AMERICA LATINA: Rezago en desarrollo humano para las mujeres

La integración política y económica de la mujer y la igualdad de género son tareas pendientes en la agenda de América Latina, advirtió Elena Martínez, directora regional del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

La región muestra un rezago en la materia, señaló Martínez, de nacionalidad cubana, quien puso término este martes a una breve visita a Chile, donde se realizó el lanzamiento regional del Informe sobre Desarrollo Humano 1999.

Este documento, que la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) elabora desde 1990, contiene el índice de desarrollo humano (IDH), el cual mide la situación de 174 países desde el punto de vista de las oportunidades para la gente.

El PNUD plantea que el producto interno bruto (PIB) o el ingreso por habitante son indicativos parciales del desarrollo y que un enfoque integral debe abarcar también materias como el acceso a la salud y a la educación y la esperanza de vida.

El informe, que este año tiene como propuesta central la búsqueda de un "rostro humano" para la globalización, estuvo dedicado en 1995 a las dimensiones de género en el desarrollo, con énfasis en la situación de la mujer.

Desde entonces, el PNUD incluye en este reporte anual el índice de desarrollo relativo al género (IDG) y el índice de potenciación de género (IPG) como dimensiones complementarias y específicas del IDH.

La categoría de género, asumida por la ONU, alude a las funciones sociales que se asignan a partir de un referente biológico como el sexo, y que se traducen en diferencias que, a la postre, discriminan a la mujer.

El IDG incluye los mismos datos básicos del IDH, como esperanza de vida al nacer, acceso a la educación y producto por habitante, pero discriminados entre hombres y mujeres para medir el estado de la población femenina en los diversos países.

En el IPG, en cambio, "se utilizan variables preparadas explícitamente para la medición de la potenciación relativa de hombres y mujeres en esferas de actividad política y económica", explicaron los expertos del PNUD.

Los números y porcentajes de mujeres en los parlamentos, en posiciones directivas y administrativas, en puestos profesionales y técnicos, y el producto por persona específico de la población femenina son los indicadores de potenciación de género.

Así, los resultados que el informe del PNUD entrega suelen presentar en un mismo país diferencias significativas para los efectos de su posición internacional en los índices de desarrollo humano, de desarrollo de género y de potenciación de género.

Chile, que tiene el primer lugar de América Latina en términos de IDH, en el puesto 34 entre 174 países, no rinde un buen examen cuando se miden las oportunidades para las mujeres en los ámbitos político y económico, señaló Martínez.

En efecto, este país tiene en el mundo el lugar número 34 en IDG, pero en términos de IPG figura en el casillero 54, entreverado en las últimas posiciones a este respecto en la región de América Latina y el Caribe.

El índice de potenciación de género incluye en el informe del PNUD solo a 21 de los 33 países de la región, ya que no se contó con datos de la mayoría de los estados anglófonos caribeños, ni de Argentina, Bolivia y Nicaragua.

El mejor registro de IPG es el de Bahamas, con el lugar número 13 a nivel mundial, mientras que con base en el IDH está en la posición 31. El segundo es Cuba, número 21 en términos de IPG y 58 en cuanto al IDH.

Las posiciones de Costa Rica son 23 y 45, Trinidad y Tabago 24 y 46, República Dominicana 25 y 88, Ecuador 29 y 72, Colombia 31 y 57, México 33 y 50, Belice 39 y 83, El Salvador 41 y 107, Venezuela 43 y 48, y Guatemala en el puesto 44 en IPG y 117 en IDH.

Siguen en el listado Panamá (47 y 49), Honduras (53 y 114), Chile (54 y 34), Uruguay (56 y 40), Guyana (57 y 99), Surinam (60 y 64), Perú (63 y 80), Paraguay (65 y 84) y finalmente Brasil, lugar 70 en índice de potenciación de género y 79 en IDH.

En cuanto al índice de desarrollo relativo al género, los registros latinoamericanos son más favorables, en la medida en que la región tuvo hasta 1997, año de referencia para las estadísticas, avances en el crecimiento del producto.

No obstante, la directora del PNUD señaló que en términos económicos y sociales hay todavía rezagos en América Latina en materia de políticas de género y para la mujer, con una agenda en la que aún "hay mucho por hacer".

La atención hacia los niños, los enfermos y los ancianos sigue siendo en esta región una labor que continúa recayendo casi exclusivamente en las mujeres, que a su vez sienten una presión por trabajar que no pueden satisfacer plenamente.

En el ámbito laboral se produce además una suerte de acumulación de tensiones en perjuicio de la mujer, que se vincula a las bajas remuneraciones y a la insuficiente cobertura de la seguridad social y la salud pública, indicó Martínez.

También en América Latina y el Caribe, como lo indica el informe, la mujer está virtualmente excluida del acceso a la revolución de las comunicaciones, con un perfil de usuarios de Internet, por ejemplo, en el que predominan los hombres. (FIN/IPS/ggr/mj/dv/99

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