La mayoría de los gobiernos de América Latina se manifestó satisfecha por el alivio de la tensión política en Paraguay, mientras en Brasil y Uruguay reconocen haber colaborado a destrabar la crisis institucional y Chile desestima una intervención del Mercosur
Portavoces de Brasilia y de Montevideo admitieron este lunes haber participado en negociaciones entre los sectores del gobernante Partido Colorado en disputa, que derivaron en la renuncia a la presidencia de Raúl Cubas, quien fue reemplazado por el titular del Congreso, Luis González Macchi.
La cancillería de Chile, por su parte, indicó que la resolución de la crisis política en Paraguay se está llevando a cabo por las vías constitucionales de ese país y, por tanto, no procede una intervención del Mercosur (Mercado Común del Sur).
En la primera reacción del gobierno de Eduardo Frei, su canciller, José Miguel Insulza, subrayó que no hay antecedentes para aplicar el mecanismo de defensa de la democracia del bloque, integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, y del cual Chile y Bolivia son miembros asociados.
La renuncia de Cubas y su sustitución constitucional por Macchi se ajusta a los mecanismos institucionales, recalcó Insulza.
En el análisis de la cancillería chilena el cambio de gobierno no afecta las relaciones en el Mercosur, cuyos miembros están de acuerdo en que no cabe por ahora ejercer alguna presión sobre las instituciones paraguayas, añadió.
Insulza se abstuvo de opinar sobre el general golpista Lino Oviedo, quien obtuvo este lunes asilo político en Argentina, adonde huyó luego de ser acusado de instigar el asesinato del vicepresidente Luis María Argaña el día 23, que catapultó la crisis institucional paraguaya.
El embajador de Chile en Paraguay, Emilio Ruiz-Tagle, dijo desde Asunción este lunes que en el país "hay una situación de alivio" tras la renuncia de Cubas, quien dimitió "en una actitud muy digna y muy valiente".
"Yo creo que su renuncia va a evitar derramamientos de sangre", añadió el embajador, quien destacó el paulatino retorno a la normalidad tras los incidentes del pasado fin de semana que dejaron oficialmente un saldo de cinco muertos en Asunción.
Igual muestras de alivio se apreciaron en Brasil, que tuvo a su diplomacia sumamente activa desde que se desató la crisis en Asunción.
La búsqueda de una salida pacífica para la situación política paraguaya involucró al propio presidente Fernando Henrique Cardoso, quien dilogó por teléfóno con el ex presidente Raul Cubas en la tarde del domingo, horas antes que éste anunciara su renuncia, dijeron fuentes de la cancillería brasileña.
La renuncia fué una de las alternativas discutidas, como vía para evitar un agravamiento de la crisis, con desenlace sangriento. La embajada paraguaya en Brasilia asegura que en ningún momento hubo actitudes o presiones brasileñas que pudieran interpre tarse como injerencia en los asuntos internos.
El embajador brasileño en Asunción, Bernardo Pericás, también trató de pacificar los ánimos, promoviendo varias reuniones entre las fuerzas políticas en pugna, para que el diálogo evitara un baño de sangre.
La participación de la diplomacia del Mercosur en las tratativas políticas para destrabar la crisis paraguaya también involucró a representantes de Argentina y Uruguay, admitió este lunes el embajador uruguayo en Asunción, Rodolfo Olavarría
Olavarría dijo a la radio El Espectador, de Montevideo, que advirtieron a Cubas, horas previas a su renuncia a la presidencia, que si había una ruptura institucional ese país sería expulado de inmediato del bloque.
Explicó que los contactos diplomáticos de los tres socios del bloque con todas las fuerzas en pugna en Asunción "fueron intensos", aunque aclaró que no hubo una incidencia directa en la salida política a la crisis.
"No dimos ninguna solución" específica al gobierno ni a la oposición, aunque advertimos en todo momento que Paraguay "quedaría autmomáticamente fuera del Mercosur" si se producía un golpe de Estado.
Olavarría dijo, por otra parte, desconocer el papel jugado en la oportunidad por los representantes de Alemania y Estados Unidos, a los que se le atribuyen una incidencia decisiva en la resolución del problema.
La llegada del general retirado Lino Oviedo, mentor político de Cubas, a Argentina el domigno por la noche y el posterior asilo político otorgado por Buenos Aires generó, a todo esto, una fuerte reacción contraria de la oposición al presidente Carlos Menem,
Dirigentes de la Alianza, como la diputada Graciela Fernández Meijide, se declararon contrarios al asilo concedido a Oviedo, que intentó derrocar a Juan Carlos Wasmosy en abril de 1996.
"¿Qué relación podemos tener con un bandido?", se preguntó Fernández Meijide, y advirtió que la presencia de Oviedo debe ser analizada a la luz de las disposiciones del Mercosur en apoyo de la democracia
Argentina otorgó asilo Oviedo, que había ingresado a este país en la noche de domingo y cuya extradición había pedido la justicia de Paraguay.
Un comunicado oficial firmado por tres ministros, en ausencia del presidente Carlos Menem, quien se encuentra en Italia, informó que la resolución oficial es conceder el "asilo político territorial" en Argentina a Oviedo, que lo había pedido tras huir el domingo de Paraguay.
Por su parte, el gobierno de Colombia dijo este lunes confiar en que la renuncia del Cubas, contribuya positivamente a la recuperación de la normalidad en el Paraguay, a la preservación de la paz y sea una garantía para el mantenimiento de la institucionalidad democrática en ese hermano país". (FIN/IPS/dm/ip/99