CONGO: La guerra se acerca a Ponte Noire, la capital económica

Pointe Noire, la capital económica de Congo, vive el terror de la guerra que se aproxima. El conflicto se traslada con rapidez hacia el sur del país, y la ciudad ya carece de agua y electricidad.

El ejército congoleño libra batalla hace semanas contra las milicias Cocoyes, fieles al ex presidente Pascal Lissouba, en las localidades de Dolisie y Nkayi, en las regiones de Lekoumou y Bouenza, en el sudoeste del país.

La región de Pool, también al sur del país, fue registrada por el ejército en busca de los guerrilleros Ninjas leales al ex primer ministro Bernard Kolelas, que se infiltraron en Brazzaville.

Lissouba y Kolelas están exiliados desde que perdieron la batalla contra el actual jefe de Estado, Denis Sassou Nguesso, que se autoproclamó presidente al terminar el conflicto, entre junio y octubre de 1997. Desde entonces, milicias partidarias de Lissouba y Kolelas juraron derrocar al régimen de Nguesso.

Los residentes de Pointe Noire temen que les esté llegando el turno de vivir la pesadilla que experimentan otras regiones del Congo, puesto que el conflicto avanza hacia esa ciudad.

Organizaciones cristianas y laicas envían mensajes de paz a la población para evitar que la ola de violencia llegue a la capital.

Las autoridades y la policía de Pointe Noire advirtieron a los pobladores del peligro y les pidieron que denuncien a cualquier persona armada y de apariencia sospechosa que se infiltre en la ciudad.

Hubo numerosas demostraciones públicas por la paz en toda la ciudad. La policía, con refuerzos del ejército, efectúa inspecciones regulares a los vehículos que se dirigen a o se retiran de Pointe Noire. También se realizan patrullajes nocturnos en las zonas urbanas apartadas.

"Es la única localidad que quedó ilesa. Todas las demás tendrán que ser reconstruidas", declaró el director regional de la Policía Nacional, Ilobakima Théophile, en una reunión pública entre los funcionarios del lugar, fuerzas de seguridad y representantes de los residentes.

El temor de los habitantes de Pointe Noire está justificado por las consecuencias que ha tenido la guerra en el sur del Congo, donde hubo hasta ahora escasos combates.

La cantidad de víctimas del conflicto al sur del país aún no fue calculada, pero Pointe Noire recibió gran cantidad de refugiados procedentes de zonas en guerra. Organizaciones de ayuda humanitaria calcularon los refugiados en 100.000 personas.

Los milicianos cocoye se propusieron paralizar la economía congoleña. Por eso, ocuparon la usina estatal de energía de la Sociedad Nacional de Electricidad de Bouansa, a 412 kilómetros de Pointe Noire. Así, lograron cortar el suministro de agua y electricidad en esa ciudad y otras del sur del país.

Esa central suministra electricidad a todo el sur del Congo, a partir de la represa Moukoundou de 75 megavatios.

La falta de agua y electricidad es problemático para las fábricas de Pointe Noire. Muchas fábricas pequeñas cerraron, y las grandes despidieron a los trabajadores.

Richard Massengo, director de una barraca, señaló que la situación está estrangulando su negocio, por lo que se decidió suspender a los empleados hasta nuevo aviso.

"Siempre recibimos por tren materia prima de Ouesso, 1.500 kilómetros al norte de Pointe Noire, que pasa por Brazzaville. Desde que se cortó el tránsito ferroviario, en septiembre, ya no recibimos madera. Nuestra reserva se consumió por completo por el corte de energía", explicó.

Los cocoyes y los ninjas paralizaron, hace cinco meses, los 510 kilómetros de ruta ferroviaria que unen Brazzaville con Pointe Noire.

Pointe Noire era considerada esencial para la economía del país. Desde la destrucción de Brazzaville, quedó como único pilar económico.

La región de Kouilou, de la que Pointe Noire es la capital, es dónde se sitúan la mayor parte de la industria petrolera, que constituye la principal fuente de ingresos del Congo.

Pointe Noire es también una ciudad puerto, desde la que se distribuyen la mayoría de los bienes y productos destinados a los países sin costa de Africa central. El puerto concentra, además, 85 por ciento del volumen de las importaciones y exportaciones del país, así como las principales industrias.

Toda la infraestructura, edificios públicos y viviendas particulares de la localidad de Dolisie fueron saqueadas. La refinería de azúcar de Nkayi, que tenía más de 2.000 empleados, también.

Pointe Noire se salvó apenas de la ofensiva que desarrollaron en octubre de 1997 las milicias cobra de Nguesso, respaldadas por el ejército de Angola. Las autoridades locales decidieron rendirse a último momento para evitar un baño de sangre. (FIN/IPS/tra- en/sl/mf/mn/ceb/mj/ip/99

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