ARGENTINA: Lactancia materna crece más en sectores sociales altos

Las autoridades sanitarias de Argentina se plantearon como meta lograr que las madres amamanten a sus hijos hasta los cuatro meses, pero las que más llegan al objetivo – y lo superan sin sucedáneos- no son las más pobres sino las más informadas.

Susana Ageitos, asesora del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en lactancia materna, dijo a IPS que los objetivos de rescate de la cultura del amamantamiento se están logrando mejor en los sectores sociales altos, de profesionales y mujeres informadas, que en sectores populares.

"Las mujeres pobres en general tienen la autoestima baja, y creen que esa latita de leche tan hermosa y tan cara seguramente es mejor que la que fluye naturalmente de su cuerpo", sostuvo Ageitos, a cargo de la Comisión de Lactancia Materna de la Sociedad Pediátrica Argentina.

A esta autopercepción se suma la falta de información y asesoramiento, la ausencia de respaldo a la madre y el acceso facilitado -muchas veces gratuito- a leches artificiales.

"No es tanto que estas mujeres trabajan más que otras, sino que no tienen apoyo", observó la doctora.

Ageitos sostuvo que aún se está lejos de lograr que al menos 60 por ciento de las mujeres den exclusivamente pecho a sus hijos hasta -por lo menos- los cuatro meses, a pesar de los esfuerzos por mostrar todos los beneficios que este alimento natural tiene para los más pequeños.

La leche materna contiene agua, minerales, proteínas, lípidos, hidratos de carbono y vitaminas en cantidad y calidad adecuada para el desarrollo de un niño sano. Lo protege de enfermedades, permite establecer un mejor vínculo madre-hijo y es un alimento económico.

La Organización Mundial de la Salud, UNICEF y, en Argentina, la Sociedad Pediátrica, consideran que el objetivo de Argentina está aún por debajo de lo deseable que es amamantar hasta los seis meses con exclusividad, y agregar otros alimentos más la lactancia hasta los dos años.

Sin embargo, en la provincia de Buenos Aires, el distrito más populoso del país y donde se radica el mayor número de familias pobres de Argentina, sólo 18 por ciento de los niños son amamantados con exclusividad hasta el cuarto mes, según una estadística realizada en 1997.

La Sociedad de Pediatría realizó otro estudio que reveló que al sexto mes de vida apenas tres por ciento de los niños aregtinos se alimenta sólo con leche materna, en tanto una investigación de la provincia de Chubut, al sur del país, indicó que al cuarto mes sólo llegó 21 por ciento y 2,5 al sexto.

En la Liga de la Leche -una de las organizaciones no gubernamentales que se dedica en este país a asesorar a las madres en temas relacionados con la lactancia- sostienen que el argumento que más refieren las mujeres para abandonar el amamantamiento es que su leche no satisface a los niños.

Las integrantes de la Liga les ayudan a ver que la leche de sus pechos es la mejor para el niño, y por lo general, después de algunos consejos sobre la técnica, aparecen otras trabas que son de tipo psicológico: problemas de estrés, familiares, personales o en la pareja.

En muchos casos las mujeres creen erróneamente que si sufrieron una cesárea no tendrán leche, que si el niño es demasiado grande y sus pechos pequeños no quedará satisfecho, o que su leche es "aguada" e inconsistente. Son todos mitos difíciles de desterrar, según coinciden en anotar los pediatras.

En Argentina, las autoridades incorporaron el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna, que prohibe la publicidad de leches sustitutas y les exige a las fábricas colocar en sus productos la leyenda "la leche de madre es el mejor alimento para el niño".

También se difundió la iniciativa de UNICEF acerca de la certificación de hospitales amigos de la madre y el niño, una manera de estimular a las instituciones a que faciliten de distintas maneras el primer contacto del recién nacido con el pecho materno, y asesoren a las mujeres después del parto.

En toda América Latina y el Caribe había a fines de 1996 más de 700 hospitales que habían conquistado el título, aunque no todas logran mantenerse. En el mundo son hasta ahora unas 8.000 las instituciones que lo alcanzaron en más de 100 países.

Los cambios en las prácticas hospitalarias hicieron que en los últimos años baje notoriamente el número de mujeres que abandonan el sanatorio con el biberón a cuestas, pero todavía se requiere de mucha más difusión y apoyo para lograr que el amamantamiento siga en las casas.

"Siempre habrá dinero para hacer publicidad de la leche industrial, incluso velada, como por ejemplo ahora hemos detectado calendarios de vacunación con propaganda de una leche, en cambio nunca hay dinero suficiente para hacer campañas sobre la importancia de amamantar al niño", dijo Ageitos.

La cultura del biberón fue difundida muy fuertemente en los Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial, cuando muchas mujeres se sumaron al mercado laboral. En los 70, las leches artificiales llegaron a América Latina como símbolo de "modernidad" y "progresismo".

Se creía que las mujeres que optaban por la botella eran más modernas y evolucionadas que aquellas "tradicionalistas" que mantenían la costumbre de amamantar, pero ahora estos principios están cambiando de portadores. Las mujeres informadas y modernas son las que dan el pecho.

"Para mí fue una esclavitud porque daba de mamar a la mañana temprano, me iba a trabajar y en la oficina me sacaba leche y la guardaba para el día siguiente, cuando volvía a casa seguía dándole yo, y así, porque claro, ahora una sabe que eso es lo mejor para ellos", contaba a IPS Ana Rielo, abogada.

Ageitos explicó a su vez que las cosas están cambiando en muchos hogares en los que la dueña de casa amamanta a su hijo ante la mirada sorprendida de una empleada doméstica que, con menos instrucción, consideraba que esa práctica era obsoleta.

"Nuestra meta es tratar que esas mujeres más pobres, con todo el apoyo, logren amamantar a sus hijos el mayor tiempo posible, para que gasten menos dinero en leche, en medicamentos y hospitales, y consigan criar niños más sanos y felices que hasta ahora", finalizó. (FIN/IPS/mv/dg/pr-he/99

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