Las fiestas de navidad y fin de año vienen con malas noticias para los mexicanos. La inflación llegará a niveles imprevistos en esas fechas, el paquete presupuestal del Estado traerá nuevas restricciones al gasto social y las proyecciones sobre la marcha de la economía serán negativas.
Como para preparar el terreno, el presidente Ernesto Zedillo dijo que él es "el primero en advertir que no serán fáciles las circunstancias en las que se desenvolverá" la economía "en lo inmediato".
El secretario (ministro) de Hacienda, Jose Gurría, indicó por su parte que el gasto programable del Estado (inversión pública y gastos del gobierno) representará el próximo año 15,2 por ciento del producto interno, el nivel más bajo en la historia del país.
Mientras, los analistas vaticinan que en las fiestas de diciembre la inflación se dispará hasta 15 por ciento o más debido al aumento de la demanda. La previsión del gobierno era que cerrara en 12.
Antes de que termine 1998, los mexicanos, más de la mitad de los cuales son pobres, recibirán noticias sobre el presupuesto fiscal para el próximo año, en qué se gastará, si deberán pagar más impuestos y cuáles deberán ser los sacrificios que una vez más se les reclamará.
La meta del gobierno es mantener a toda costa un déficit fiscal menor a 1,5 por ciento. No importa si para ello debe frenar la marcha de la economía, que este año crecerá alrededor de tres por ciento, o bajar sus gastos hasta impactar en programas sociales, según los partidos de oposición.
Desde octubre, autoridades, analistas financieros y diputados discuten cómo componer y aprobar el presupuesto fiscal de 1999, que asenderá a unos 100.000 millones de dólares, cuando el entorno internacional es desfavorable, los precios del crudo se mantienen bajos y no existe mayor oferta de capitales.
Las discusiones, en las que invariablemente emergen malas noticias sobre el futuro, deben terminar antes de fin de año, según las leyes vigentes.
Sin embargo, no se ve nada fácil el fin del debate, pues en la Cámara de Diputados de mayoría opositora hay resistencia a los planes del gobierno para aumentar impuestos, transformar en deuda pública un millonario rescate bancario y distribuir el gasto.
Independientemente del resultado, todos los analistas coinciden en indicar que los presupuestos de educación, salud y desarrollo social tendrán una caída que podría llegar a 20 por ciento en 1999.
En un país con más de 60 millones de pobres "las noticias no podían ser peores", dijo la diputada del centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática, Dolores Padierna.
"Viene una navidad triste, pues nosotros los pobres ahora estamos peor que antes", expresó Rosario Santiago, una vendedora ambulante de cigarrillos y dulces.
El gobierno de Zedillo afirma que está haciendo lo mejor para asegurar el desarrollo futuro del país, pero que ahora choca con un entorno internacional desfavorable.
El valor de las exportaciones petroleras de México, rubro del que se financia alrededor de 40 por ciento del presupuesto del Estado, se redujo 36 por ciento entre enero y septiembre de este año, en relación a igual período de 1997.
En septiembre el precio del barril de crudo se ubicó en 10,50 dólares, cifra 37,7 por ciento menor en relación al promedio que se registró en igual mes de 1997.
Es claro que en el futuro inmediato la economía mexicana se desenvolverá en circunstancias difíciles debido a la caída de los precios del crudo, el menor crecimiento de la economía mundial y la ausencia de fuentes extranjeras de capital, declaró Zedillo.
Pero las circusntancias adversas, que se extenderían hasta el 2000, no deben amedrentar al país, expresó el mandatario, tras asegurar que el crecimiento que tendrá la economía mexicana este año será una de las más altas dentro de las 15 economías más grandes del mundo.
A un nivel de crecimiento económico de cuatro o cinco por ciento anual, expertos calculan que México logrará superar sus rezagos sociales en no menos de 20 años. (FIN/IPS/dc/mj/if/98
