El terremoto y la tormenta que este martes provocaron en México 29 muertos, decenas de heridos y grandes pérdidas materiales fueron apenas una muestra de los peligros naturales que enfrenta este país, advirtieron expertos.
En territorio mexicano se libera cada año tres por ciento de la energía sísmica mundial y son comunes inundaciones, sequías y huracanes, agregaron.
El Departamento de Protección Civil de la Secretaría (ministerio) de Gobernación informó este miércoles que el sismo de 6,7 grados en la escala de Richter que el martes sacudió siete estados y la capital dejó 17 muertos, 11 de ellos en el estado de Puebla, donde se registraron las mayores pérdidas materiales.
En cuanto a la tormenta ocurrida la noche del lunes y madrugada del martes en Monterrey, ciudad del norte de este país, las autoridades indicaron que dejó 12 muertos. Fue la peor tragedia en esa localidad desde 1988, cuando el huracán Gilberto causó 167 muertes, indicó la subsecretaría de Seguridad local.
Por su posición geográfica y topología, México es un país de alto riesgo en materia de desastres naturales. Lo de la últimas horas fue apenas una muestra, advirtió Gerardo Suárez, investigador del Instituto de Geofísca de la Universidad Nacional Autómona de México.
El último sismo, el más fuerte de este año, destruyó parte del centro histórico de la ciudad de Puebla, capital del estado del mismo nombre, y generó una ola de pánico en la capital de país, donde incluso dos personas murieron de paro cardíaco.
Sin embargo, no hubo reportes de daños relevantes en edificios y servicios públicos en la ciudad de México.
El terremoto, cuyo epicentro se localizó en Huajuapan, en el estado de Oaxaca, al sureste, afectó a unas 200 viviendas, en su mayoría en el estado de Puebla, donde el gobierno de Ernesto Zedillo concentró los programas de emergencia.
"Mis condolencias para las familias que están sufriendo estas circunstancias. Pero, bueno, dentro de todo y dada la intensidad del sismo, no nos fue tan mal", dijo Zedillo luego de recorrer parte de las zonas afectadas.
En México se registran unos 20.000 movimientos de tierra por año, en su mayoría imperceptibles para la población. Los cerca de 400 de magnitud cinco o más registrados en los últimos 20 años y sentidos por la población equivalen a la energía liberada por la explosión de unas 234.000 bombas atómicas.
El terremoto de 1985 destruyó parte de la capital mexicana y provocó cientos de muertos. Las autoridades establecieron desde entonces programas especiales de protección civil, pero reconocen que aún falta preparación entre la población.
Según el Departamento de Protección Civil, más de 70 por ciento de los 96 millones de mexicanos enfrenta riesgo de terremotos, explosiones volcánicas, inundaciones, sequías y huracanes.
Ese organismo afirmó también que 16 de los 32 estados del país enfrentaron en las últimas dos décadas seis períodos de sequía y recordó que en México hay 16 volcanes activos y que sólo en uno de ellos, el Popocatepetl, se instaló un sistema de censores completo.
En mayo, el gobierno declaró en emergencia a los estados del norte del país por la fuerte sequía que los afecta y que provocó miles de dólares en pérdidas agrícolas y ganaderas, mientras incrementó las medidas de seguridad en la cercanías de los volcanes de Colima y Popocatepetl, los de mayor actividad.
El Servicio Sismológico advirtió que las costas mexicanas del Pacífico están atravesadas por placas subterráneas que registran movimientos periódicos. En dos meses, 20 años o un siglo más, esas placas tendrán un fuerte desplazamiento de más de ocho grados Richter, precisó.
Los expertos explican que las altas temperaturas del núcleo de la Tierra producen movimientos y cambios físicos en la corteza, desplazando territorios del planeta entre siete y 15 centímetros por año.
Para alertar a la población capitalina de un terremoto con epicentro en el Pacífico, las autoridades instalaron una alarma sísmica diseñada para activarse 50 segundos antes de que llegue la onda del movimiento, tiempo en el que la población debería buscar un lugar seguro. (FIN/IPS/dc/mj/en/99