RUSIA: Llamado a forjar mundo multipolar no tiene eco en China

Los llamados de Rusia a sus vecinos de Asia, en especial a China, para forjar un mundo "multipolar" mediante la creación de alianzas que contrarresten la influencia de Estados Unidos casi no tuvieron eco hasta el momento.

La última propuesta del presidente ruso Boris Yeltsin a China para oponerse conjuntamente al surgimiento de un mundo unipolar dominado por Occidente apenas recibió como respuesta la promesa de procurar "normas de relaciones internacionales aceptadas universalmente".

Yeltsin se reunió el miércoles con el presidente de China, Jiang Zemin, en Bishkek, la capital de Kirgiztán, en su tercer viaje al exterior este año para encontrarse con él.

El canciller ruso Igor Ivanov declaró a la televisión nacional que "Rusia, China y otros países promueven un mundo multipolar, en el que se tomen en cuenta los intereses de todos los países, grandes, medianos o pequeños".

El concepto de mundo multipolar podría ser fundamental para garantizar la estabilidad mundial a largo plazo, agregó.

El último diálogo entre Yeltsin y Jiang se produjo meses antes de una cumbre de ambos con tres mandatarios de Asia central, en el marco de la llamada alianza regional de los Cinco de Shangai, sobre asuntos de seguridad y comercio. La cumbre está prevista para mayo del 2000 en Dushanbe, la capital de Tajikistán.

En Bishkek, cinco líderes (Yeltsin, Jiang, Askar Akayev, Nursultan Nazarbayev y Emomali Rajmonov, estos últimos presidentes de Kirgiztán, Kazajstán y Tajikistán respectivamente) firmaron una declaración que promueve un mundo multipolar y aclara que su foro no está dirigido contra otros países.

En determinado momento, Yeltsin censuró "los intentos de algunos estados" de construir un orden mundial conveniente "sólo para ellos", y se manifestó dispuesto a luchar contra "los occidentales".

Ivanov debió aclarar la declaración de Yeltsin, arguyendo que debía interpretarse "en el contexto de una serie de medidas contrarias a la construcción de un mundo unipolar".

Como siempre, Moscú sólo recibió una respuesta cauta de Beijing. Trascendió que Jiang se limitó a defender "normas de relaciones internacionales aceptadas universalmente".

Los esfuerzos del gobierno ruso por forjar una alianza más estrecha con China y crear un mundo"multipolar" para contrarrestar el poder de Estados Unidos coinciden con una notoria disminución de la influencia mundial de Rusia.

Por ejemplo, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) está ampliándose hacia Europa oriental, que antes era el ámbito de influencia de Moscú.

El ex primer ministro Yevgeny Primakov sugirió alguna vez la formación de un triángulo estratégico entre Rusia, China e India para asegurar la estabilidad geopolítica regional.

Sin embargo, China descartó la idea, aunque previamente había criticado la expansión de la OTAN hacia el este y advertido que esto podría afectar la estabilidad regional y mundial.

"La vieja idea del eje China-Rusia-India no es realista, debido a las fricciones entre Beijing y Nueva Delhi", señaló Oleg Ostroujov, investigador del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales, un grupo de expertos con sede en Moscú.

La insistencia de Moscú en un mundo multipolar es interpretada como un intento de reafirmar su papel internacional, pero en vista de sus catastróficas circunstancias económicas y su dependencia de la ayuda exterior, la verdad es que Rusia no puede darse el lujo de adoptar una postura antioccidental.

En la cumbre de Bishkek también se discutieron intereses comunes de los estados de Asia central en materia de seguridad.

"Asia central es de suma importancia para Rusia. Las guerras civiles de Afganistán y Tajikistán la han convertido en una región crítica de extremismo y terrorismo", destacó Vladimir Lukin, presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Duma, la cámara baja del parlamento ruso.

"Para Moscú, la seguridad de Asia no es menos importante que la seguridad de Europa", agregó Lukin, ex embajador de Rusia en Estados Unidos.

En la cumbre de los Cinco de Shangai del año pasado, los países miembros acordaron cooperar entre sí para combatir el separatismo étnico o religioso.

China ha estado especialmente preocupada por los reclamos de independencia de grupos uigures, una minoría étnica del noroeste del país mayoritariamente musulmana.

La cuestión es aún más importante para Rusia, que todavía enfrenta el desafío del separatismo en la república autónoma de Chechenia. Este mes, rebeldes encabezados por líderes chechenos lucharon contra fuerzas federales en la vecina república de Daguestán.

"Tanto Rusia como China tienen intereses estratégicos en Asia Central, en particular en lo referente al extremismo islámico", observó Alexey Mitrofanov, presidente del Comité de Geopolítica de la Duma.

Trascendió que Jiang respaldó la idea de convertir a los Cinco de Shangai en una especie de bloque económico y exhortó a una postura unificada contra el terrorismo internacional y el separatismo nacionalista.

Así mismo, Yeltsin apoyó la iniciativa de los estados centroasiáticos de establecer una zona libre de armas nucleares en la región. (FIN/IPS/tra-en/sb/js/mlm/ip/99

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