Unas 10.000 personas marcharon hoy en esta capital para rendir homenaje a las víctimas de la dictadura del general Augusto Pinochet, al conmemorarse en Chile el 26 aniversario del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.
Pese al clima de tensión previo a este aniversario, la marcha convocada por la Asamblea Nacional de los Derechos Humanos se desarrolló en completa calma y hasta las 19:00 horas gmt no se registraban incidentes en Santiago.
La masiva asistencia a esta manifestación constituyó un claro respaldo a la Agrupación de Familiares de Detenidos- Desaparecidos (AFDD) y otros sectores opuestos a la mesa de diálogo civico- militar sobre derechos humanos instalada por el gobierno a fines de agosto.
Las figuras del presidente Salvador Allende, derrocado hace 26 años, y del ex dictador Pinochet, arrestado en Londres desde octubre de 1998, volvieron a constituir el centro de esta fecha, que por primera vez desde 1974 no correspondió a un día feriado.
En ausencia del presidente Eduardo Frei, quien asiste en Auckland, Nueva Zelanda, a la cumbre del foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), el vicepresidente Raúl Troncoso encabezó una misa de homenaje a Allende en el palacio de gobierno de La Moneda.
En Londres, Pinochet se reunió en la mansión donde permanece bajo arresto domiciliario, con una delegación de sus partidarios, integrada por oficiales del Ejército, parlamentarios de derecha y empresarios.
La cita duró sólo 10 minutos, en consideración a la deteriorada salud del general retirado y senador vitalicio de 83 años, a quien se le vio "muy frágil", según declararon algunos de los viajeros desde la capital británica.
Pinochet enfrentará desde el día 27 en un tribunal londinense un juicio de extradición a España, donde el juez Baltasar Garzón lo investiga por crímenes contra la humanidad cometidos bajo la dictadura instalada en 1973 y que se prolongó hasta marzo de 1990.
El llamado caso Pinochet aumentó la tensión en torno al vigésimo sexto aniversario del golpe, pese a que en 1998 el propio ex dictador participó en un acuerdo político en el Senado para eliminar el feriado que recordaba esa fecha.
En su reemplazo fue instituido el Día de la Unidad Nacional, celebrado por primera vez el pasado lunes, que encontró escaso eco en los chilenos, en una demostración de que este país continúa polarizado y sin reconciliación.
En la misa en homenaje a Allende en La Moneda, el sacerdote Miguel Ortega advirtió que Chile sigue viviendo "en el terreno resbaladizo de la violencia y el rencor".
El vicepresidente Troncoso señaló que está latente "el peligro de desunión", agravado por la detención de Pinochet, pero expresó esperanzas en las energías de los chilenos para superar esta situación y encontrar "el camino grande de la paz".
Hortensa Bussi, la viuda de Allende, dijo en La Moneda que el 11 de septiembre es "un día dramático", y recalcó que Chile no se unificará ni reconciliará mientras no haya verdad y justicia en torno a las violaciones de derechos humanos.
Bussi agregó que ahora hay algunos síntomas en esa dirección, aludiendo tal vez al arresto del ex dictador y a los fallos judiciales que han permitido en los últimos meses el procesamiento de ex oficiales del Ejército.
En la Escuela Militar se realizó también una ceremonia, sin acceso de la prensa, encabezada por el comandante del Ejército, general Ricardo Izurieta, y los mandos de la Armada, almirante Jorge Arancibia, la Fuerza Aérea, general Mario Ríos, y la policía de Carabineros, general Fernando Ugarte.
Unas 200 mujeres partidarias del ex dictador que se apostaron en las afueras de la Escuela Militar hostigaron a la prensa y anunciaron su propósito de arrojar maíz a los "cobardes" del gobierno "que no traen de vuelta a Pinochet".
"Así lo hicimos en 1973", señaló una de las manifestantes, recordando el lanzamiento de maíz en los regimientos con que las derechistas trataban de "gallinas" a los militares para forzarlos a derrocar finalmente a Allende.
En Londres, en cambio, unos 200 exiliados chilenos se reunieron frente a la mansión de Pinochet e instalaron cruces de madera para recordar a las 3.000 personas asesinadas o desaparecidas como consecuencia de la represión dictatorial.
En esta fecha, la derecha insistió en acusar a la izquierda, y en particular a comunistas y socialistas, de haber desatado la violencia en Chile bajo el gobierno de Allende y de mantener hoy "un clima de odio y división".
El diputado Alberto Espina, ex presidente del derechista Partido Renovación Nacional, admitió sin embargo que "en el gobierno militar hubo gravísimas violaciones de los derechos humanos y la derecha no hizo nada por impedirlas".
El senador Ricardo Núñez, presidente del Partido Socialista, emplazó a su vez a la derecha a demostrar si en el gobierno de Allende hubo clausura del Congreso, intervenciones de los tribunales, cierre de medios de prensa y crímenes represivos como los de la dictadura.
En la Fundación 11 de Septiembre, la ex ministra de Justicia de Pinochet, Mónica Madariaga, hizo un llamado al gobierno para que suspenda el tradicional desfile militar que se realizada cada 19 de septiembre, con ocasión de las Fiestas Patrias.
Según Madariaga, el Ejército está "tremendamente herido", porque la detención de Pinochet ha significado "un atropello a la soberanía" por parte de Gran Bretaña y España. (FIN/IPS/ggr/dm/ip hd/99