PANAMA: Expertos cuestionan programas para combatir la pobreza

Dos expertos y un representante de la Iglesia Católica de Panamá cuestionaron los programas que lleva a cabo el gobierno para erradicar la pobreza y la extrema pobreza, que afecta a 37,9 por ciento de los ,.8 millones de panameños.

En 1995 el gobierno puso en marcha un "plan de mitigación de la pobreza" a través de proyectos de autoayuda e inversión directa que, según el estatal Fondo de Emergencia Social, equivalen a 27 por ciento del Producto Interno Bruto anual, el cual en 1998 fue superior a los 7.000 millones de dólares.

Esa elevada inversión propició que entre 1994 y 1998 la pobreza absoluta bajara de alrededor de 50 a 37,9 por ciento y que la extrema pobreza se redujera de 37 a 27 por ciento, según datos oficiales.

La economista Nubia Jarpa, del Ministerio de Economía y Finanzas, adujo que para erradicar totalmente la pobreza el Estado debería aumentar en 565 millones de dólares anuales el dinero que destina a ese menester.

Un nuevo programa que impulsa el Ministerio de Economía y Finanzas propone reenfocar la lucha contra la pobreza hacia "la focalización" y la descentralización de los gastos, para canalizarlos hacia los grupos más vulnerables de la población.

Un documento del mismo ministerio cuestionó que gran parte del dinero que se ha destinado en los últimos años a combatir la pobreza ha ido a parar "a grupos de presión que se encuentran generalmente fuera del ámbito de la pobreza".

Sin embargo, el economista Irving Bennett, ex presidente de la no gubernamental Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa, cuestionó el anterior y el actual programa por estimar que son insuficientes para alcanzar a todos los grupos afectados.

A su juicio, junto con la focalización y la descentralización, el Estado tiene que promover la autonomía y la focalización geográfica hacia donde se encuentran los principales bolsones de pobreza, como lo son las zonas indígenas y las barriadas suburbanas, donde residen inmigrantes del área rural.

Bennett sugirió "establecer nodos de desarrollo insertos en estas áreas marginadas, de manera que allí se ofrezcan los servicios básicos de la vida moderna", en lugar de esperar que los necesitados acudan a los tradicionales centros de ayuda dirigidos por el Estado.

Tras advertir que eso no quiere decir que esos servicios se deben llevar a cada persona que vive dispersa, el economista recomendó que los servicios básicos que ofrezca el Estado a los pobres "sean suficientemente buenos para atraer a las personas hacia ellos, sino el dinero se gastaría en vano".

Profesores que se adapten facilmente a sus nuevos cargos y con salarios adecuados a su nueva responsabilidad, y "escuelas excelentes y especializadas en atender a personas con desfase cultural" figuran entre las propuestas concretas formuladas por Bennett.

También recomendó establecer asentamientos cerca de las capitales provinciales del país, provistos de servicios básicos, de oficinas públicas, iglesia, escuela, hospital, área comercial y sitios de esparcimiento que permitan a los inmigrantes pobres insertarse en "una cultura productiva urbana".

El sociólogo Raúl Leis, director del no gubernamental Centro de Estudios y Acción Social de Panamá (Ceaspa), admitió que el gobierno ha canalizado una elevada inversión hacia el desarrollo social, pero que "está mal distribuida".

Tras recordar que la distribución de la riqueza en Panamá "es la peor de América Latina, junto con Brasil y Guatemala", Leis indicó que Ceaspa y otras organizaciones de la sociedad civil consideran que si no hay equidad y justicia social "no habrá desarrollo".

"Mantener esa situación hace peligrar la democracia" en el país, advirtió.

El sacerdote católico Néstor Jaén adujo a su vez que la pobreza está directamente vinculada al incremento de la brecha entre ricos y pobres desde inicios de la década de 1980.

Jaén explicó que entre 1983 y 1997 el 20 por ciento de los más ricos de Panamá incrementaron su participación en la riqueza del país de 54,4 a 62,5 por ciento, mientras que el 20 por ciento más pobre redujo dicha participación de 2,9 a 1,5 por ciento. (FIN/IPS/sh/dg/if-pr/99)

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe