ARGENTINA: La oposición se pronuncia por cambios sin ruptura

El centrista Fernando de la Rúa, jefe del gobierno de la capital argentina, recibió el mandato de la Alianza de oposición de enfrentar al Partido Justicialista en las elecciones de 1999 y poner fin a 10 años de "menemismo".

De la Rúa, de la Unión Cívica Radical (UCR), se impuso el domingo, en los comicios internos de la Alianza a Graciela Fernández Meijide, del centroizquierdista Frente País Solidario (Frepaso), al conseguir casi 64 por ciento de los votos emitidos, de acuerdo con los cómputos preliminares.

La Alianza que integran la UCR y el Frepaso celebró internas abiertas para elegir a sus candidatos, en las que pudieron votar afiliados a esas fuerzas políticas y ciudadanos independientes.

Más de dos millones de personas participaron en la votación, lo que representa 11 por ciento del total del padrón electoral nacional.

De la Rúa ganó en todos los distritos, salvo en el que gobierna. En la ciudad de Buenos Aires, Fernández Meijide consiguió 53,4 por ciento de los votos, frente a 46,2 por ciento del aspirante radical.

La UCR es un partido centenario y de alcance nacional, que ha estado varias veces en el poder. En cambio, el Frepaso es una formación política joven, que surgió en esta década en la capital, a partir de una agrupación de peronistas disidentes (antimenemistas), socialistas e independientes.

Fernández Meijide será candidata de la Alianza a la gobernación de la provincia de Buenos Aires, la más poblada y más rica de Argentina, en la que ya triunfó en 1997, en elecciones parlamentarias.

El eje de la campaña de De la Rúa fueron las obras y los programas, en especial para jóvenes y desamparados, así como los proyectos de infraestructura que llevó adelante como jefe del gobierno porteño.

"Ponga a De la Rúa a trabajar para todo el país", fue la consigna que acompañó las imágenes que daban cuenta de lo realizado en la capital por el aspirante radical.

La Alianza intenta presentarse como alternativa ética al gobierno de Carlos Menem, al que acusa de corrupción y de aumentar la brecha entre pobres y ricos. Se ha comprometido a mantener la estabilidad lograda por Menem después de años de hiperinflación, aunque con acento en el área social.

Los ejes de la propuesta aliancista son la contención de los problemas sociales, como la desocupación, la crisis de las pequeñas industrias, la falta de seguridad y el deterioro del sistema educativo y de la salud pública.

Además, algunos sectores de la Alianza aseguraron que de constituir gobierno derogarán las leyes de impunidad que favorecieron a los militares acusados de la represión ilegal de la dictadura (1976-1983) y que cooperarán con el juez español Baltasar Garzón en la investigación de esos crímenes.

Esta es la segunda vez que De la Rúa, de 61 años, será candidato a cargos ejecutivos nacionales, ya que en 1973 acompañó como postulante a la vicepresidencia al ya desaparecido líder de la UCR Ricardo Balbín, en comicios en los que triunfó Juan Domingo Perón, fundador del Partido Justicialista.

Considerado un exponente de los sectores conservadores de la UCR, su designación como candidato a la presidencia da cuenta del interés de los votantes por un cambio sin perfiles drásticos.

El candidato con que la oposición enfrentará en 1999 al Partido Justicialista se caracteriza por la moderación y una alta preocupación por la imagen pública, aunque la prensa y sus adversarios prefieren retratarlo como un hombre sin definiciones, indeciso y desconfiado.

Apodado "Fernando de la Duda" por sus detractores, De la Rúa no es un dirigente político carismático, aunque su imagen está asociada con la prolijidad, la capacidad y la honestidad, según las encuestas de opinión.

De la Rúa pertenece a una familia radical de la provincia de Córdoba, aunque la mayor parte de su carrera política la desarrolló en la capital, un distrito por el que fue elegido senador en 1973, cuando tenía 36 años.

Luego de la dictadura militar, consiguió nuevamente la senaduría de Buenos Aires en las elecciones de octubre de 1983.

En 1989 obtuvo mayoría de votos para el mismo cargo, pero perdió por tratarse de una elección indirecta. La derechista Unión de Centro Democrático dio su apuyo al candidato del Justicialismo, que de ese modo ganó el escaño.

Tras ser elegido diputado en 1991, De la Rúa se postuló en 1996 para la jefatura de gobierno de la capital, que había sido elevada a la categoría de ciudad autónoma por la reforma constitucional de 1994.

Su triunfo lo convirtió en el primer gobernante de Buenos Aires surgido de una elección popular, ya que desde los orígenes de la República, el intendente de la ciudad era designado por el presidente de la Nación.

A poco de conocerse el resultado de las elecciones internas de la Alianza, Menem saludó a De la Rúa, a quien definió luego como un candidato "conservador".

Menem, quien ha advertido que Argentina tendrá "graves problemas" si la oposición vence en los comicios del año próximo, anunció que presentará un proyecto para modificar la Constitución y dejar sin efecto la obligatoriedad del voto.

"Hay que dejar que la gente concurra libremente a las urnas, eso es democracia pura", sostuvo Menem. Al explicar su sorpresiva propuesta, el mandatario dijo que sin el voto obligatorio, los partidos tendrán que esforzarse para lograr la participación popular.

Por su parte, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Eduardo Duhalde, consideró que la elección de De la Rúa crea "el mejor escenario posible" para sus propias aspiraciones presidenciales.

Duhalde, quien está distanciado de Menem por sus críticas al modelo económico, aspira a ser el candidato del Justicialismo en 1999.

El gobernador cree que podrá eclipsar fácilmente a De la Rúa manteniendo una actitud de franco cuestionamiento de la política de Menem, lo que establecería un contraste con el discurso moderado del radical.

Mientras, el ex ministro de Economía Domingo Cavallo, promotor del modelo económico aún en aplicación, consideró baja la participación de votantes en las elecciones internas de la Alianza, que llegó a once por ciento del padrón nacional.

En su opinión, ese porcentaje "confirma el poco entusiasmo que despertó" la convocatoria. "Perdieron los dos" candidatos, dijo Cavallo, que también aspira a la Presidencia. (FIN/IPS/va/ff/ip/98

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