PERU: La Iglesia Católica y la deuda externa

El Jubileo 2000, propuesto por el Papa Juan Pablo II a los banqueros del Club de París para que perdonen sus deudas a los países pobres, se convirtió en Perú en una movilización popular que divide a la jerarquía católica y choca con el gobierno.

El tema de la deuda externa, impulsado por la Iglesia Católica y con apoyo del movimiento juvenil independiente, retorna al escenario político peruano y complica los compromisos políticos del presidente Alberto Fujimori, quien se propone pagar este año 1.900 millones de dólares a sus acreedores extranjeros.

Esa cantidad bordea el cuatro por ciento del producto interno bruto (PIB) peruano y es, según analistas independientes, excesiva para un para un país en grave crisis económica y social, con 48 por ciento de la población en condición de pobreza, según cifras oficiales.

Para oponerse a ese pago, y demandar al gobierno que consiga la reducción de la suma correspondiente a este año, la Iglesia Católica trata de conseguir tres millones de firmas de respaldo, y el opositor Comité Cívico Patriótico de la Juventud (CCPJ) anunció su decisión de unirse a la campaña.

La campaña, que debe prolongarse hasta principios de abril, luego de promover la participación de las organizaciones católicas de base ha recurrido a clubes de madres y organizaciones juveniles.

"Nos sumamos al Jubileo 2000. Las organizaciones católicas seguirán pidiendo firmas en las puertas de las iglesias y en visitas casa por casa en algunas parroquias, nosotros iremos a las universidades y colegios", dijo Eduardo Montenegro, dirigente del CCPJ.

La iniciativa Jubileo 2000 propuesta por el Papa se basa en una tradición bíblica según la cual cada 50 años los acreedores deben perdonar las deudas, los prestamistas devolver las tierras hipotecadas y los esclavos ser puestos en libertad.

Juan Pablo II considera que la deuda externa es la forma moderna del cautiverio y que el ingreso al segundo milenio desde debe ser celebrado con el perdón de las grandes deudas que sufren algunos países, precisamente los más pobres.

Esta iniciativa ha obtenido respaldo mundial de artistas como Luciano Pavarottti, Michael Jackson y el cantante de rock Bono Vox, deportistas como Mohamed Alí y líderes de otras comunidades religiosas, como el Dalai Lama.

Pero ni los banqueros que conforman el Club de París ni directivos de organizaciones financieras internacionales se han pronunciado hasta ahora.

Fuentes del Vaticano precisan que no proponen la anulación total de la deuda, pero si la reducción significativa y la reformulación de sus condiciones de pago.

La deuda externa peruana asciende, según el Banco Central, a poco más de 25.000 millones de dólares, lo que equivale a 47,7 por ciento del PIB.

Esta exhortación del Papa a los banqueros ha sido tomada en Perú como una cruzada popular, promovida por el sector progresista de la Iglesia Católica y secundada por organizaciones juveniles y estudiantiles.

Fujimori criticó en noviembre la iniciativa del Papa. "Si planteáramos una cosa semejante, la comunidad financiera internacional nos colocaría en la lista de los países parias, donde están aquellos que no merecen recibir nuevos créditos. Por tal razón, esa propuesta no nos conviene", afirmó.

El sector conservador de la Iglesia Católica peruana, encabezado por el arzobispo de Lima, Luis Cipriani, trató de desmontar la campaña contra la deuda externa aprobada por la Conferencia Episcopal.

"La Iglesia no se mete en asuntos financieros. El Papa no dijo que había que recolectar firmas sino que emitió una exhortación a los acreedores", comentó Cipriani.

No obstante, la Conferencia Episcopal reiteró su decisión y si bien Cipriani dijo acatar la decisión, algunos párrocos que siguen su línea tratan de desmovilizar a los católicos.

"Desde hace tiempo, el Papa está preocupado por el peso de la deuda externa sobre los países pobres. En 1987 publicó un documento importante sobre este tema: Aspectos Eticos de la Deuda Externa, que ha derivado en la propuesta del Jubileo", declaró el obispo Luis Bambaren.

"Recogiendo la sugerencia del papa Juan Pablo II, en una reunión celebrada en Londres el año pasado, delegaciones de las iglesias católicas de 45 países decidimos impulsar una campaña sobre la deuda", agregó el obispo, quien subrayó que "la usura es contraria al espíritu cristiano". (FIN/IPS/al/ag/dv-cr/99

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