La paz como negocio está a la orden del día en Colombia. En plena selva, lejos de los sofisticados ambientes de Wall Street, Richard Grasso, presidente de la Bolsa de Valores de Nueva York, habló de inversiones con la cúpula de la mayor organización guerrillera del país.
El encuentro se produjo en la mañana del sábado 26, en el corregimiento La Machaca, sede temporal del Secretariado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), a pocos kilómetros de San Vicente del Chaguán.
En éste o en otro lugar de los 42.000 kilómetros cuadrados que el gobierno de Andrés Pastrana ordenó despejar de fuerzas militares, se iniciarán formalmente el 7 de julio las negociaciones de paz con el ejército irregular de 15.000 hombres al mando de Manuel Marulanda, "Tirofijo".
Allí, en una suerte de "safari financiero", Grasso y sus vicepresidentes de Relaciones Internacionales, Alan Yves Morvan, y de Seguridad y Protección, James Esposito, hablaron con el comandante Raúl Reyes, portavoz del grupo guerrillero más antigua del continente.
Mientras Grasso explicaba a los guerrilleros en el húmedo y caluroso trópico que "la paz es el mejor negocio que puede hacer Colombia", el clima que imperaba ese fin de semana en la Bolsa de Nueva York era de "calma y cautela", según los analistas.
El Dow Jones, índice que mide el comportamiento de las cien principales acciones de Wall Street, cerraba la semana con un alza de 17,73 unidades. El pronóstico para fin de mes en la mayor economía del mundo era de alza en la tasa interbancaria.
El tema resultaba de interés para Reyes, hombre bajito, de aspecto bonachón y pariente político de Marulanda, a quien la reunión con Grasso, descendiente de italianos, le aguzó su curiosidad financiera. Así lo destacaron el interlocurtor estadounidense y la agencia gubernamental de noticias Ancol.
Grasso explicó a Reyes "como 200 millones de norteamericanos que habitualmente invierten estarían dispuestos a hacerlo en Colombia", informó Ancol. Y añadió: el comandante insurgente indagó "no sólo sobre los cambios económicos en el mundo sino por las posibilidades que a través de la Bolsa ofrece Colombia".
"Nosotros negociamos allá con dos de las grandes compañías colombianas: el Banco Ganadero y el Banco de Colombia. La esperanza que tengo es que esta visita marque el comienzo de una nueva relación entre Estados Unidos y las FARC", le dijo Grasso a Reyes.
Ambos bancos han estado muy promocionados últimamente. En el Ganadero, el español Banco Bilbao Vizcaya hizo una fuerte inversión y el Colombia se fusionó con el Comercial Antioqueño, uno de cuyos directivos, Nicanor Restrepo, fue representante del gobierno en la etapa de conversaciones con la guerrilla.
Reyes "dio sus apreciaciones sobre algunos aspectos económicos y formuló preguntas de qué empresas de Colombia han logrado captar ahorros en esa Bolsa", dijo el Ministro de Hacienda, Juan Camilo Restrepo, que junto al Alto Comisionado de Paz, Víctor Ricardo, asistió al particular encuentro.
El presidente de la Bolsa de Nueva York fue más explícito con el diario El Tiempo, de Bogotá, al comentar el alcance de la reunión: "hablamos de oportunidades económicas, de cómo los mercados en desarrollo del mundo entero están aumentando su participación en la propiedad del capital".
"Cuando la paz se consiga en Colombia, la relación con toda la región de las Américas, en el contexto global actual, crecerá (…) habrá un mutuo intercambio de capitales", agregó.
Al medio día del sábado, de regreso a Bogotá, Grasso se encargó de precisar el carácter de su visita: "el presidente (Pastrana) nos ha pedido venir y hacer esta visita para promover, junto con el gobierno, el pensamiento de que con la paz vendrá una nueva y renovada economía colombiana".
En la noche del mismo día, la encarnación del capitalismo de fin de siglo pasó a manteles.
En los salones afrancesados de la Casa de Nariño (sede del gobierno) se sirvió una cena en honor de los visitantes estadounidenses a la que concurrieron algunos ministros del sector económico y la flor y nata de los grupos financieros e industriales locales.
El conservador Roberto Camacho, de la Comisión de Paz del Senado, calificó de extraordinario el encuentro Grasso-Reyes.
"Espero que la próxima visita sea de la cúpula guerrillera a Nueva York a ver si entienden en qué mundo estamos y dejan los dogmatismos de lado y los discursos trasnochados para que entiendan que en el nuevo milenio el mundo tiene que trabajar con solidaridad", dijo a IPS Camacho.
Es necesario que la guerrilla comprenda cómo es que funciona el mundo, que el país no puede sustraerse del resto de países y que no podemos aislarnos de la comunidad internacional", afirmó el parlamentario, uno de los que estudia salidas constitucionales a la propuesta de canje de prisioneros.
Como van las cosas no se descarta que haya otro encuentro cara a cara entre Grasso y Reyes. Al menos la invitación ya fue cursada y hubo empatía, pues el financista confesó que al despedirse del guerrillero sintió que sus raíces latinas afloraban: "colombianos e italianos odiamos decir adiós".
En cuanto a la idea de que el grupo guerrillero comprenda como funciona el mundo, parece que ya lo ha hecho.
No sólo las FARC tienen una página en Internet y un vocero internacional radicado en México, el sociólogo Luis Albán, conocido como el comandante Marcos Calarcá, sino también el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda fuerza guerrillera de Colombia.
El ELN tiene a 42 civiles secuestrados en los últimos tres meses en un avión en vuelo entre la oriental ciudad de Bucaramanga y Bogotá, en una iglesia de la ciudad de Cali, en el oeste, y en un paseo dominical en la región del Caribe, cerca de Barranquilla. Pero los nexos internacionales están en Europa.
A Antonio García, quien ha afirmado que el secuestro es la forma de financiar la guerra que tiene su organización, se lo encuentra con relativa facilidad en Alemania y Nicolás Rodríguez, el comandante Gabino, jefe político del ELN, sostuvo entrevistas en el Vaticano con el cardenal colombiano Dario Castrillón.
Una semana antes de la visita de Graso y sus vicepresidentes al Caguán, el ex director de la policía secreta alemana y parlamentario Bernd Schmit Bauer fue protagonista de las noticias de la guerra y la paz en Colombia.
En visita que todos los implicados se empeñaron en calificar de humanitaria, para desmentir rumores de intermediación económica en los secuestros, Schmit Bauer buscó recomponer la rota relación entre la administración Pastrana y el ELN.
No queda duda que la "diplomacia por la paz", bandera internacional del gobierno de Pastrana, también es agitada desde filas guerrilleras.
El liberal Carlos Lemos, ex canciller y ex embajador en Roma y Londres, acérrimo opositor del gobierno de Pastrana, no oculta su malestar.
"Hasta el concepto de soberanía desapareció (…) Los enviados especiales de Wall Street les presentan sus credenciales a los plenipotenciarios de 'Tirofijo' y discuten con ellos cómo va a regirse en adelante la economía nacional", afirmó.
"Lo que verdaderamente se ha internacionalizado en Colombia no es el proceso de paz, sino el gobierno mismo del país", comentó Lemos con ironía. (FIN/IPS/mig/ag/ip/99