La volatilidad que prevalece en los flujos internacionales de capital hace prever una nueva crisis, señaló hoy en esta ciudad del sur de Chile David de Ferranti, próximo vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
De Ferranti advirtió en rueda de prensa también que las democracias siguen siendo frágiles en América Latina y otras regiones en vías de desarrollo, lo cual influye negativamente no sólo en la estabilidad política sino también en los objetivos de equidad social.
El funcionario, actual vicepresidente del Banco Mundial en temas de educación, salud, alimentación, población y protección social, participa en la quinta conferencia anual de la entidad, que se realiza en Valdivia, puerto fluvial situado 810 kilómetros al sur de Santiago.
El economista estadounidense reemplazará el 1 de julio en la vicepresidencia del Banco Mundial para América Latina y el Caribe al ciudadano indio-británico Shahid Javer Burki.
Esta quinta conferencia anual sobre Descentralización y Rendimiento de Cuentas en el Sector Público, finalizará este martes con una serie de recomendaciones a los gobiernos de la región para potenciar un desarrollo territorial equilibrado.
El colombiano Guillermo Perry, economista jefe de la Oficina Regional de América Latina y el Caribe del Banco Mundial, señaló que los procesos descentralizadores tienen en la región un vínculo directo con la estabilidad política y la profundización de la democracia.
La dispersión del poder es una tendencia mundial, que en América Latina comienza a adquirir expresiones concretas en 1983, con la adopción tanto de cambios constitucionales como con la transferencia de tareas centralizadas a municipios y provincias.
Las elecciones de poderes locales, la asignación territorial de fondos del Estado y el traspaso de servicios como la educación y la salud a los municipios, son medidas que en diverso grado y magnitud contribuyen a la descentralizar.
En un estudio preparado por Perry, Javed Burki y el economista urbano William Dillinger, se pone de manifiesto que los avances en este proceso son independientes de las constituciones federales o unitarias de los estados latinoamericanos.
México, Colombia, Venezuela, Chile y Bolivia son, según el estudio, los países que más han cubierto funciones descentralizadoras en la región a través de elecciones locales, entrega de funciones y delegación de ingresos presupuestarios.
El estudio de Perry, Javed Burki y Dillinger señala que la descentralización puede aumentar las desigualdades regionales en el suministro de servicios públicos, así como plantear riesgos macroeconómicos con déficits reiterados en el gobierno central.
El ministro de Hacienda de Chile, Eduardo Aninat, quien acompañó a De Ferranti y Perry en un encuentro con periodistas, indicó que una efectiva descentralización debe contribuir también a fortalecer a los pequeños y medianos empresarios.
Según destacó el ministro, uno de los rasgos esenciales de la economía chilena está en el aporte de las regiones del interior a la oferta exportadora del país, lo que contribuye a desconcentrar una estructura que tiene como eje a Santiago y la región Metropolitana.
La reasignación de recursos que conlleva la descentralización tiene como objetivos prioritarios contribuir a una mayor equidad social en América Latina, indicaron los ejecutivos del Banco Mundial.
En ese sentido, De Ferranti indicó que la prioridad de su próxima labor como responsable del Banco Mundial para la región estará en el combate a la pobreza y en una distribución más justa del ingreso.
Señaló igualmente que la abundancia de capitales procedentes de los fondos de pensiones y la volatilidad de los mercados financieros internacionales mantienen vigente la posibilidad de nuevas crisis internacionales, luego de las turbulencias generadas desde Asia en 1997.
En esa línea, señaló que los gobiernos latinoamericanos deben adoptar oportunamente reformas económicas y sociales para disminuir el impacto en los sectores más pobres de las políticas de ajuste. (FIN/IPS/ggr/ag/if/99
