/Ciudades de América Latina/ COLOMBIA: Niña nacida en atasco dará nombre a estación de metro

Cuando la capital de Colombia tenga metro, la estación de la zona de Suba se llamará Valentina, como la niña que la madrugada del 22 de junio nació en la silla trasera de un viejo automóvil que se atascó en uno de los cientos de miles de huecos de las calles de Bogotá.

La promesa la hizo el alcalde Enrique Peñalosa, quien visitó a la niña y a su madre, Yohaira Medina, para regalarle pañales y entregarle un boleto simbólico "para que viaje gratis, de por vida, en Transmilenio-Metro", un proyecto de sistema de transporte masivo.

El proyecto prevé articular transporte de pasajeros en trenes al nivel de la calle y autobuses, en trayectos de circuitos cortos y largos.

La propuesta, debatida desde hace 40 años y que ahora se concreta con compromisos de financiación local y de la Nación, busca ordenar el caótico tráfico bogotano, que combina el pésimo estado de las vías con la irracionalidad del sistema.

Las 450 intersecciones sin semáforo, un parque automotor de servicio público con hasta 25 años de uso y uno de los mayores índices de accidentes viales del país, que a su vez es de los mayores del mundo, con 56.818 muertos en la última década, indican las complicaciones que comporta "moverse" en Bogotá.

En diciembre pasado, el Distrito Capital reportó que en 15 días del plan "tapahuecos" se habían pavimentado unos 35.000 de esos "cráteres" ocultados por el agua y el lodo de las calles de la ciudad, de ocho millones de habitantes.

La cifra era notable pero nadie pareció sentir sus efectos porque aún quedan muchos miles sin tapar.

Por supuesto que Yohaira Medina, de 24 años, fue de las que no sintió la mejoría de las vías bogotanas. Según el relato del vespertino El Espacio, "acusaba el inminente alumbramiento de su tercer hijo (cuando transitaba por) los tortuosos caminos que cruzan el barrio Balboa de la localidad de Suba".

"Llovía copiosamente y la trocha era intransitable. El barro había invadido hasta los andenes y era imposible advertir las zonas de mayor deterioro en la pretenciosamente llamada avenida", añade.

La mujer "soportaba el rigor de los dolores, elevando plegarias al cielo, contenía el aliento, se preparaba para acceder al noble título de madre", continúa la crónica con un tono que remite a los melodramas radiales de mediados de siglo.

Y de mediados de siglo, pero del XIX, parecen algunas calles de Suba y de buena parte de Bogotá, una ciudad que se ha extendido hacia el norte, innovadora, progresiva y a veces ostentosa, y hacia el sur y el oeste, obrera y marginal.

La ciudad que fundó en 1538 el adelantado español Don Gonzalo Jiménez de Quesada, se esparce desordenadamente en sofisticados multicentros comerciales, conjuntos cerrados de clase media, complejos de viviendas populares y tugurios por la más fértil sabana agrícola de Colombia.

Para echar a andar el metro se estima que el Instituto de Desarrollo Urbano deberá adquirir 1.200 predios.

Con la estación Valentina son dos las paradas de metro que ya tienen nombre -la primera que se construya, en el sur, se llamará Porvenir- como si bautizándolas, se pudieran volver realidad más facilmente.

Falta ver si entre el 2004 -cuando deben comenzar las obras- y el 2015 -cuando estaría funcionando-, los respectivos alcaldes de turno respetan las promesas de Peñalosa, quien ni siquiera logrará concluir el trienio para el que fue elegido en 1998, si prospera una campaña de firmas para revocarle el mandato.

La opinión se polariza. Otro sector le reconoce su visión y empeño de tecnócrata cuyo programa se llama «por la Bogotá que queremos» y tiene un fuerte componente de recuperación vias, reordenamiento del tráfico, desmarginalización de zonas periféricas, espacio público y espectáculos callejeros.

En cuanto al transporte, la situación es tan crítica que un automóvil particular reporta algunas ventajas en cuanto bienestar, pero muy poco en cuanto al tiempo del viaje.

La relación tiempo-distancia promedio en la ciudad es de 12 kilómetros por hora y, según estudios preliminares, con el metro llegaría a 26,7 kilómetros por hora.

El promedio de tiempo que un bogotano gasta en transportarse es de 4,5 horas al día, lo que en parte explicaría la agresividad que se le atribuye a los citadinos.

La primera línea del metro contempla una extensión de 29 kilómetros, desde la localidad dormitorio de Bosa, en el sur, hasta la intersección de las avenidas Caracas y Jiménez, en el centro, pasando por Engativa, en el oeste fabril y comercial.

Ignacio de Guzmán, gerente de la empresa Transmilenio, indicó que en los momentos de mayor demanda, deberán circular 425 autobuses articulados. Cada hora saldrán simultáneamente entre ocho y 26 vehículos.

Por lo pronto la mayor expectativa consiste en circular sin tantos tropiezos por las principales avenidas de Bogotá.

Con éste propósito, el gobierno municipal suscribió contratos con tres consorcios nacionales y con el mexicano Ingenieros Civiles Asociados (ICA), encargado de reponer 926.000 metros cuadrados de vías principales en los próximos 14 meses.

El plan total de recuperación de la red vial de la ciudad cubre 40 millones de metros cuadrados.

La red vial abarca 10.736 kilómetros, de los cuales 4.284 se encuentran entre "regular y mal", según el "Diagnóstico de restricciones y oportunidades de la ciudad", publicado por el Departamento Administrativo de Planeación del Distrito Capital.

El contrato entre el Distrito Capital e ICA se firmó en 1997 y, tras un largo pleito, sanciones y forcejeos jurídicos, las partes dirimen este mes el precio por metro cuadrado de "reparcheo" de las vías, según el gobierno municipal, y de "construcción", según la empresa.

El gerente de ICA, José Luis Grageda, dijo a IPS que no se trata de un "maquillaje", como se planteó inicialmente, sino de "una verdadera construcción de la vías", y añadió que a las particularidades del suelo arcilloso de la capital colombiana se suma la histórica falta de mantenimiento.

Por eso, en esta ciudad en la que cada año aparecen 240 hectáreas urbanizadas ilegalmente y donde el 25 por ciento de la población vive en áreas desarrolladas clandestinamente, el titular de "Valentina nació en coche" resultó irónico. (FIN/IPS/mig/ag/dv/99

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