El presidente de Argentina, Carlos Menem, recibirá este miércoles un premio del Vaticano por su oposición al aborto, práctica que, pese a ser ilegal, es la primera causa de muerte materna en este país.
De acuerdo con estadísticas privadas, en Argentina se realizan entre 500.000 y 650.000 abortos al año, uno por cada menos de dos nacimientos. Según distintas estimaciones, entre una y dos mujeres mueren cada día por abortos mal realizados.
La entrega del galardón coincide con uno de los momentos más críticos de las relaciones entre el gobierno y la Iglesia Católica local por las denuncias de los obispos acerca del aumento de la pobreza como consecuencia de las políticas de ajuste.
La organización comunitaria Caritas de Argentina sostuvo que en este país hay 13 millones de pobres y 3,5 millones de indigentes, y que casi la mitad de los niños nace en familia que viven por debajo del nivel de subsistencia.
Las organizaciones no gubernamentales de mujeres se manifestaron contra el otorgamiento del premio a Menem, y remarcaron que, de acuerdo con las denuncias de la Iglesia local, el gobierno no parece estar preocupado por la infancia como para merecerlo.
El gobierno de Menem votó siempre en foros internacionales junto al Vaticano en cuestiones relativas a derechos reproductivos, educación sexual de niños y niñas, planificación familiar, fertilización asistida y aborto.
Este año, esa estrategia se profundizó cuando el gobierno decretó que el 25 de marzo sea "el Día del Niño por Nacer", una toma de posición clara en el debate sobre el momento en el que comienza la vida de una persona.
Por todo eso, el observador permanente del Vaticano en las Naciones Unidas, obispo Renato Martino, concederá a Menem el miércoles en Nueva York el premio Sendero por la Paz, una medalla y un diploma "en reconocimiento a sus excepcionales servicios en defensa de la vida humana y la familia".
Mabel Bianco, de la Fundación para el Estudio e Investigaciones sobre la Mujer, dijo a IPS que el otorgamiento de este premio, ya recibido, entre otros, por el rey Balduino I de Bélgica, los ex presidentes Corazón Aquino, de Filipinas, y Lech Walesa, de Polonia, "es una gran ironía".
El gobierno argentino "debiera preocuparse por los niños ya nacidos que, según le señala la propia Iglesia, están volcados a vivir en la calle, con hambre, amenazados por la violencia de la pobreza y obligados a prostituirse", sostuvo Bianco.
La activista explicó que en Argentina miles de mujeres "de sectores populares" entre las que incluyó a las pobres y a las de clase media, no tienen acceso a servicios de planificación familiar y se exponen a morir por un aborto realizado sin condiciones de asepsia.
Bianco participó entre marzo y abril de la reunión preparatoria de la Asamblea Extraordinaria de las Naciones Unidas que comenzará el día 30 para evaluar el cumplimiento de los compromisos asumidos por los gobiernos en la Cumbre sobre Población celebrada en El Cairo en 1994.
En esas reuniones previas, la delegación oficial argentina votó junto a Egipto, Guatemala, Libia, Sudán y el Vaticano contra la educación sexual y servicios sanitarios a niñas, niños y adolescentes para prevenir el sida, aseguró Bianco.
La oposición se centró en que los restantes países recomiendan dar a los menores la posibilidad de concurrir sin autorización o acompañamiento de los padres.
La reunión preparatoria continuará el día 24 en Nueva York hasta la víspera de la Asamblea, con el fin de lograr un documento de consenso que fije nuevos compromisos para los próximos cinco años.
María Alicia Gutierrez, del Foro por los Derechos Reproductivos, también expresó a IPS su malestar con este premio. "La diplomacia de Menem intenta mostrar con esto que su enfrentamiento con la Iglesia por la pobreza no es tal", interpretó.
Para Gutiérrez, el galardón "es un disparate descomunal", sobre todo en lo que se refiere al reconocimiento por la creación del Día del Niño por Nacer, "una contradicción en sí misma, ya que si está por nacer, no es niño", según la activista.
Gutierrez consideró que la postura gubernamental atenta contra los derechos reproductivos en tres dimensiones. Por un lado, va contra un derecho a la salud en la medida en que el aborto, practicado en condiciones inadecuadas, causa problemas de salud y hasta la muerte de la mujer.
También es un problema de inequidad social, ya que la mayoría de las víctimas son mujeres pobres que no puden pagar el costo de una práctica que cuesta entre 300 y 2.500 dólares en distintas instancias de un mercado siempre clandestino.
Y por último, la posición oficial va contra el ejercicio de la ciudadanía plena de las mujeres que demandan el derecho a disponer de su cuerpo y su intimidad como quieran.
En 10 años de gestión, el gobierno de Menem votó siempre junto al Vaticano en las sucesivas cumbres de Naciones Unidas (El Cairo, Copenhague, Beijing) y pugnó sin éxito para que la Constitución reformada en 1994 se pronuncie contra el aborto.
Menem intentó sumar adherentes a esta postura entre los demás presidentes latinoamericanos y tampoco tuvo eco. Para el gobierno argentino, la vida comienza en el momento de la concepción. A partir de allí, dicen, ya hay una persona a la que se quiere defender.
Rodolfo Barra, ex juez de la Corte Suprema y ex ministro de Justicia separado del cargo luego de que un matutino denunció que en su juventud había tenido militancia nazi y había sido detenido por apedrear sinagogas, es asesor de Menem en estos temas.
Barra, miembro de la organización católica conservadora Opus Dei, tuvo la idea de crear el Día del Niño por Nacer y Menem, un hombre de origen musulmán que se convirtió al cristianismo al comenzar su carrera política, le puso la firma al proyecto.
Ahora, su coherencia en esa lucha por frenar inclusive el debate sobre este reclamo de las mujeres, recibirá el reconocimiento de un representante del papa Juan Pablo II. (FIN/IPS/mv/mj/ip cr hd he/99
