/Ciudades de América Latina/ BOLIVIA: Alcaldes del mundo y Unesco festejan a La Paz

El director general de Unesco, Federico Mayor Zaragoza, aprovechó para entregar los premios "Ciudades por la Paz" la celebración el viernes de los 190 años de la gesta independentista de Bolivia, en presencia de más de 50 alcaldes del mundo.

Asentada en sus famosos como temidos 3.600 metros de altitud sobre el mar, La Paz representa probablemente una de las mayores simbiosis culturales de América Latina. Aquí se mezclan y conviven en paz blancos, mestizos e indígenas.

"Aquí convivimos los cristianos y no cristianos, los que creen y los que no. Con su orgullo de ser una ciudad mestiza, La Paz muestra a sus cholitas (descendientes de indígenas y blancos) y a sus barrios occidentalizados. Es una ciudad maravillosa", dice la alcaldesa de La Paz, Lupe Andrade.

Mayor, uno de los invitados especiales al festejo, trajo a esta ciudad los premios pero también una dura crítica a las políticas globalizadoras que alientan la desigualdad en las sociedades del fin de siglo.

"No podemos permitir por más tiempo que 18 por ciento de los habitantes de la Tierra posean 82 por ciento de los recursos, porque el resultado después lo pagamos todos, pero lo pagamos más los que menos nos beneficiamos en los tiempos de bonanza, ya que casi siempre los más débiles pagan la factura", dijo Mayor.

Esa factura se paga, en definitiva, con violencia, conflicto y vidas humanas, agregó el conductor de Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) en la segunda reunión de la Red Latinoamericana y Caribeña de Ciudades por la Paz.

"Podemos ganar a condición de que digamos basta a muchas de las cosas actuales, que no podemos aceptar sistemas financieros que cada vez hacen más ricos a los que prestan y hacen más pobres a los que reciben ese dinero", dijo Mayor, en su mensaje a los alcaldes reunidos en La Paz.

La guatemalteca Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz, también invitada de honor, también fustigó los efectos perversos de la globalización, cuyos supuestos beneficios para los pobres son, en su opinión, un mito.

La globalización no es igual para los países pobres y ricos, dijo Menchú, quien citó como ejemplo la renuencia de algunos países a firmar tratados que permitan proteger a quienes cruzan las fronteras escapando de las guerras o buscando mejores condiciones de vida.

Así festejó La Paz su aniversario: con discusiones sobre la cultura de la paz en las ciudades latinoamericanas y caribeñas en el marco de la globalización.

La Unesco eligió La Paz para entregar los premios "Ciudades por la Paz", creados en 1996 en la conferencia Hábitat II en Estambul, para promover el desarrollo de una cultura de paz en las urbes, considerando que en el 2000 más de la mitad de la humanidad vivirá en las ciudades.

En América Latina y el Caribe, el premio "Ciudades por La Paz" fue entregado a Quito, capital de Ecuador, por su combinación de preservación del patrimonio histórico y de desarrollo social.

Unesco otorgó menciones de honor a Montevideo, capital de Uruguay, y Rosario, la ciudad más poblada de la provincia argentina de Santa Fe.

En Africa, el premio correspondió a Tombuctú, Malí, por su papel en la reconciliación nacional.

En la región del Asia y del Pacífico, Unesco otorgó el premio a Hanoi, Vietnam, por sus proyectos multidisciplinarios destinados a mejorar la vida de sus habitantes.

En Europa, el premio correspondió a Delft, Holanda, por la creación de una red de 20 municipalidades de ese país a favor de la paz dentro de las ciudades destrozadas de la ex Yugoslavia.

En Medio Oriente, Unesco entregó el premio a la Zouk Mikael, Líbano, por su acción contra la exclusión y la inseguridad. (FIN/IPS/ac/mj/dv/99

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