EGIPTO: Denuncias de fraude contra aplastante victoria de Mubarak

Hosni Mubarak ganó por cuarta vez por abrumadora mayoría los comicios presidenciales de Egipto, ahora con casi 94 por ciento de los votos, mientras dirigentes opositores denunciaron que hubo fraude electoral.

El ministro del Interior Habib El Adli anunció en conferencia de prensa este lunes que «93,79 por ciento de los votantes le dijeron que ‘sí’ a Mubarak en el referéndum por un nuevo período de gobierno, mientras 6,21 por ciento dijeron que ‘no’. Participaron 79 por ciento de los electores habilitados».

Como estaba previsto, no hubo sorpresas en los comicios del domingo.

En junio Mubarak fue designado único candidato a la presidencia por el Parlamento donde 90 por ciento de las bancas corresponden a sus partidarios. Un diplomático extranjero estimó que la mayoría de quienes hubieran votado por el «No» no participaron en las elecciones.

El día 6, un hombre hirió con un cuchillo a Mubarak en el brazo mientras éste saludaba a la multitud desde su auto en la localidad costera de Puerto Saíd.

Los guardaespaldas presidenciales mataron al atacante, El Sayyed Hussein Soliman, quien se cree era un fundamentalista islámico con sus facultades mentales alteradas.

Sin embargo, la madre del atacante, Shafiqa Ahmed Mahmud, le dijo a la prensa que votó por el «Sí» el domingo. «Estoy con el presidente Mubarak», agregó tras votar en un distrito de Puerto Saíd.

En 1993, Mubarak fue reelegido por 96 por ciento de los votos en comicios con una participación de 84 por ciento del electorado y denuncias de fraude de la oposición.

Muchas personas que esperaban el domingo para votar en los distritos electorales manifestaban su apoyo al presidente de 71 años. «Con alma y sangre, nos sacrificamos por ti Mubarak», cantaban.

Unos 41.000 centros de votación fueron habilitados en todo el país desde las 8:00 hasta las 17:00 horas. El servicio de trenes fue gratuito para facilitar el traslado de los 24 millones de votantes de la población de 56 millones de habitantes.

«La política de Egipto en la era de Mubarak se gana el respeto de todos», aseguró el ministro de relaciones exteriores Amr Moussa tras votar en una escuela próxima a la sede de la cancillería.

Varios dirigentes opositores también apoyaron a Mubarak. «Todos los miembros del Partido Wafd en El Cairo y en otros distritos accedieron a votar por Mubarak porque él es el más capacitado», declaró Yassin Serag Eddin, el vicepresidente del grupo.

Pero otros dirigentes opositores afirmaron que los comicios fueron una «parodia» y que la población debería poder elegir en serio a sus gobernantes. También exigieron que Mubarak elimine las restricciones a la actividad política y revoque la ley de emergencia vigente desde 1981.

Rifaat El Said, secretario general del izquierdista partido Tagmmu, dijo que el nuevo período de Mubarak debe «poner fin a toda legislación que restrinja la libertad, como las que regulan a la prensa, la designación de alcaldes y decanos de las facultades, y la actual ley de emergencia».

El Said también expresó su esperanza de que las elecciones parlamentarias sean libres en el cuarto período de gobierno de Mubarak.

Adel Hussein, secretario general del islámico partido Laborista, dijo que «se debe poner fin al acoso que sufren los partidos opositores y a las reiteradas elecciones parlamentarias fraudulentas».

La prioridad del partido nasserista es «la aprobación de una ley electoral que garantice que las elecciones parlamentarias no sean fraudulentas», declaró el líder del grupo, Diaaddin Dawoud.

«Necesitamos movernos hacia el ideal de una democracia de estilo occidental», dijo Abu El Ela Madi, del partido islámico Wasat, no reconocido por el gobierno.

El domingo, unos 100 intelectuales de izquierda publicaron un manifiesto declarando que votarían contra Mubarak. «Más de 250.000 trabajadores perdieron sus empleos y la crisis económica de Egipto se agravó tras aplicar las políticas del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial», dijeron.

Los signatarios, profesores, escritores, abogados y periodistas, también denunciaron el estado de emergencia vigente desde 1981, así como la «exorbitante cantidad de presos políticos y el uso sistemático de la tortura».

El referéndum generó una campaña oficial de adulación de Mubarak y sus presuntos logros. Las ciudades se llenaron de carteles y pasacalles con elogios para el presidente.

Los diarios estatales dieron gran cobertura a los comicios, calificando al presidente de «héroe de la guerra y la paz». Pero la prensa opositora, aunque informó de la elección el domingo y este lunes, no la consideró su principal noticia.

El viernes, Mubarak exhortó a la ciudadanía a acudir a las urnas para fortalecer la democracia.

«Este no es tanto un referéndum sobre mi persona como sobre los caminos de nuestra nación. Les pido a todos ustedes, partidarios y opositores, que vayan a las urnas y participen en la política de su país», dijo en un mensaje televisado.

Mubarak prometió dar pequeños pasos hacia la democracia. Insinuó que podría cambiar su gabinete y prometió reformas económmicas, a la vez que abogó por una paz más profunda entre árabes e israelíes.(FIN/IPS/tra-en/yt/ak/aq/ip/99

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