opinó que la intervención de una fuerza militar multinacional es urgente.

El obispo criticó la política seguida hasta ahora por los timorenses partidarios de la independencia, y proclamó el derecho del pueblo a emplear la violencia para defenderse. "Es el momento de actuar. Si los otros toman las armas, ¿por qué no se deberían defender también con las armas?", preguntó.

Belo declinó adelantar lo que le planteará al Papa, limitándose a comentar: "Antes que nada hablaremos, nos encontraremos. Después veremos".

El obispo recordó que Tauran ha dicho que es necesario formar una fuerza de paz para proteger a los timorenses y asegurar que se respeten los resultados del plebiscito de autodeterminación, y acotó: "Es una posición que yo también apoyo".

El general Wiranto, jefe del Estado Mayor de las fuerzas armadas de Indonesia, declaró que ese país está dispuesta a autorizar una fuerza de intervención multinacional en Timor Oriental, pero que es necesario dar tiempo a las fuerzas armadas indonesias para que restablezcan el orden.

"Lo que quieren es ganar tiempo para eliminar más activistas de la resistencia y eliminar la influencia de la Iglesia Católica: el pueblo timorense espera con ansia una intervención internacional que lo proteja", aseveró Belo.

El obispo sostuvo que la comunidad internacional no puede abandonar al pueblo de Timor Oriental, que ya elegió en el plebiscito el futuro que desea.

"Si no se puede enviar una fuerza multinacional, que al menos se envíe una fuerza militar, que manden helicópteros y hagan llover pan, agua, vestidos y medicinas para los refugiados", añadió.

Belo señaló que en los pueblos de Timor Oriental dominan las milicias, que las iglesias se encuentran abandonadas y que la gente tiene miedo, agregando que la mayor parte de los pobladores ya huyeron a Kupang, en Timor Occidental, o a las montañas.

El obispo negó que exista un componente religioso en los actos de violencia. "Creo que hay odio y deseo de venganza de parte del gobierno y del ejercito indonesios contra los obispos, los sacerdotes y la Iglesia Católica, porque hemos sido la voz del pueblo, hemos defendido la dignidad humana", opinó.

Fuentes del Vaticano señalaron que los actos de violencia de las milicias pro indonesias en Timor Oriental se dirigen "especialmente" contra la Iglesia Católica.

Las fuentes dijeron que a las ejecuciones se agrega la destrucción y el incendio intencional de misiones, conventos, iglesias y escuelas católicas, y que "todos los institutos de los padres salesianos han sido incendiados".

Según el Vaticano, 85 por ciento de los 800.000 habitantes de Timor Oriental son católicos y 11 por ciento son musulmanes.

Italia está dispuesta a participar en una fuerza militar multinacional de intervención en Timor Oriental que sea autorizada por el Consejo de Seguridad de la ONU, afirmó el general Mario Arpino, jefe del Estado Mayor de la Defensa italiana.

Carlo Scognamiglio, ministro de la Defensa del gobierno de centro izquierda de Italia, también declaró que aprobaría la participación de Italia en una fuerza multinacional de mantenimiento de la paz en Timor Oriental cuya creación fuera acordada por la comunidad internacional.

La gran derrotada de esta nueva guerra parece ser la ONU, a la cual dedicó un editorial crítico el diario italiano La Repubblica en su primera página del sábado.

El periódico señaló que la ONU avaló el plebiscito de autodeterminación, pero luego no hizo nada para impedir la violencia, que a su juicio era más que previsible. (FIN/IPS/jp/mp/ip/99)

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