La crisis en las Fuerzas Armadas de Honduras precipitó la dimisión del viceministro de Defensa, coronel Eugenio Romero, y se anuncian otras solicitudes de retiro del servicio activo.
Romero, que aún no había prestado juramento formal como viceministro, un puesto para el que fue designado el 30 de julio, arguyó "razones estrictamente personales" en la carta de renuncia que el viernes envió al presidente Carlos Flores.
Pero posteriormente aclaró que, entre otros motivos, su decisión se debe a discrepancias con el nombramiento del coronel Daniel López Carballo como jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, el cargo en que él mismo se desempeñaba.
Romero fue trasladado por el presidente Carlos Flores de la jefatura del Estado Mayor Conjunto al cargo de viceministro de Defensa en el marco de una serie de relevos en la cúpula castrense para conjurar una insurbordinación militar.
El coronel dimitente señaló que el nuevo jefe del Estado Mayor Conjunto "es menos antiguo en jerarquía" que él. "Nosotros, pese a todo, mantenemos un respeto por la jerarquía, la ética y la antigüedad", agregó.
"No me sentiría bien ante alguien que tiene menor rango y experiencia que la mía. Creo que a mis nuevos jefes les falta liderazgo y por ética y dignidad he preferido renunciar. Consulté esto con mi familia y amigos, por lo que decidí renunciar para no entorpecer los cambios", dijo.
También otros oficiales manifestaron disconformidad por la supuesta "falta de visión y liderazgo" de López Carballo.
Entre los militares que pedirán su baja se cuenta el coronel José Martínez Amador, en cuya opinión, la capacidad profesional de López Carballo, su compañero de promoción, "deja mucho que desear".
Así mismo, el coronel Jorge Juárez anunció su renuncia a la gerencia del Instituto de Previsión Militar (IPM), nuevo foco de tensión entre oficiales del Ejército y el Poder Ejecutivo.
El ministro de Defensa, Edgardo Dumas, el primer civil que ocupa ese puesto en Honduras, causó malestar entre altos oficiales al solicitar participación en la Junta Directiva del IPM.
López Carballo apoyó el propósito de Dumas de incorporarse a la junta directiva del instituto, por considerarlo "justo y lógico". Pero poco después, aclaró que la incorporación del ministro al IPM sería "en carácter de observador".
"Su trayectoria como un abogado ético y profesional nos puede dar un buen aval en las reuniones directivas del IPM, pero definitivamente no tendrá voz ni voto", dijo López Carballo.
Los reglamentos del IPM no contemplan la presencia de civiles en la junta directiva. Dumas considera que esa prohibición no es lógica, pues el instituto recibe aportes del Estado.
Dumas intenta consolidar la subordinación del poder militar al civil, un proceso comenzado en enero, con una reforma constitucional que suprimió la figura del comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y fortaleció el Ministerio de Defensa.
El ministro se hizo cargo de la administración del presupuesto militar y exigió la investigación de planillas supuestamente utilizadas para desviar recursos.
Un militar disconforme, el coronel Francisco Bustillo, declaró que las medidas de control impuestas al ejército buscan desprestigiar y eliminar la institución.
Bustillo llamó a los oficiales de las Fuerzas Armadas a "cerrar filas" para evitar "que un civil llegue a supervisar nuestras empresas", en alusión al caso del IPM.
Los acontecimientos del 30 de julio, que provocaron en la población el temor a un golpe de Estado, se desencadenaron a causa de nombramientos en las Fuerzas Armadas dispuestos por la Junta de Comandantes sin el consentimiento de Dumas, que se hallaba en México. (FIN/IPS/tm/ff/ip/99
