La cumbre anual de la Comunidad para el Desarrollo de Africa Austral (SADC) concluyó en la capital de Mozambique y despertó nuevos cuestionamientos acerca de su utilidad para resolver los conflictos regionales.
"La actuación de la SADC en la prevención y resolución de conflictos ha sido muy mala hasta ahora", comentó el analista político John Makumbe, de Zimbabwe, para quien la creación de la organización, hace 19 años, no introdujo ningún cambio político sustancial.
"No habría ninguna diferencia" si no se hubiese creado la SADC, sostuvo Makumbe.
"La única diferencia es que ahora hay más gastos innecesarios, porque los gobernantes se trasladan en avión para participar en estas cumbres que se convirtieron en una carga para los países miembros, porque los encuentros no aportan nada", sentenció.
Los gobernantes de la SADC declararon en la cumbre realizada en Mauricio el año pasado que estaban decididos a terminar con los conflictos de la región.
Sin embargo, pasó un año y no hubo grandes cambios. En ese período, la SADC declaró criminal de guerra al líder rebelde angoleño Jonas Savimbi y ofreció ayuda a Angola para terminar con la guerra civil que ya lleva 24 años.
El hecho de que el conflicto haya persistido durante los 19 años de existencia de la SADC muestra la ineficacia del bloque, que ni siquiera logró detener la guerra en República Democrática de Congo (RDC), el miembro más reciente del grupo.
La guerra de RDC involucra a tres países miembros de la SADC, Angola, Namibia y Zimbabwe, que apoyan al presidente de ese país, Laurent Kabila.
Soldados de Botswana y de Sudáfrica reunidos bajo la bandera de la SADC lograron contener un motín del ejército de Lesotho el año pasado, pero "aún hay problemas a punto de estallar. Fue una solución militar y no política", precisó Makumbe.
"La guerra en Mozambique (en 1992) fue detenida más bien por la Organización de la Unidad Africana y la Organización de las Naciones Unidas que por la SADC", puntualizó Makumbe.
Las conversaciones de Maputo serán sólo eso, palabras y nada más, vaticinó.
Los presidentes de Angola, Botswana, Malawi, Mozambique, Namibia, Sudáfrica, Tanzania, Zambia y Zimbabwe, y los primeros ministros de Lesotho, Mauricio, Seychelles y Swazilandia participaron este miércoles de la cumbre de Maputo.
El presidente Kabila, de RDC, se retiró apresurado de Maputo el martes, antes del comienzo de la cumbre, a causa del deterioro de la situación militar de su país.
Los puntos centrales del orden del día fueron las prolongadas guerras de Angola y de RDC, los disturbios de Caprivi, en Namibia, y la tensión creciente entre Angola y Zambia porque la primera acusó a la última de proveer armas al movimiento rebelde angoleño UNITA para luchar contra el gobierno de Luanda.
Los líderes de la SADC se reunieron sin tener muchas propuestas para lograr la unidad regional y terminar con las guerras que la aquejan. Una de las razones podría ser la falta de cohesión del órgano de la Comunidad dedicado a la política, la defensa y la seguridad.
Sudáfrica, por ejemplo, prefiere que el organismo de seguridad responda a la SADC, cuyo actual presidente es Thabo Mbeki, aunque esta semana será sustituido por el presidente de Mozambique, Joachim Chissano.
Por su parte, Zimbabwe, y también Zambia, quieren que la presidencia de la SADC tenga derecho a convocar cumbres y tomar decisiones ad hoc.
Pero Sagaren Naidoo, investigador del Instituto Sudafricano de Asuntos Internacionales, se preguntó de dónde saldrán los recursos para que SADC mantenga un batallón, por ejemplo.
"Incluso resolver el conflicto es muy complejo. Aunque tuviéramos a medio ejército de la SADC en RDC, sería difícil acabar con la guerra. Instaurar la paz sería complicado debido a la geografía y a las partes involucradas", explicó.
"La situación de Angola es compleja si pensamos, por ejemplo, en la evolución de Savimbi. Si queremos resolver el conflicto hay que presionar a las dos partes en guerra, pero también a los países occidentales involucrados", advirtió Naidoo.
Naidoo sostuvo que los defectos de la SADC reflejan la triste situación del continente. La OUA ha sido, desde su creación en 1963, un foro en que se habla mucho y se hace poco, denunció.
La cuarta parte de los países africanos padecen algún tipo de conflicto civil, pero la OUA sostiene que la falta de recursos financieros limita su capacidad para actuar.
"Lo mismo se aplica a la SADC, que no es la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). Tenemos grandes expectativas puestas en esos organismos, pero no tomamos en cuenta los obstáculos que predominan", dijo Naidoo.
"La SADC debe ser reforzada para poder cumplir su función de reacción anticipada, en lugar de esperar a que estallen los conflictos y gritar entonces que no tiene recursos para resolverlos", sostuvo Naidoo.
El sector comercial debe estar al frente de las negociaciones comerciales de la región, a fin de que la SADC alcance sus metas económicas y la unidad política, según Makumbe.
"La SADC fracasó sobre todo porque sus principales actores son los políticos y no los empresarios", sentenció. (FIN/IPS/tra- en/lm/mn/ceb/aq/ip/99