ASIA: Preparan campaña contra "Ronda del Milenio" de la OMC

La realización de una "Ronda del Milenio" de la Organización Mundial del Comercio es resistida por activistas que la consideran peligrosa para los países del mundo en desarrollo, y en especial para los de Asia.

Los países industrializados, liderados por la Unión Europea, Estados Unidos y Japón, esperan llegar a un acuerdo sobre dicha ronda de negociaciones en la reunión de ministros de Comercio que se realizará en Estados Unidos en noviembre, cinco años después de terminadas las últimas conversaciones mundiales sobre el tema.

La llamada "Ronda Uruguay" del Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT por su sigla inglés) predecesor de la OMC, finalizó en 1994.

Según activistas de Asia y otras partes del mundo, reunidos en una conferencia sobre soberanía económica realizada en Bangkok la semana pasada, los países más poderosos están acelerando demasiado los procesos de negociación comercial mundial, para beneficiar sus propios intereses.

"No debería haber ninguna ronda comercial antes de que la OMC haga un estudio sobre la situación", sostuvo Lori Wallach, de la organización no gubernamental estadounidense Ciudadano Público. Las conversaciones de noviembre deberían ser solamente una "ronda de revisión y reparaciones", agregó.

Otros opinaron que debería haber nuevos debates mundiales para que los gobiernos informen sobre la actuación de la OMC, su grado de conformidad con ella y el efecto que causaron los anteriores acuerdos mundiales de comercio en cada país.

Los gobiernos deberían hacerse responsables ante sus ciudadanos, informándoles si los beneficios prometidos al firmar los acuerdos de la "Ronda Uruguay" se hicieron realidad, sostuvieron.

"El mundo tendría que haber aprendido de la crisis financiera de Asia que los países en desarrollo corren serios riesgos cuando liberalizan sus economías muy rápidamente, o asumen la 'globalización' en forma indiscriminada", señaló Martin Khor, director de la Red del Tercer Mundo, con base en Malasia.

"Los países en desarrollo todavía no digirieron las lecciones acerca del modo de manejar la relación entre sus economías domésticas y la mundial, pero ya se incrementaron las presiones para que aumenten aun más su apertura al ingreso de las grandes compañías de los países industrializados", añadió.

Los activistas acordaron iniciar una campaña contra cualquier nueva ronda de negociaciones que implique agregar nuevos asuntos a la agenda de la OMC, arguyendo que esto significaría otorgar aun más poder a ese organismo.

La principal preocupación manifestada se refirió al deseo de los países industrializados de discutir acuerdos mundiales sobre inversiones y competitividad en las nuevas rondas comerciales, como lo hicieron en una reunión de ministros de Comercio de esos países realizada en 1996.

En particular, los activistas señalaron su inquietud ante la posibilidad de que resurja la intención de imponer, en el marco de la OMC, normas perjudiciales para los derechos laborales y la preservación del ambiente, en nombre de la promoción del comercio y las inversiones.

En este sentido, se advirtió sobre el riesgo de que en la "Ronda del Milenio" (denominación acuñada por la Unión Europea) resurjan las iniciativas del Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI) que fracasaron en la Organización de Cooperación Económica y Desarrollo tras una exitosa campaña de denuncia internacional.

La inclusión de nuevas áreas de negociación en la OMC implicaría serios peligros para los países en desarrollo y sobre todo los para los asiáticos, a los cuales la recesión y el Fondo Monetario Internacional están obligando a abrir aun más sus mercados, sostuvieron los críticos.

La consecuencia de esa mayor apertura comercial es que se permita el pasaje a manos extranjeras de áreas de la economía que antes estaban protegidas, en un intento desesperado por recuperar las volátiles inversiones internacionales.

Los críticos afirmaron que esas nuevas políticas apuntan a permitir un mayor control de los capitales extranjeros sobre los países en desarrollo.

"Estados Unidos aprovecha cualquier oportunidad, desde los acuerdos sobre derechos de propiedad intelectual de la 'Ronda Uruguay' hasta la crisis económica del este asiático, para reafirmar su hegemonía en la región", sostuvo Yash Tandon, de la Red Internacional del Grupo del Sur, de Zimbabwe.

"No sólo nos negamos a que se incorpore el debate sobre las inversiones a la OMC a fin de año, sino que además pedimos un plazo de dos años para digerir las medidas adoptadas hasta ahora y estudiar el mandato futuro de la OMC", declaró Susan George, del Instituto Transnacional, de París.

El alcance que debería tener la OMC sigue siendo un tema de discusión para muchos.

La "Ronda Uruguay" incorporó nuevas áreas a las discusiones sobre el comercio mundial, y entre sus resultados hubo acuerdos sobre servicios, agricultura y derechos de propiedad intelectual, cuyos defensores sostienen que estimularon el intercambio comercial y el crecimiento económico..

Los críticos señalaron que esos acuerdos dieron demasiadas facultades a la OMC y obligaron a los gobiernos de los países en desarrollo a cambiar sus leyes orientadas al control de las políticas económicas y comerciales.

Tandon señaló además que Estados Unidos está presionando para lograr una mayor liberalización de las actividades de servicios financieros en un plazo de entre tres y cinco años, pese a los riesgos que esto implicaría.

El Banco de Pagos Internacionales opinó que el establecimiento de un sistema regulatorio prudencial en esa área debería demorar diez años o más, pero según Tandon lo que importa a Estados Unidos "no es la 'prudencia', y ni siquiera un manejo económico sensato a nivel nacional, sino lograr el control".

Los defensores de la "Ronda del Milenio" sostienen que una mayor apertura internacional dará a los países en desarrollo mayores posibilidad de acceso a los beneficios del comercio.

Pero también prometen a sus audiencias locales, en los países industrializados, que una nueva ronda de negociaciones significará más compradores y nuevos mercados para los productos de esos países.

El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, que impulsa la realización de la "Ronda del Milenio", aseguró en enero que ésta fomentaría "la exportación de bienes y servicios, y especialmente de los productos agrícolas" estadounidenses.

Los activistas desean reproducir su éxito contra el AMI en una campaña contra la Ronda del Milenio, pero los gobiernos de los países en desarrollo parecen tener posiciones encontradas al respecto.

Es necesario unirse "para no correr el peligro, otra vez, de ser arrollados por la maquinaria comercial de los países ricos", señaló Khor.

Wallach dijo que los críticos tienen un arma muy útil a su disposición, dado que el Poder Ejecutivo de Estados Unidos no logró el año pasado llamada 'vía rápida" (simplificación de los procedimientos de contralor y aprobación del Congreso, aceptada por éste) para negociar acuerdos comerciales.

Esto significa que "no tiene autoridad legal" para negociar la nueva Ronda que tanto piden los funcionarios de ese país, concluyó. (FIN/IPS/tra-en/js/ceb/mp/if dv/99

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