La ofensiva lanzada esta semana por el ejército en la zona del Urabá contra la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) dejó un saldo oficial de 50 insurgentes y seis militares muertos y 19 heridos, se informó hoy.
La ofensiva, denominada Operación Leopardo, fue emprendida este martes por el comando contraguerrilla de la XVII Brigada del Ejército en la zona conocida como el Cañón de la Llorona, entre las municipalidades de Dabeiba y Mutatá, en el noroccidental departamento de Antioquia.
El objetivo del ejército fueron los frentes 5, 34 y 58 de las FARC, que operan en el lugar y movilizan a más de 1.200 hombres.
El comandante del ejército Jorge Mor, indicó a IPS que «"sta es la más grande operación realizada por las tropas colombianas en las dos últimas décadas".
Por su parte, el comandante de las Fuerzas Militares, el general Víctor Alvarez, dijo que "la insurgencia cargó con los cadáveres de los bandoleros, pero nosotros alcanzamos a contarlos antes de su recuperación".
Hasta este viernes no se conoce manifestación alguna de las FARC sobre los enfrentamientos librados en la principal zona bananera del país.
El ministro de Fefensa, Rodrigo Lloreda, encargado de la presidencia por el viaje a Europa del jefe del Estado Andrés Pastrana, manifestó desde el municipio de Carepa en el Urabá antioqueño que "se ha alcanzado un éxito puramente estratégico".
Lloreda agregó que la Operación Leopardo impidió la comisión de atentados que la guerrilla "planeaba ejecutar contra poblaciones de la zona bananera del Urabá, cerca de la frontera con Panamá".
El operativo militar se da en momentos en que el gobierno y las FARC decidieron reactivar las negociaciones de paz, congeladas por el grupo subversivo tras una escalada paramilitar que dejó 137 civiles muertos entre el 7 y el 12 de febrero.
Según el comisionado de Paz Víctor Ricardo, el principal grupo de guerrilla del país fijó el 20 de abril para un encuentro con el gobierno de Pastrana.
Las FARC esperan que ese día el gobierno les presente un balance de "resultados efectivos" en la lucha contra los grupos paramilitares de derecha.
En opinión del politólogo y ex asesor de paz del gobierno Alfredo Rangel, guerrilla y gobierno deben tener claro que lo que importa es la reanudación del diálogo, "pese a los obstáculos que se presenten".
Entretanto, el ejército afirma que continuará con los ataques a campamentos de las FARC.
El teniente Efraín Ruano, comandante del ataque de las fuerzas militares al bloque noroccidental de las FARC, describió a la cadena radial RCN que la efectividad de la operación se debió a la infiltración de varios militares en el campamento guerrillero.
Ruano dijo que los subversivos venían del limítrofe departamento del Chocó por el río Sucio, "lo que permitió (al ejército) desarrollar el combate".
"Lastimosamente nos tocó hacer un repliegue y perder los cuerpos que ellos (los militantes de las FARC) pudieron recuperar", indicó. (FIN/IPS/mjll/dg/ip/99
