La cuarta parte de los niños mexicanos nacen con malformaciones, un problema de salud pública poco conocido pese a su magnitud, y son casi inexistentes las campañas oficiales de prevención e información.
Cada año, 650.000 niños nacen en México con alguna anomalía congénita y hereditaria como malformaciones del corazón o síndrome de Down, así como con afecciones originadas en el periodo perinatal, como bajo peso o prematuros.
Estas cifras lo convierten en "un auténtico problema de salud pública", que atenta "contra la calidad de vida" de las personas y "merma la inteligencia del individuo", dijo a IPS Gildardo Magaña, coordinador de Genética Clínica de la facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México.
A causa de las anomalías congénitas, en México fallecen al año más de 3.800 niños por cada 100.000 nacidos vivos, mientras en Brasil son más de 3.100, en Chile 628, en Canadá 328, en Alemania 654, en Francia 416, y en Rusia 2.900, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.
Niñas y niños de bajo peso, prematuros -que no cumplieron 40 semanas de gestación- y con malformaciones son los casos que se presentan con mayor recurrencia.
En 60 por ciento de los casos se desconoce el origen de las malformaciones al nacer, pero en el resto son atribuidas a factores del ambiente y problemas hereditarios, señaló Magaña.
"La pésima nutrición de muchas madres mexicanas, que por ignorancia o falta de recursos económicos" no siguen una dieta adecuada, ocasiona además el nacimiento de niños con defectos en el sistema nervioso, un problema que padecen 20 de cada 10.000 bebés, afirmó.
El alto índice de adolescentes embarazadas, que en México asciende a 30 por ciento, "agudiza el problema, pues es muy difícil que mujeres que aún no tienen un sistema reproductivo maduro puedan dar a luz hijos sanos", añadió.
Especialistas en la materia, reunidos la última semana en el Segundo Congreso Nacional sobre Defectos al Nacimiento, destacaron la urgencia de combatir esos problemas mediante políticas de prevención.
Al respecto, Magaña explicó que hay ya progresos para abordar el problema, ya que "hace diez años, el tema era absolutamente desconocido". Sin embargo, advirtió que "será difícil avanzar" mientras el gobierno no destine recursos suficientes a la investigación" del caso.
Medidas de prevención permitirán ahorrar los enormes recursos que se destinan a la rehabilitación de los pacientes, señalaron los especialistas.
Los participantes en el congreso insistieron en identificar las anomalías congénitas como el mayor problema de salud pediátrica de México, la segunda causa de muerte y la principal de discapacidad en este país.
Sobre los factores ambientales que condicionan los defectos al nacimiento, Magaña citó el caso de los más de 100 niños y niñas que registraron altos niveles de plomo en la sangre, lo que causó alarma en la zona de La Laguna, en el norteño estado de Coahuila.
Entre esos 100 menores enfermos hay dos de seis meses de edad que presentan casi 60 microgramos de plomo por cada decilitro de plasma.
El problema en La Laguna movilizó hacia esa región a personal de varias instituciones públicas para identificar las fuentes de la contaminación por plomo.
Algunos especialistas señalaron como fuente de la contaminación en La Laguna una fábrica de minerales, y el exceso de arsénico en el subsuelo sería la causa de muerte a edad temprana.
Además, investigadores de la facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma de Coahuila advirtieron un aparente brote de leucemia entre la población infantil de Saltillo, capital de ese estado.
Magaña señaló que en la ciudad de México, una de las más contaminadas del mundo, "muchos menores de 15 años tienen altos niveles de plomo en la sangre", situación que entre otros problemas "provoca fallas en el aprendizaje".
"Algo se está haciendo" para enfrentar el problema de las malformaciones congénitas, "pero es insuficiente", lamentó. (FIN/IPS/pf/ag-ff/he/99
