DERECHOS HUMANOS: Represión contra kurdos preocupa a la ONU

Un órgano independiente del sistema de las Naciones Unidas (ONU) declaró hoy preocupación por la represión contra los derechos fundamentales y la identidad del pueblo kurdo, y reconoció su derecho a la autonomía.

El Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación Racial manifestó en una declaración que en cualquier parte donde resida, el pueblo kurdo "debe gozar de condiciones para vivir con dignidad, preservar su cultura y gozar de un alto grado de autonomía".

El comité, integrado por 18 expertos independientes, tiene la misión de controlar la aplicación de la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial.

Desde que recrudeciera la vigencia del problema kurdo, con la detención en Kenya el 15 de febrero pasado del líder independentista Abdulla Ocalan, las distintas dependencias de la ONU habían guardado discreta reserva sobre el caso.

En sus declaraciones, los voceros de la organización evitan reconocer la existencia del "problema kurdo", a pesar de que la sede de la ONU en Ginebra estuvo ocupada durante dos días por un grupo de simpatizantes de Ocalan que protestaban por su detención.

Ocalan fue entregado por las autoridades kenianas a agentes de seguridad turcos, que lo condujeron a la cárcel de Imrali, donde aguarda un juicio que puede depararle una condena a muerte.

Aun sin mencionar el silencio de la ONU sobre el caso Ocalan, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial exhortó a la institución internacional a desplegar los esfuerzos necesarios para encontrar soluciones pacíficas que hagan justicia a los derechos y libertades de los kurdos.

El presidente del comité, el jurista egipcio Mahmoud Aboul- Nasr, justificó la declaración porque entra dentro de la competencia del organismo para discutir y entender en todos los problemas sobre discriminación racial en el mundo.

Aboul-Nasr precisó a IPS que la decisión adoptada no se basó en una investigación previa. "Es una noticia dominante en todos los medios", explicó.

Con solo leer los periódicos, escuchar la radio o ver la televisión se comprende que se trata de un problema muy serio, dijo el jurista egipcio.

El caso "conmovió a los miembros del comité" que resolvieron examinarlo. "Algunos pretendíamos una declaración más severa y explícita. Se encontró una solución de compromiso que fue adoptada por decisión unánime", detalló Aboul-Nasr.

El presidente del comité negó que la declaración tuviera relación alguna con el hecho de que este mismo miércoles el organismo analizara la situación de la discriminación racial en Siria.

El representante de Siria, Taher Al-Hussami, negó la existencia de "un problema kurdo" en su país, donde residen unos 80.000 miembros de esa comunidad.

Siria comparte la frontera con Turquía e Iraq, en una región donde se asientan unos dos tercios de los casi 20 millones de integrantes del pueblo kurdo. En Turquía viven unos 10 millones de kurdos, unos seis millones en Irán y una cifra similar en Iraq, mientras que en Armenia residen apenas unos pocos miles.

Al-Hussami dijo al comité que una parte de los kurdos establecidos en su país "se infliltró" en territorio sirio huyendo de persecuciones en naciones vecinas. Pero permanecen en Siria como ilegales "porque nuestra nacionalidad es muy valiosa y no se la concedemos a personas que se infiltran".

A pesar de su condición de ilegales, los kurdos pueden viajar al exterior por casos de salud o de estudios, pero bajo autorización del Ministerio del Interior de Siria.

Las mujeres kurdas pueden casarse con ciudadanos sirios y adquirir la ciudadanía. En cambio, no están autorizados los matrimonios entre mujeres sirias y kurdos. "Este es un derecho que nos reservamos para proteger la nacionalidad de nuestras mujeres", expuso Al-Hussami.

La declaración del Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial manifestó profunda alarma ante las violaciones extendidas y sistemáticas de los derechos humanos inflingidas a los pueblos debido a su origen étnico o nacional.

Los antagonismos étnicos, en especial cuando se confunden con la oposición política, causan numerosos conflictos violentos, incluidas acciones terroristas y operaciones militares.

Esos conflictos, insistió el organismo, ocasionan sufrimientos en muchas partes del mundo, incluyendo pérdidas de vidas, destrucción de la herencia cultural y desplazamiento masivo de poblaciones.

La no gubernamental Asociación para la Prevención de la Tortura (APT) anunció esta semana en Ginebra que había iniciado una acción con otros grupos cívicos internacionales para presionar al gobierno turco por la situación de Ocalan.

Barbara Bernath, responsable del programa europeo de APT, dijo que habían solicitado a las autoridades turcas que autoricen las visitas al jefe independentista kurdo.

El Comité Europeo para la Prevención de la Tortura ha sido hasta ahora el único órgano internacional que pudo entrar a Turquía, ir a la cárcel de la isla de Imrali y reunirse la semana pasada en privado con Ocalan, durante cuatro horas, dijo Bernath.

Los dirigentes de la APT recordaron que en anteriores visitas a Turquía realizadas por el comité europeo "quedó en claro que la situacion en ese país es de tortura sistemática".

Las torturas no se aplican sólo contra los presos políticos sino también contra los detenidos por delitos comunes, sostuvo Bernath.

La situación en las cárceles turcas no es tan grave como en las dependencias de la policía, precisó. El problema con Turquía es que "no hay voluntad política de cambiar las cosas", aseveró la responsable de APT, una organización financiada con recursos privados y de gobiernos de países nórdicos. (FIN/IPS/pc/ag/hd/99

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