El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, determinó hoy que su proyectada Asamblea Constituyente tendrá poderes omnímodos, aunque acogió buena parte de las demandas de la oposición al fijar las bases para su convocatoria.
También estableció que la convocatoria se apruebe con una mayoría simple de quienes concurran a las urnas, en el previsto referendo del 25 de abril, frente a quienes pedían que la participación mínima fuese de más de la mitad del electorado.
Los únicos límites de la Asamblea, que en seis meses deberá tener lista la llamada Constitución del 2000, son los valores y principios de la historia republicana del país y el cumplimiento de los tratados internacionales y los compromisos del Estado.
Sus 103 miembros, tres de ellos indígenas, electos en forma nominal, también deberán tener en cuenta el carácter progresivo de los derechos humanos fundamentales y las garantías democráticas "dentro del más absoluto respeto de los compromisos asumidos" por el Estado en esa materia.
Pero una vez instalada, la Asamblea actuará "como un poder originario que recoge la soberanía popular", por lo que no se limitará a redactar una nueva Carta Magna, que sustituya a la que más tiempo ha durado en el país, la de 1961, que rigió el agotado modelo político desde la restauración democrática, en 1958.
La propuesta sobre las bases de la convocatoria a la Asamblea elimina la gran crítica que se hizo al decreto con que Chávez inaguró el 2 de febrero su presidencia y mediante el cual convocó a un referendo sobre la Asamblea, que fue su gran oferta electoral y que es apoyada por 70 por ciento de la población.
En ese decreto se preguntaba al electorado si facultaba al presidente para que fijase las bases comiciales, una vez oída la opinión de todos los sectores del país, lo que fue visto por los opositores políticos, juristas y organizaciones civiles como una extralimitación autoritaria.
Chávez, quien brindó las bases de la convocatoria en una alocución al país, dijo que "no se puede imponer previamente la actuación de la Asamblea" y que "ni yo ni el pueblo tememos su poder", como si lo temen los políticos y partidos tradicionales.
El presidente ironizó que los que temen el poder de la Asamblea se concentran en el Congreso, por la posibilidad de que decida su disolución, una vez que se instale. "Lo más que puede pasar es que los disuelvan, ?por qué temerle?", comentó.
Pero el presidente subrayó que en ningún caso se eliminará el parlamento, que por el contrario, en su criterio, deberá tener mucho más peso y poder en la nueva Constitución.
Chávez aseguró que las bases establecidas para la elección de la Asamblea son el resultado de más de 200 horas contabilizadas de diálogos directos con todos los sectores nacionales, el Congreso en primer lugar.
El catedrático constitucionalista Allan Brewer, quien ha impugnado la forma en que Chávez convocó al referendo, reconoció que las 11 bases planteadas "son buenas".
También aplaudió que se haya descartado que los militares participen en la Asamblea y, en cambio, se establezca que los candidatos puedan ser postulados por los partidos políticos, además de la sociedad civil organizada y la iniciativa propia.
Pero criticó que no se demande un quorum mínimo para el referendo y que los poderes de la Asamblea sean amplios, aunque sí aplaudió que se determinó que su marco será la democracia y el respeto a los acuerdos y compromisos internos y externos.
Brewer introdujo uno de los 13 recursos contra el decreto, que la Corte Suprema de Justicia desestimó en bloque la semana pasada, y uno de los dos recursos contra la propia convocatoria al referendo por las autoridades comiciales, que el máximo tribunal estudia actualmente.
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