Chile observa con escepticismo la nueva cumbre que los líderes del foro de Cooperación Económica Asia- Pacífico (APEC, en inglés) sostendrán el martes y miércoles próximos en Kuala Lumpur, Malasia.
La presencia del presidente chileno Eduardo Frei en ese encuentro tiene una connotación política en lo contingente, y a largo plazo apunta a reafirmar la línea estratégica de apertura comercial hacia la vasta cuenca del Pacífico.
El proceso de desgravación del comercio aprobado por APEC hace dos años está empantanado y difícilmente levantará cabeza en Kuala Lumpur, y tampoco se esperan avances en medidas para enfrentar la crisis internacional.
Juan Salazar, presidente de la Fundación Chilena del Pacífico, dependiente de la cancillería, señaló que de Malasia no saldrán resultados concretos de apertura comercial, pero que por lo menos se puede esperar una mayor coordinación en esa materia.
La asistencia de Frei a una cumbre con tan pocas expectativas es evaluada como una señal hacia los chilenos y el exterior de que la crisis provocada por la detención en Londres del ex dictador Augusto Pinochet no amenaza la estabilidad política del país.
Tanto la oposición derechista como el equipo de abogados que defiende en Londres a Pinochet para evitar su extradición a España afirman que el enjuiciamiento al general retirado y senador vitalicio pone en riesgo la transición democrática.
Para contrarrestar esas versiones, Frei no sólo inició desde el miércoles una gira por Sudáfrica y Malasia, sino que además envió a Kuala Lumpur al canciller José Miguel Insulza, principal conductor de la política oficial en el caso Pinochet.
Pero a la vez, la presencia del mandatario chileno en la cumbre de APEC indica que por sobre la contingencia político-diplomática se mantiene el diseño estratégico de una economía que apuesta a la apertura comercial para su crecimiento.
Chile se convirtió en 1994 en el segundo socio latinoamericano, después de México, de APEC, el vasto acuerdo creado hace nueve años y que conforman 18 economías de Asia, América, Oceanía y la Polinesia.
Los actuales miembros del foro son Australia, Brunei, Canadá, Corea del Sur, Chile, China, Estados Unidos, Filipinas, Hong Kong, Indonesia, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Papúa-Nueva Guinea, Singapur, Tailandia y Taiwan.
En Kuala Lumpur se formalizaré el ingreso a APEC de la Federación Rusa, Vietnam y Perú, con lo cual aumentará a 21 el número de miembros de este foro, que planea convertirse en el mayor tratado mundial de libre comercio hacia el año 2010.
Chile apoyó con entusiasmo la idea de la liberalización progresiva del intercambio e incluso se comprometió a adscribirse a los plazos más breves de desgravación, que operarían desde el año 2005, establecido para las economías más desarrolladas.
Desde 1997, sin embargo, el gobierno de Frei viene reclamando en todos los foros de APEC y de sus instancias empresariales y académicas anexas por la poca disposición de las economías asiáticas a cumplir los cronogramas de apertura.
Azotados por la crisis que comenzó en el continente y ahora es prácticamente universal, los países del sudeste asiático son cada vez más renuentes a abrir el comercio y en medio de sus problemas financieros y cambiarios apuestan más bien al proteccionismo.
Salazar señaló que a las medidas "antidumping" y de salvaguardas que aplican los países se suman mayores controles sobre los flujos de inversiones que también se traducen en cierres de las economías, como ocurre con Malasia.
El experto chileno señaló que en cambio Japón, principal socio asiático de APEC, está en una posición de apertura financiera, pero se niega a liberalizar el comercio en los sectores pesquero y forestal.
La negativa japonesa es uno de los factores que impide materializar los acuerdos de liberalizaciones comerciales sectoriales que se adoptaron en la anterior cumbre anual de APEC, realizada en Canadá.
El director de Relaciones Económicas Internacionales de la cancillería chilena, Juan Gabriel Valdés, sostuvo que en la actual situación de crisis internacional la desgravación de cualquier sector será un signo positivo.
"No estamos en contra de la apertura de un sector específico, al contrario, celebramos si los países quieren dar un paso adelante, pero Chile va a insistir en su posición de una liberalización universal", indicó Valdés.
En ese mismo ánimo de dar señales positivas en un cuadro general de escepticismo, para Chile es también un avance la ampliación de APEC a 21 economías con los ingresos de los rusos, peruanos y vietnamitas. (FIN/IPS/ggr/ml/if/98