GUATEMALA: Delincuencia y pobreza, consecuencias del desempleo

La delincuencia, la violencia, la pobreza y la inseguridad que sufre Guatemala son consecuencia del alto desempleo y subempleo que, sumados, alcanzan a 50 por ciento de la fuerza de trabajo, según expertos y sindicalistas.

Anahí Herrera, economista de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales, dijo a IPS que la falta de oportunidades empuja a los desocupados al sector informal, donde muchas veces no consiguen cubrir sus necesidades básicas, lo que se traduce en pobreza, violencia e inseguridad.

"El problema es complejo, porque se necesita inversión extranjera que generaría posibles empleos, pero también se requiere de capacitación, ya que es difícil que los casi 40 por ciento de analfabetos puedan obtener trabajos con salarios dignos", dijo Herrera.

El secretario general de la Central General de Trabajadores de Guatemala, José Pinzón, sostuvo que "el hambre ha traído como consecuencia la violencia al país, pues no existen políticas para combatir el desempleo".

"Los salarios están por el suelo y la canasta básica está por las nubes", dijo el sindicalista a IPS.

Mientras los trabajadores rural obtienen un salario mínimo diario de poco más de dos dólares, que en las ciudades se eleva a tres dólares, la canasta básica se calcula en unos 180 dólares mensuales.

"Hay un déficit de 50 por ciento, solo en la canasta básica", dice Pinzón.

El sindicalista agregó que con la privatización de las empresas de telecomunicaciones, electricidad y correos, unos 16.000 trabajadores quedaron sin empleo.

María del Carmen Aceña, directora del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales, afirmó que en el país hay malos empleos, por eso solo el sector informal alcanza 50 por ciento de los puestos.

La economista considera que deben realizarse cambios profundos en el sector educativo, para que las personas obtengan una mayor capacitación y se les facilite la obtención de trabajo.

Aceña, al igual que Herrera, consideró que la atracción de inversión extranjera al país llevaría a la creación de más y mejores empleos, pero para ello es necesario que existan reglas claras y mayor seguridad ciudadana, pues la inseguridad ocasiona mayores gastos a las empresas.

Las analistas coinciden en que el próximo gobierno deberá priorizar desde enero la creación de empleos, una preocupación que fue recogida por los distintos candidatos a la presidencia en este año electoral.

Alfonso Portillo, candidato presidencial del derechista Frente Republicano Guatemalteco (FRG), principal partido de oposición, sostuvo que "generar empleos a corto plazo no es una tarea fácil".

Tasas de interés competitivas, descentralización y la creación de carreras técnicas son algunas de la propuestas en materia de empleo planteadas por Portillo, quien, según las últimas encuestas, lleva ligera ventaja sobre Oscar Berger, candidato del gobernante Partido de Avanzada Nacional (PAN).

Portillo dijo al diario Prensa Libre que es necesario que los guatemaltecos tengan acceso a carreras prácticas, ya que de esta manera los trabajadores tendrán capacidad para encontrar un empleo que mejore sus ingresos.

Mientras, Berger aseguró a Prensa Libre que el país va a salir de la recesión. "El tema del desempleo es económico. Si todos tenemos dinero tendremos resuelto en parte el problema del país", sostuvo.

Berger consideró necesario que la banca cuente con recursos suficientes, y anunció que, de llegar a la presidencia, promoverá la inversión de capitales locales y extranjeros. Entre sus planes figura también el apoyo a la pequeña y mediana empresa, la ampliación de la oferta educativa y la capacitación técnica.

El estatal Instituto Nacional de Estadísticas (INE) calculó la población económicamente activa en 1998 de 3,4 millones de personas.

El desempleo abierto, o sea las personas que no efectúan ninguna actividad económica, asciende a 5,6 por ciento, mientras el déficit ocupacional, que mide la subutilización de la fuerza de trabajo, es de 45,7 por ciento.

De acuerdo con estas cifras, el desempleo equivalente (que mide la cantidad de trabajos plenos que sería necesario crear para absorber el empleo y el subempleo, como porcentaje de la población económicamente activa), asciende a 40,1 por ciento, alrededor de 1,3 millones de puestos de trabajo. (FIN/IPS/cz/mj/lb/99

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