AGRICULTURA: Precios caen más por subsidios y Asia que por Brasil

La crisis financiera asiática y el mantenimiento de los subsidios a la agricultura por parte de la Unión Europea y Estados Unidos influyen hoy más en la caída internacional de precios de los cereales que la crisis en Brasil.

Así lo señalan analistas del mercado cerealero argentino, que observan hasta qué punto el repliegue de los consumidores asiáticos está impactando en las cotizaciones de los precios y en una nueva ola proteccionista en Europa.

Las dificultades del consumidor asiático sumadas a una producción cada vez más eficiente están generando una sobreoferta que empujó a los precios hacia abajo hasta niveles impensados hace sólo dos años. La soja cayó 30 por ciento el último año, el trigo 25 por ciento y el maíz 21 por ciento.

El consultor agropecuario Alejandro Ramírez dijo a IPS que el ritmo de la demanda lo sigue marcando el sudeste asiático, que desde su crisis de 1997 bajó el consumo y prácticamente se retiró del mercado a la espera de la recuperación económica.

Asia-Pacífico concentra a una población de 1.700 millones de habitantes que hasta 1997 había ido aumentando paulatinamente su consumo de cereales y carnes rojas, en desmedro del arroz y las carnes blancas. Pero la crisis de 1997 los hizo retroceder.

"Hoy en esos países las reservas y el ahorro se están recuperando, pero la crisis les sirvió para advertir la forma en que su salida del mercado impactó en los precios, y ahora son cautos: recién están pensando en negociar contratos de compra a partir de junio", señaló Ramírez.

Este mismo factor de retirada de Asia del mercado de granos, tras haber impulsado una fuerte corriente de demanda y precios en alza, provocó el temor de los agricultores y las autoridades europeas y, por efecto defensivo, también de Estados Unidos.

Esta semana, los ministros de Agricultura de los países del Mercosur, Chile y Bolivia reclamaron una completa eliminación de los subsidios a las exportaciones, considerados "la forma más negativa e injusta de distorsión del comercio".

Los representantes gubernamentales del sector, reunidos en Salvador, Brasil, analizaron estrategias comunes para las próximas negociaciones multilaterales que comienzan a fines de este año en la Organización Mundial de Comercio.

Entretanto, en Europa y Estados Unidos, lejos de los asumidos compromisos de ir eliminando subsidios hacia el 2000, los gobiernos se hacen eco de las demandas de miles de agricultores que reclaman al Estado que no los abandone a su suerte en un momento de caída sostenida en la demanda.

Miles de productores protestaron esta semana en Bruselas por la amenaza de reforma de la Política Agrícola Común. Según datos presentados por los presidentes de los países del Mercosur en la última cumbre del bloque subregional, realizada este mes en Brasil, los subsidios siguen siendo millonarios.

El presidente de Uruguay, Julio María Sanguinetti, dijo que se trata de unos 160.000 millones de dólares que los países industrializados desembolsan al año para amparar a sus agricultores, en tanto el funcionario argentino Nestor Alcalá ubicó la cifra en 280.000 millones.

Las autoridades estadounidenses indicaron que la ayuda federal a los agricultores ascenderá este año a 18.000 millones de dólares, el monto más alto desde 1987, para enfrentar la caída de precios, y señalan que la mantendrán mientras Europa no ceda.

El secretario de Agricultura de Estados Unidos, Dan Glickman, dijo esta semana que le gustaría anunciar que se observa el final del túnel para la crisis de precios, pero en cambio aún se esperan "nuevos excedentes de producción y una débil demanda mundial futura".

Las dificultades de los compradores para pagar los embarques, la reaparición de China como oferente en el mercado y la anulación de algunas operaciones acentuaron este jueves la tendencia bajista de los valores de los granos en los mercados financieros.

El girasol vale hoy la mitad de lo que costaba hace un año y la soja se cotizó este jueves en Chicago a menos de 170 dólares la tonelada, el valor más bajo de los últimos 23 años. En Argentina, la oleaginosa se cotizó aún más abajo: a 151 dólares.

En los años 90, Argentina modernizó la producción agropecuaria y para este año la cosecha de granos y oleaginosas será mayor aún a las 67 millones de toneladas de 1998. Sin embargo, la depreciación de los cereales no permite a los productores celebrar el incremento de sus ganancias.

Los productores creen que si se liberaliza la producción y el comercio en los países industrializados, se incrementarían las colocaciones en el exterior. Pero la mayoría de las cámaras que nuclean a los agricultores locales son escépticas en ese sentido.

Tanto la Sociedad Rural, que nuclea a los grandes propietarios como la Federación Agraria, que reúne a los pequeños y medianos, manifestaron su incredulidad respecto de las promesas de la Unión Europea de poner fin en junio a las subvenciones.

En este contexto, la crisis en Brasil que comenzó a mediados de enero con la devaluación del real, apenas contribuye a magnificar un conflictivo panorama, como había ocurrido en 1998 con Rusia luego de la declaración de moratoria unilateral que provocó la caída del rublo.

La demanda de cereales de Brasil, la mayor economía de América Latina, es lo suficientemente inelástica como para que se mantenga sostenida aún a pesar de la crisis que afectó a otro tipo de consumos, como el de automóviles o televisores.

Esta semana, el gobierno brasileño prometió que importará cinco millones de toneladas de trigo argentino, tal como tenía previsto, pero condicionó la operación al retiro de los reclamos de Buenos Aires por subvenciones a la producción de pollos y cerdos ante la Organización Mundial de Comercio.

Las versiones acerca de una adquisición de trigo estadounidense a precio subsidiado fueron desmentidas, aunque los analistas locales no la descartarla totalmente. "Son los rumores que asustan en un mercado donde la demanda reina e impone los precios", dijo uno de ellos.

Por ejemplo, la caída del girasol en Argentina estuvo muy influida por la decisión de algunos compradores tradicionales de este país de cambiar de proveedor. Egipto y Paquistán están entre ellos.

Tampoco avanzan las gestiones para recuperar a Irán, cliente perdido por razones políticas. La justicia argentina cree que Teherán colaboró con los terroristas que volaron una mutual judía en 1994 con un saldo de 84 muertos y el gobierno decidió reducir al mínimo su representación diplomática en ese país.

Irán respondió suspendiendo las compras a Argentina por 700 millones de dólares en soja, girasol y sus derivados, alrededor de 13 por ciento de los embarques del complejo aceitero local.

Los productores locales ruegan ahora para que la cancillería revea esta decisión que los afecta mucho más que la crisis brasileña, según confió a IPS Alberto Rodríguez, de la cámara que nuclea a los productores de oleaginosas y aceites. (FIN/IPS/mv/ag/if/99

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